sábado, 17 de julio de 2010

Cerrado por vacaciones

Me voy a Videmala, a descansar de un año genial pero bastante exigente. Perdón por las últimas épocas poco productivas y pésimas en general. Me llevo el portátil con la intención de escribir más y mejor, y que el curso que viene pueda ofrecer algo bueno. Sed buenos, felices, y esas cosas.

Un abrazo, y muchas, muchísimas gracias por seguir leyendo por aquí.

sábado, 10 de julio de 2010

4 de 6




Hemos descubierto que nos pone más remontar que ganar. No importa pasar 5º a una vuelta del final. Un año más, ahora que esto se acaba, muchas gracias por participar. Este ha sido el show. Prometimos que volveríamos. Mañana nos llevaremos el Mundial. El miércoles, la libertad.

domingo, 4 de julio de 2010

Por culpa de Salinas nos fuimos del Mundial


No queremos Fanta, ni queremos Coca Cola;
queremos lo que toma Diego Armando Maradona.
(Popular, Anónimo)



El doble pivote es una mentira. Una de tantas. Como que si el fútbol africano tuviera más rigor táctico ganarían títulos, porque físico les sobra con tanta pierna. El doble pivote es un invento comercial para vender espinilleras, para vender camisetas ajustadas de la selección italiana, de marca Puma. Roberto Baggio no era un 9 ni era un 10. Era un 9 y medio. Aquello sí que era catennaccio. Patapúm p'arriba y un abrazo. Te esperan atrás y te matan a la contra. Una contra de libro. Trazada con tiralíneas. Tranquilo, Luis Enrique, hemos vengado tu tabique. No pudimos hacer nada con lo de Amunike, por otra parte.

Aunque pocas selecciones han merecido más un Mundial que la Hungría del 54. Aquello sí que era fútbol. Esos hombres mimaban el balón, no corrían por correr. Porque fútbol es fútbol y el fútbol es así, todo de seguido. Esto no acaba hasta que no pita el árbitro, 90 minuti en el Bernabeu son molto longo, sobre todo si el espíritu de Juanito nos ronda las orejas. Cómo iría Juanito, para no ver el camión. Ya lo decía su coetáneo Michel. Le faltó un regate, o le sobró un regate. Las bicicletas son para el verano, hombre. Cualquier momento es un buen momento para marcar, pero ahora sería un gran momento.

Es innegable la evidente implicación actual de la mujer en el fútbol. Moderno. Odio eterno al fútbol moderno. Los goles son la salsa de este deporte, entonces por qué 6 de 10 de las noticias más leidas en la edición digital del diario Marca son cachondas. Muchos de vosotros habreis podido apreciar a Larissa Riquelme. O el increíble y desenfrenado ascenso del body painting. Media España cantó por los campos en la liga del 95 que por culpa de Salinas nos fuimos del Mundial. La otra media España se manifestará a las puertas de Telecinco para exigir el despido inmediato de Sara Carbonero. Que se besen, hombre, que se besen. Los enemigos del hombre son tres. El diablo, el mundo, la mujer. Que llevado a Sudáfrica podrían ser Maradona, Carbonero y los goles fantasma anulados por el trencilla.

El trencilla. Hoy tú de negro, mañana tu familia. Gafas, cabrón. Rafa, me cago en mi madre. Penalti y expulsión del número 5. Fuera de juego de tres hombres y siete metros, lo han visto noventa mil almas, menos tú. Ya nos estais robando. Siempre con los de blanco, en caso de duda, no se pita, y si se pita es tarjeta naranja. Eso es tarjeta, jeta, jete. Siempre en contra del equipo pequeño, cómo se os ve el plumero. Días tristes tras la instauración del Villarato. Aquí hay mano negra. Y además cuentan con la complicidad de Blatter. Mira que sois australopitecos, si hasta en el tenis han instalado el ojo de halcón.

Llegados a este punto, es menester no olvidar que el fútbol es 11 contra 11 y siempre gana Alemania. Nos tienen ganas, lo sabemos. Son como un Panzer. Serios, ordenados, no se ríen. Al contrario que Brasil, que juegan como viven: entrenan en el playa. Esa alegría que ahora le falta a los europeos. Ese chavalito, oyeme lo que te digo, va a ser una revelación. Aunque este Kaká no es el Kaká del Madrid. El Mundial del 98 lo perdieron por el síncope de Ronaldo. Como nosotros el del 2002, por el bote de colonia de Cañizares.

Qué injusto es el fútbol, hay una deuda histórica con este equipo. Pero poniendolo de extremo derecho no vamos a ningún lado. No tiene sangre en el cuerpo. Parece mentira, no se dan cuenta de que juegan con la ilusión de un pueblo. Y de un país. Písale la cabeza, la cabeza písale. Cuando la pelotita no quiere entrar, no entra. Y no puedes hacer nada con este delantero en estado de gracia. Te la lía en una baldosa. Menos millones y más cojones. Si es que al final acabamos como todos los años. Jugamos como nunca, perdemos como siempre. Cualquiera puede llegar ahí, lo difícil es mantenerse. Qué frescura tiene este niño, es un puñal por la banda. De aquí a dos partidos ya le tienen tomada la matrícula.

