viernes, 31 de octubre de 2008

Víspera de Todos los Santos

Créeme. Habrá quien te diga que terminar así tus 19 es una mierda. Habrá quien trate de convencerte de que hoy lleva lloviendo desde las 8 am y todo es gris. Habrá gente que piense que hoy puede ser un pésimo día, por todo eso y más.
Y sin embargo, escúchame.
Esta lluvia es un regalo del otoño.
Esta resaca es un regalo de la amistad compartida.
Este día es uno entre un millón.
Porque mañana tendré 20 años, y seré yo mismo el que tenga que sobrevivir a mi propia vida, y al tercer agujero del puente; seré yo mismo el que se enfrente a todos los miedos que tengo. Así es, y será. Que el tiempo se va, y me está llenando las manos de heridas, pero no me duelen. Es un precio, y lo pago sin rencor.
Esta noche, cuando cierre los ojos por última vez a la segunda década de mi vida. no sé que soñaré.
Pero es probable que mañana, al despertarme, siga soñando.

Palabras Para Julia - Los Suaves

jueves, 30 de octubre de 2008

Needn't have faith to be free



She went away, she cut me like a knife.
(The Boss)

Cuando tienes una noticia que no cabría en primera plana, la ocultas en la sección de clasificados para no tener que dar explicaciones de por qué sólo usas tres líneas, y ninguna raya. Cuando crees ser libre, tienes la fe, y cuando te das cuenta de que no lo eres, ves que no has necesitado la fe, sino la ilusión; y la ilusión es vana, es sólo una palabra. Así que, una vez más, podrías dejarla para los anuncios clasificados.

Cuando te despiertas en la peor parte del sueño, tienes ganas de cambiar de cama, pero yo no tengo esa suerte, y me conozco de memoria los muelles de mi colchón, de noches bien dormidas sin descansar. Y en la almohada tengo un hueco central, para meter allí la cabeza cuando pega más fuerte el otoño, y la luz naranja de la noche entra por la ventana, la misma que no cubre del todo mi persiana marrón.

Cuando piensas que tienes el derecho a ser optimista, lo único que en realidad tienes son horas de sueño perdidas. Y casi 20 años.

domingo, 26 de octubre de 2008

Heart in a cage

"Tiene casi 20 años y ya está cansado de soñar"

Cuando despertó, ya se había ido esa sensacion de seguridad. Quedaba un buen dolor de cabeza, y recuerdos para enmarcar. Y la misma promesa de todos los domingos. Incluso una más.

-Mañana lo dejo.

-La próxima vez que tenga una noche de estas, me grabaré.


Y se volvió a dormir, con dolor de cabeza, y sin muchas ganas más que de 325 mg de paracetamol, y un buen vaso de leche con miel. Algo dulce, para un domingo. Nada de mariconadas de tequila con whisky.

sábado, 25 de octubre de 2008

Carabanchel


"No estamos todos, faltan los presos"

La primera vez que leí acerca de Carabanchel yo tendría unos 10 años, y era en un libro de Manolito Gafotas [by Elvira Lindo], que afirmaba vivir en Carabanchel Alto. Después ya supe que en Carabanchel había una prisión. Después supe que la cerraron. Después me enteré de muchas de las historias de presos políticos que habían estado allí encarcelados; después supe de la amnistía general. Después tuve en mis manos el "Siempre hay una historia" de Rosendo, grabado en directo en el patio de la prisión. Después he ido viendo en los informativos cada dos o tres años que siempre querían tirar la prisión, y los vecinos se negaban. Después he leído sobre toda esa gente que malvivía en las antiguas celdas, a falta de un hogar mejor.

Hoy he visto en el telediario a mediodía que anoche, con nocturnidad y alevosia, como hace la clase política todo eso que levanta ampollas, ya sea quitar una estatua o redactar leyes, han tirado parte de la miticérrima cúpula de Carabanchel, preludio al derribo. Sin cámaras, para que nadie proteste. Ojos que no ven, corazón que no siente. Sin luz, para evitar que sus mezquinos ojos se deslumbren ante la crítica popular. Ojalá que se metan uno a uno por el culo todos los ladrillos de la prisión para que vean el dolor que conlleva alcanzar la libertad.


Exp #13

Me acuerdo del verano, y lo que escribí entonces a mano.


