A mi familia. Gracias.
"Son retales de una vida, aunque diga que odio los domingos, los echo de menos cuando no los tengo. Acostarme tarde después de compartir cine y charla con mi hermano. Tanto que aprender aún de él. Despertarme a las 5 de la mañana con mi sobrina llorando, me hace sentir cerca. Levantarme a ver la carrera, que Alonso gane, y que cuando vuelva a la cama mi madre no haga ruido. Dormir hasta las 2 de la tarde, eso sí que es un domingo. Y comer en casa de la abuela comida que no me gusta, pero que mi abuela hace con cariño, y eso es suficiente. Y cuidar de mi sobrina mientras me tomo el café bombón, con pastel de mi abuela. Y leer el periódico (La Opinión de Zamora de cada domingo) mientras mi tío en el sillón relee el Magazine buscando esas noticias económicas que tanto le gustan. Ver estúpidos telefilmes hasta las 6 de la tarde. Sentirme que formo parte de algo, sentirme alguien.
A veces los domingos son impagables, y hoy puede ser uno de estos días. Son retales de una vida, y si los juntas todos, a veces sale algo bonito."
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