jueves, 8 de mayo de 2008

A day in the life

Para un anónimo, que asegura leerme. Gracias.
"Era tan posible como ser tirado. Era tan posible tener dos cartas en la mano como quedarse sin un full. Era tan simple empezar como terminar de repente, boca arriba sobre un paso de peatones en una tarde de lluvia. Era tan difícil llegar como echar a correr por puro instinto.
Empezando por el final, sólo confesó que le quedaban tres euros, y que aquél era el sitio más lejano al que había podido llegar, y no habrían transcurrido ni diez kilómetros y cincuenta segundos, hora local. Tenía en la cara pintada la raya blanca que marca a quien ha escapado en busca de algo mejor, y no ha marcado ningún lugar con una chincheta roja en el mapa que suele colgar en la pared. Confesó también sentirse como en casa en aquel sitio que era lo más parecido a ninguna parte [donde hubiera estado antes] Su historia tenía dos puntos y aparte, cuatro páginas amarillas y cuarteadas, y tres personajes centrales, como si hiciera falta un eje para una historia. Si había un eje, me dijo, también habría que tener algo de grasa consistente para que no rechinara el argumento.
-¿Cuál es tu argumento? pregunté, lanzado.
- Ellas son dos, y él es uno solo. No se conocen, no se han cruzado jamás la palabra pero sí la mirada.
-¿Y cómo acaba? ¿Es triste?
- No lo sé, contestó sincero. Y añadió: aún no me he echado a llorar, así que supongo que tan triste no puede ser.
Y empezó a hablarme de otros tiempos, y desconecté mi mente, sin ganas. Y volví a la realidad cuando él me comentó de refilón que en realidad mentía. Que mentía a propósito, que buscaba que ambas le encontraran.
No se pueden tener dos cartas, una en cada manga, decía con vicio de jugador empedernido. No se puede en esta vida hablar más de la cuenta, decía con voz de fumador desgastado y ennegrecido. No se puede hipotecar el ánimo, decía con espíritu de bebedor desgarbado. No se puede tener que elegir todos los días, decía con los ojos llenos de encrucijadas.
Creo que ahí fue cuando me di cuenta de que aquel tipo era ciego. Y sin embargo, jamás me había cruzado con nadie que viera las cosas tan claras."

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