Cuando quiero vivir
me bajo a la piscina.
Mojo los pies, y cierro los ojos
mientras me quema el sol
en los hombros.

Luego viene mi madre
-Otra vez con filosofía barata
[me dice]
y yo me callo y pienso
que siempre será mejor tirar el rato
con filosofía barata
que con whisky barato.

viernes, 24 de octubre de 2008

Sintaxis sin taxis

Sir Kronen y yo a veces somos monotemáticos. Pero nos divertimos mucho. Sobre todo si bebemos.

"Has todas las palabras quitado de mí. Robado has me la ilusión. Otro por ahí tienes, dices o eso. Por es eso que la he perdido sintaxis. Porque sin estoy taxis.

De todo peor es lo que me entiendo. Que necesito no tener orden un para sentido tener. Vivo así tras día día. Va me bien ahora hasta, veces a aunque me vicio de quejo; que no estás será, y lo que quiero eso es. Bebo ya tanto no. Nada de hecho veces a. No excusa es tanto por. Sólo que te recuerdo es, y me eso está tonto volviendo. O genio, no ya sé cómo el funciona asunto.

Creía ti en. Reía contigo todavía me llamabas cuando. Supongo has me olvidado ahora, o quieres me no recordar. Darle la vuelta a todo, pienso esa solución será la. ¿Voy a hacerle qué? No la mía culpa es, ni tuya tampoco. Mejor a lo todo tiempo lo cura. Locura todo tiempo es. Locura esto es una.

Fin en, para terminar me solo gustaría palabras decir con que estas lo que intento único es demostrar que te fuiste desde la ha vuelto inspiración, pero la cordura no. Tampoco el orden y."

domingo, 19 de octubre de 2008

Me gusta escribir

En serio, me gusta mucho, bastante más que otras cosas. La medicina entre ellas, pero es un secreto, así que no se lo digais a mis padres, que me están financiando la carrera, y los mejores años de mi vida, como dice mi hermano.

Me gusta escribir, porque me limpia la cabeza de mierda. Sí, es una indirecta, lo que escribo suele ser basura. Pero no me lo tomeis a mal, es lo que tiene uno. Total, que decía que me gusta escribir. Pero es que me encuentro monotemático. Hablo del mismo personaje, que hace las mismas cosas casi siempre, y casi siempre me acabo aburriendo. Así que prometo que algún día no muy lejano voy a intentar dos cosas. O hasta tres: poesía, ciencia ficción, y risa. Veremos los resultados.

Hoy, tarde de filosofía al sol, debajo de un puente. ¿Puede una particula circular a mayor velocidad que C? No, primo. ¿Dónde vamos cuando acaba todo? ¿En serio importa una mierda si el hombre es bueno o malo, cuando no tenemos ni idea de lo que somos, sino que sólo sabemos que somos? Siempre tengo algo que aprender de David, y la de hoy es simple y llanamente que los suicidas son los tipos más optimistas del mundo. Pensad malditos. Es el peor castigo del mundo.

viernes, 17 de octubre de 2008

La técnica del Claroscuro

Tenía tantas ganas de escribirte como de volver a mirar un cuadro de Caravaggio. Porque aunque tú no lo sepas, huyendo de ti me escondí debajo de tu sombra, y desde allí vi pasar la vida de una forma totalmente diferente. Todo oscuro con un rayo de luz como contraste. Esa es la técnica del claroscuro, me dijo un amigo. Y entonces me puse a pensar si no nos habríamos ido ya al claroscuro. Con el color rojo predominando, que para algo es barroco por excelencia.

Y tú y yo queríamos ser barrocos, siempre recargados, siempre con mil cosas a la espalda, y mil colores en la cara, y mil frases para decir, y a la hora de la verdad, llegábamos y nos callábamos escuchando canciones. Y dejé de escribir en el manual que emepecé para olvidarte, porque no sé si quiero olvidarte, o quiero recordarte más fuerte. Más fuerte. Más fuerte, hasta que me hagas daño en los oídos con tu nombre. Y con el mío. Hasta que sienta que no puedo desatarme los zapatos, y me tenga que caer de rodillas, y ahí estés tú, un metro y medio por encima, riéndote.

