domingo, 7 de marzo de 2010

Comfortably numb


no está todo perdido; aún me queda el rock and roll.Alguna noche, como hoy, me despierto antes de tiempo y me imagino en otro sitio, con otra gente, sudando y cerrando bares con cuero y tachuelas. Luego me vuelvo a dormir, porque son las 6.15 de la mañana, y cuando salgo de casa llevo pitillos y las Converse, y entonces sí que me despierto con el iPod pensando, como dice Yosi, en lo que pudo haber sido y no fue. yo lo que quería era seguir soñando/con mujeres desnudas/que van al trabajo en autobuses rojos/
Claro, es fácil tirar adelante sin un riff de ametralladora de repetición, sin palabras que hieren de verdad y que te hablan en el mismo idioma que has escuchado en la calle desde que te pelabas las rodillas las tardes antes de Barrio Sésamo, es fácil dejar tu mente comfortably numb, indolente y apagada, relajada por el vacío de cualquier sinsentido. Todos los heavys tenían que haberse muerto en 1994, así no habrían padecido las lacerantes miradas cuando entran a los bares con sus melenas rizadas y sus botas altas. but the devil take tha' woman, yeah, for you know she tricked me easy, mush-a-rain-da El hotel ya estaba cerrado cuando entraron por la puerta sudando LSD por los dedos de los pies, aquel sofá no debería haber tenido alas, aquel madero no debería pasear por la acera a las siete menos veinte, porque eso no son horas, y ellos no tenían la culpa de que la funda del bajo pese seis kilos y doscientos cincuenta gramos, qué hemos hecho para perder otro gramo, suspiraron, retorcidos en la alfombra de pelo gris.no es el coro de una iglesia, es algo más visceral /sabes que no puede ser, que eso no sería Obús/ que-te-jodan, /no, no voy a cambiar/ Lo bueno es que en alguna calle de París aún se cruzan Jim, Janis, Keith, Bon, y queda la esperanza, o quizá ya sólo es el recuerdo, de lo que la música fue.

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