Todos llevamos un seleccionador dentro. Qué fácil es hablar, sal tú ahí a correr. No tiene la rosca de Beckham. Desde que Zidane se retiró, no ha habido un heredero claro de su clase. Por eso se hunde el fútbol francés. Si es que parece que cuánto mejores somos nosotros... Nos toman por portugueses. Esa selección es un soplo de aire fresco al juego rancio que se está viendo. Cómo les gusta especular con el resultado, yo eliminaba tanto centrocampismo. Pero con extremos, que de portería a portería es guarrería. No hay rival pequeño. Jugando así no ganamos ni a las chapas. Pero no ves que está libre al otro lado. Corre, hombre, corre. Noooo, pasala. Noooo, tira. Si es que no teneis ni idea.

Ojalá luego no tengamos que acordarnos de esa jugada. No estamos viendo la mejor versión de este hombre. Pero ya os subireis todos al carro cuando marque el gol decisivo en el minuto 89. Ya nos estais robando, cabrones. Si es que esto se veía venir. Bueno, venga, para casa, otra vez será. Ojalá todas las desgracias sean como esto. Ahora, que yo a estos los ponía a picar piedra y...

viernes, 2 de julio de 2010

La paradoja de la Mecánica Celeste

Long life, David G.

Mi compañero de piso sacó de la biblioteca un libro sobre Mecánica Celeste y se compró una escalera. Eran sus extrañas rutinas que yo respetaba y conocía pues él nunca se opuso a mis cadáveres en el trastero. Devoraba el papel higiénico, resplandecía la vitrocerámica. Yo ahuecaba la almohada a golpes, e inundaba la cocina de fruta verde. No me extrañaron demasiado sus adquisiciones de esta vez. Estudiaba Física a escondidas de sus padres, que siempre quisieron de él la cálida compañía de un aula de instituto. Tampoco sospeché nada cuando empecé a despertarme de madrugada. El primer día que recuerdo fueron las 3:14 am. Luego la hora fue variando sin seguir un patrón fijo. El ruido era extraño. Metal contra cartón, cortes y chasquidos.

Al principio no abría los ojos, y me volvía a dormir. Al fin y al cabo, en mi edificio la esquizofrenia era compulsiva y contagiosa. Estaban los hombres que buscaban a José a voces desde la ventana del cuarto de baño. Estaba el abuelo que despertaba aullando 15 minutos de dolor cada mañana inexcusablemente a las 9.12 am. Estaba la soltera que cantaba a Sabina mientras le visitaban las brigadas del papel higiénico, que se equivocaban de 3º, pues eran para nosotros: ella vivía en el A, nosotros en el D. Estaba la familia que discutía a voz en grito en el patio para demostrar que Belén Esteban es sólo un reflejo social.

Como ya decía, las primeras ocasiones me volvía a dormir, hasta la noche en que me pudo la curiosidad insomne y me levanté para otear por la ventana. Allí estaba mi compañero, subido a su escala de Jacob con la soga al cielo. Con la caja de herramientas heredada de su padre. Con el libro en el último escalón.

-¿Qué haces, tío?- farfullé todavía medio dormido.
- Shhht, cállate- me dijo sin mirarme-. Le estoy apretando las tuercas a Arturo, no me interrumpas.

Él era así. Arreglaba cosas. Una vez la televisión se dejó de ver. Una vez el frigorífico empezó a calentar. Una vez la lavadora secó. Y nunca hubo un problema. Como el señor Lobo, en Pulp Fiction. "Soluciono problemas". Yo me volví a la cama. Hay veces en las que te levantas sin saber si algo ha pasado o no. Luego estás haciendo tostadas y te acuerdas. Él ya no estaba en la cama. En el trastero estaban la escalera y la caja de herramientas.

Verás. Toda esta gilipollez sirve para explicar que mientras duermes hay gente que hace cosas extrañas para que todo el mundo que tú ves, incluso el que no ves, funcione. Colocar Aldebarán en el lugar que le corresponde, recalificar terrenos urbanizables en la Luna. Calcular órbitas geostacionarias con ecuaciones diferenciales o mecánica cuántica. Repartir paraguas venusianos para detener tormentas solares. Hay gente, perdon, personas, que cuando tú no te has dado cuenta, y estás con la boca abierta descubriendo que hay una Osa Mayor, ya se han leído 20 tomos, y con su boca cerrada, lo han puesto todo en su sitio.

jueves, 1 de julio de 2010

We lost, i think

Podrían ser todo claves, todos los mensajes en botellas. Como aquel mensaje que me enviaste una noche de enero, pero con won en vez de lost. Podría cantar you're born to lead the way si quisiera que vinieras a salvarme. O si te quisiera a ti, preguntaría: do you recall what was the feel the day the music died?. Hay un código entre cada dos puntos consecutivos. Llaman a la puerta otra vez. No hay casualidades, no parece haberlas. Alguien ha hecho bien el raccord en este capítulo.

No hay casualidades, aunque a veces todas se juntan. Volviendo de un examen que seguramente ya suspenda, bajo este sol que ya me está derritiendo, a una casa que ya está vacía, casi me atropella un autobús de la línea 10. Yo esta tarde me la voy a pasar al sol.