Entonces sólo podré decir que soy un poco masoquista, que tú no tienes sadismo pero me lo invento para sentirme peor. Que todo sigue tal y como lo dejamos y la vida que hemos tenido cabe en veinte euros de saldo, o de adeudo a Telefónica. Y entonces me desperté preguntándome qué coño tiene que ver Caravaggio con Telefónica. Me habría gustado que la respuesta a esa pregunta fueses tú, pero lo único que se me ocurrió esta mañana, y que se me sigue ocurriendo ahora, es que hemos estado pintando con la técnica del claroscuro. Que mientras teníamos el blanco y el negro por separado, no se nos ocurrió mezclar a ver qué pasaba si yo me ponía encima y tú debajo.

A lo mejor habríamos hecho un buen cuadro.

Lucha De Gigantes (Live) - Antonio Vega

martes, 14 de octubre de 2008

Y un caballo de carreras

Para los martes de apagón.

"Se lo llevó todo de una manera tan fulminante que no pude evitar atarme a una de las patas de la silla y hundirme en el fondo de otro remolino azul, negro y amarillo. Se cayó el cielo de una forma tan imposible que lo único que pude hacer fue cambiarme la camiseta mojada y seguir corriendo cuesta arriba. Nada de lo que tuve, dije o escribí tuvo el sentido ni el valor suficiente como para merecer ser archivado en una libreta en espiral, en algun cajón de la biblioteca municipal. Nada de lo que pasara en aquellos días era necesariamente correcto, cierto o surrealista, sino que simplemente eran hechos encadenados en alguna clase sucesión, y todo nos llevaba al mismo punto. A nin guna partye, a ninguna despedida, a una estación de bus en la lluvia, y los faros del coche de mi padre yéndose. Y yo queriñéndome quedar."

domingo, 12 de octubre de 2008

Retales de una vida

A mi familia. Gracias.

"Son retales de una vida, aunque diga que odio los domingos, los echo de menos cuando no los tengo. Acostarme tarde después de compartir cine y charla con mi hermano. Tanto que aprender aún de él. Despertarme a las 5 de la mañana con mi sobrina llorando, me hace sentir cerca. Levantarme a ver la carrera, que Alonso gane, y que cuando vuelva a la cama mi madre no haga ruido. Dormir hasta las 2 de la tarde, eso que es un domingo. Y comer en casa de la abuela comida que no me gusta, pero que mi abuela hace con cariño, y eso es suficiente. Y cuidar de mi sobrina mientras me tomo el café bombón, con pastel de mi abuela. Y leer el periódico (La Opinión de Zamora de cada domingo) mientras mi tío en el sillón relee el Magazine buscando esas noticias económicas que tanto le gustan. Ver estúpidos telefilmes hasta las 6 de la tarde. Sentirme que formo parte de algo, sentirme alguien.
A veces los domingos son impagables, y hoy puede ser uno de estos días. Son retales de una vida, y si los juntas todos, a veces sale algo bonito."

viernes, 10 de octubre de 2008

Los días de vino y rosas



Para Mangas, Guille y Nieves.

"Fue una de las peores resacas de mi vida. Nueva York, restaurante barato y comida buena, y abundante. Y bebida mala, y abundante. Y mujeres, y hombres. Y mujeres que horas después se vomitan encima de sus preciosos vestidos comprados la tarde antes, y hombres que se abrazan a farolas buscando el frío, o el calor. Yo ya no entiendo de esto. El caso es que a la mañana siguiente, en la 408 del Waldorf, yo sólo quería morirme. Morirme de asco, o de lo que fuera. Puto Hank, Hank Chinaski. O Charlie Bukowski, llámalo como te dé la gana. Yo sólo quería morirme, de la cama al baño y viceversa. Y pedí a ese dios que si estaba allí arriba, que me enviara la muerte rápido.

Y dios, que siempre fue un tipo con sentido del humor, me envió a las de la limpieza. Hoy me río; entonces no tanto. Total, que estaba siendo una mañana de mierda, mientras yo pensaba en poesía de bar, en dejar la bebida de una vez, y en toda la planta no se oía ni respirar, excepto la música de Will.

