viernes, 12 de marzo de 2010
Delibes a la sombra de un ciprés
Salinger y Delibes al hoyo en el mismo año. Como el Tiñoso, en El Camino. Recuerdo El Camino. Yo tenía 11 años, creo que los mismos que el Mochuelo. Era verano. Yo era el Mochuelo. Delibes fue mi primer grande. Era verano, y yo era el Mochuelo, yo no sabía que leía a un grande por primera vez. Me tragué El príncipe destronado por encargo allá en la ESO. Y en un año oscuro no muy lejano La sombra del ciprés es alargada. Ahora es alargada para ti, Miguel, don Miguel, maestro, te decían. Quedan tus letras, en esa Castilla que tanto odio, pero tú quizá eres Castilla del mismo modo que yo quise ser Daniel el Mochuelo, así que en una tarde como la de hoy las letras nos van a salvar de lo único irremediable, y de Castilla.
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1 comentario:
El tiempo, que todo lo ajusta, nos pondrá a Delibes en el lugar correcto. Cuando ya no sepamos llamar a las cosas perdidas, cuando no recordemos nada de lo que fuimos, leeremos en sus novelas los escenarios de unos mundos perdidos para siempre, el señor Cayo, Azarías, son sombras. Los caciques, los señoritos, la señora marquesa...andan por sus dehesas, como siempre. Fue director de un Periódico con Franco. Eso me hace pensar.
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