sábado, 9 de septiembre de 2017

La etapa del Angliru



Siempre es Septiembre en la etapa del Angliru, y Septiembre, desde que el mundo es mundo y se sube la Cueña les Cabres, significa que ya no te puedes bañar porque la piscina está demasiado fría, que los libros están guardados en la mochila con su olor a nuevo y que estrenas lápices de colores.

Siempre hay una bandera de Zamora en la etapa del Angliru, y nunca es la mía, porque solo he estado allí una vez y hacía sol, era Julio, y había más vacas que ciclistas; por lo tanto siempre hay una bandera de Zamora en la televisión mientras yo, desde el pueblo, siento frío en el salón porque la Vuelta se termina y empieza el otoño.

Siempre llueve en la etapa del Angliru porque tal vez con el cielo despejado  nadie se atrevería a llegar allí arriba, nadie querría ver las rampas, sería subir por una pared con una bicicleta de carretera; siempre llueve y parece que la melancolía del éxito baña las paredes de los pueblos asturianos, pintados de verde, gris y azul, de piedra, hierba y agua que corre desde la montaña.

Siempre estoy triste en la etapa del Angliru, porque la épica ciclista desgasta y llegar a Madrid para dar vueltas por la Castellana es un hecho vacío, ojalá todo terminase en el alto de ese cerro, sin parafernalias ni podios impostados ante turistas que bajan desde la Puerta del Sol, sin tomas aéreas del Parque del Retiro emulando a las Tullerías (¡como si pudieran hacerlo!)


Siempre pienso en los años que han pasado entre una etapa del Angliru y la siguiente, porque por suerte la organización piensa en hacerle la vida más fácil a tipejos como yo, recluidos tras la pantalla, que aún guardan chapetes que cobijan el maillot del Chava Jiménez; y hay una persona benévola en esa organización que dice: “No les jodas más, deja que respire hasta dentro de 3 años, deja que eche de menos el Galibier y el Angliru, deja que se retuerza en su vida analógica que nada tiene que ver con este deporte más que los veranos de su niñez cada vez más lejana. Deja la etapa del Angliru para el próximo, a ver si cae en Agosto, no llueve, se pone alegre y se viene a verla con su bandera.”