Así que después de un vano intento de ingerir comida, me pasé a la habitación de Will, la 406, a dos tabiques y un cuarto de baño de distancia. Y la tarde empezó a mejorar. Porque estaba Snowie disfrazada de gángster [oh, joder, esos tacones negros]. Y había una cámara de fotos. Y Will ponía a los Beatles, y era 1971, y era la semana después de que Janis se fuera, y había una cámara de fotos cojononuda. Y humo, mucho humo. De porro, de tabaco, de Zippo. Y ceniceros. Y había fotos en blanco y negro por las paredes. Y todo empezó a ir mucho mejor cuando apareció el huesudo Sleeves. Y allí estaba Suzie, con sus ojos azules, y callada mientras nos observaba turnarnos la cámara, y posar contra la pared, y reirnos. Y hacernos los serios. Era la gloria. Y los cigarros seguían corriendo, y la cama la pisábamos sin pudor, y mirábamos al objetivo, y jugábamos con lo permitido, y nos reíamos de lo prohibido. Y fue genial.

Hoy quiero volver, y darle las gracias a los chicos que hacen que las tardes de resaca se pasen. Y luego siempre me quedan ganas de volver por la mañana y pagarles un paquete de tabaco, pero siempre se han ido. Y yo no fumo."

miércoles, 8 de octubre de 2008

Haz algo

"Haz algo por ti, levántate de ese sillón y empieza a improvisar un jazz por las letras, como hacías no mucho más allá de un par de años. Y ahora qué. Te quejas, boca arriba, de tu mala suerte, de que no haga sol y de que tu equipo empate a tres. Quién eres ahora. Por qué no te quedaste, y seguimos haciendo lo que tanto nos gustaba [todo y nada]. Antes, recuerdo bien, tus frases eran largas. Ahora me destrozas los tímpanos con monosílabos y tardo cuatro horas en sacarte el intelecto a pasear, y pagarte las cañas, y seguirte las coñas. No es mi estilo, no es mi clase. Mi clase es la de escupir y servir a la inconsciencia. De dejarme caer y sentirme culpable, ese soy yo. Y tú quien eres. Quizá es que no nos conocemos de nada y son todos mis defectos los que me hacen creer en alguien, por eso no miro atrás cuando me voy, por si descubro que sólo queda un banco de madera vacío. Vacío y verde, y vengo creyendo vagamente en los fantasmas. Fantasmas con vaqueros y Zippo en el bolsillo. Zippo, y Zeppo. Marx, claro. A lo mejor es eso. Que me he estado riendo tanto de todo que has tenido que llegar y hacerte pasar por la única cosa seria de esta habitación. Mi sofá se está riendo. Por qué me miras con esos ojos, se está riendo. No lo ves, como no has visto tantas otras cosas. Ese escalón, ese resbalón, ese edema de pulmón. Yo ya no valgo para esto. Entiéndeme, por favor, entiéndeme. No es que me joda, que de hecho no lo hace. Ella tampoco. Pero no es que me joda, es sólo remordimiento. Por ti, por mí, por vosotros. Hace tiempo que no somos iguales. Así que voy a coger mis cosas y esta vez sí. Me voy. Eh, ayúdame a levantarme de la cama. Eh. Eh. No, no te vayas, por favor. No, no, otra vez no.

Joder. La puta próxima vez quiero una asistenta social sordomuda."

lunes, 6 de octubre de 2008

Los lunes de Octubre

Para hoy, que es lunes.

¿Dónde coño te escondes, felicidad?
Los lunes de Octubre, ¿dónde estarás?


"The Mamas and The Papas una vez cantaron a los lunes, y eso me recuerda a mis padres con pantalones de campana y gafas RayBan sin la marca pintada en blanco, y paseos por elo parque del Castillo de la mano en los años ochenta, como enseñan las fotos de su dormitorio. Son ellos, y son 30 años desde entonces.

Para mí, que llevo casi veinte tirando por aquí, los lunes sólo me vienen canciones de La Fuga a la cabeza, [igual que las tardes de domingo sólo me vienen canciones de Quique González y artículos de José Ángel Barrueco en la Opinión]. Y es que los lunes de Octubre empiezan a tener todas las características de una balada, pienso mientras me destrozo los oídos bajando a clase con auriculares, y empezando a airear los palestinos de colores.

La música, y el otoño, y los poetas pueden hacerte tan melancólico y depresivo como para que los sábados por la noche te pongas a interpretar los sueños, o bebas los cubatas al lado del fuego. Y el domingo por la mañana, sin resaca y con mucho olor a humo, pienses que la vida son dos días, que tienes frío en las orejas, y que si falta mucho para volver."

