jueves, 1 de mayo de 2008

Last train home

Para mi muñeca. La derecha, que me sufre mas que nadie.
"Aguantó hasta las 23:35 sentado en el banco azul del fondo-derecha del andén. Había caído el sol bastante atrás, hacía frío. ¿Y qué?, se preguntaba su corteza prefrontal, donde se cuecen los pensamientos más elaborados y retorcidos, la parte elemental de la evolucion humana.
De pronto, se le acercaron cinco tíos bien vestidos. Le sacudieron tres puñetazos, lo tumbaron en el suelo, y a la cuarta patada cedió el hueso frontal, incrustándose en la referida corteza prefrontal. Este hecho, según los médicos, fue el causante de la lobectomía a la que se tuvo que someter.
Pasaron tres meses, y volvió a andar y comer. Pero cuando sus amigos se iban de casa, después de horas de compañía, salían con caras extrañadas.
- No sé qué le ha pasado, no es el mismo.
- La operación le ha afectado.
- Ha cambiado, sin duda ha cambiado.
Y así pasaron dos años. No recuperó su trabajo, las pruebas psicológicas recogían el sentir de su círculo social. Que aquella persona era una persona, pero ya no era él. Y ocurrió que iba una tarde solo por el centro de la ciudad, y miró su reloj, y vio que volvía tarde a cenar. Se preocupó bastante y decidió encontrar [no buscar, encontrar] una alternativa a la tardanza. El metrobús fue la solución ideal, y bajó al vientre de la ciudad, sin más refugio que una gabardina gris. Cinco tíos bien vestidos pasaron a su lado, ignorándolos.
Y él se quedó sentado en el primer banco azul del andén, al principio-izquierda. Durante tres horas. Hasta que alguien, por pura caridad, por asco o por despiste, le dio un par de toques en el hombro.
- Disculpe, es el último tren que va a casa.
- ¿Cómo sabe que voy a casa?
- Porque nadie con una cicatriz en la frente y una gabardina gris en esta misma línea había girado la cabeza cuando le di unos toques en el hombro.
Y se besaron. No sé bien por qué. Quizá el porqué es algo accesorio. Quizá vivían en la misma casa. Las palabras de los profetas están escritas en las paredes del metro, y alguien había limpiado la noche antes.

1 comentario:

Paz dijo...

yo hoy casi lo pierdo.


El último tren a casa (a alguna casa).

Y hoy hace un año, estaba en un tren, al borde de un ataque de nervios, por haber golpeado cierto árbol. y tú estabas al teléfono.