Los Lunes De Octubre - La Fuga

sábado, 4 de octubre de 2008

Quemando tus recuerdos



Voy a empaparme en gasolina una vez más.
Voy a rasparme a ver si prendo,
y recorrer de punta a punta la ciudad
quemando todos tus recuerdos.


"A principios de semana empecé a redactar a mano mi manual de lecciones para olvidarte, con el propósito de echar un poco de sal en la herida que dejaste en mi brazo. Ah, es que no lo he dicho. Que soy de los que se echan sal en lass heridas para cerrarlas. Bueno, hay veces que me echo alcohol, pero desde que empecé a ver que sólo las desinfectaba, pero seguían sangrando, paso. El Betadine ha hecho milagros, me decían mis amigos, y yo dale que dale al Ballantines. Es que riman.

Pero, a lo que íbamos. Que en vez de echar sal, alcohol o lo que fuera, decidí empezar a pasar más tiempo contigo. O lo decidiste tú, quién sabe, hay cosas que se me escapan al raciocinio, y las mujeres son algo de eso. Y luego, como es ese concepto tan abstracto que tiene todas las caras del mundo. Y por eso, después de abstenerme el martes el jueves tuve que mojarme con todas las de la ley. Y es que un amigo dice que el alcohol te jode el hígado, pero el corazón ni te lo toca.

Y así, me amarré a ti [otra ti, pero el mismo tú] y gasté todos mis esfuerzos, que se fueron por la boca y se perdieron entre las doscientas personas que esperaban a la cola del Bisú. Y cada no que dijiste me retorcía un poco más en el pecho, pero tú seguías sonriendo, y me mirabas de ojos claros y pestañas negras. Qué más da, pensé yo. Y la noche se fue cantando Thalberg, como en los buenos tiempos.

Pero no todo podía acabar una mañana con resaca. Ninguna película acaba así. Todo tiene derecho a seguir, y yo seguí, y me metí un café solo [contigo] que me dejó respirar a lo largo de la tarde. Llegué, y volví a verte [otra ti, otra. El mismo tú] y me miraste como se mira a los desconocidos, y yo que ya había descubierto que no soy suficientemente freak como para gustarte, bajé la mirada y seguí a lo mío, en mi mundo donde me puedo reir de todo porque sí. Y luego subimos al alto, y canté a Rosendo, y practiqué la honrosa abstinencia mientras tú ibas hablando cada vez de forma menos coherente.

Y una semana después de empezar, me metí en la cama, y dormí hasta tarde. Y ahora ya no hay nadie, ya no hay nada. No estás ni siquiera tú."

Anita's Dream

Para Ana, que ya lleva 17.
"No había hablado con ella más que dos o tres veces, así que siempre me pregunté lo que habría soñado. Ella se callaba, desde luego [quién eres, idiota, para saber algo así] y yo la miraba desde lejos, y seguía haciendo mi vida.

Luego vinieron lo que en los libros de Historia [y las canciones de las emisoras en fm] llamarían después los veranos del amor y tuvimos tiempo para hablar de cualquier estupidez, y cuando terminamos de darle las vueltas al mundo, de destripar las relaciones, de conocer la geografía de Tierra de Alba, de estudiar psicología para principiantes, de pelar frío en verano y asarnos en invierno, de atar cabos y desatar algún nudo, yo aún me seguía preguntando lo que habría soñado.

Pasó un tiempo, y me la encontré una noche con unos amigos en ese descampado del que hablan todas las películas. Ese que está en lo alto de la ciudad, desde donde ves todas las luces allá abajo; y había un León, y no un Cadillac rojo [me dijo un amigo mientras hablábamos de subir al Tibidabo], y estaba ella. Creo que también había más gente, pero ni me importó entonces, ni le importa a mi historia. Yo, como al principio, la miraba desde lejos, y seguía haciendo mi vida. Ella, bebía de un vaso y hablaba con el mundo de algo no demasiado profundo, supongo.

Y entonces no tuve valor. No es porque sea algo que me asuste, ni porque le asuste a ella. No es porque sea nada especial, sino porque al final consideré que sólo ella tenía el derecho a saberlo, y quién era yo,con el que no había hablado más que dos o tres veces, para saber qué es lo que Ana habría soñado."