Para otro lunes más, y otro menos.
"Otra vez es la misma canción, amaneces a sesenta kilómetros y las ganas se pudren por el camino. Te ves reflejado contra el cristal y detrás rueda el trigo que va cogiendo fuerza a costa de esta lluvia que está marcando las tardes con una constancia que ya quisieran para sí la mitad de las cadenas de televisión.
Es una canción en la que no parece demasiado posible cambiar de ritmo y pisar a contratempo , ni torcerse un tobillo ya hinchado, ni subir una octava y tirarse de un noveno, de cabeza a la piscina. Te vienen a la cabeza las ideas desechadas de tantos y tantos días que debías haber gastado de otra forma cualquiera, sufres la inconsciencia de volverte consciente en el mejor momento.
Mucha basura en forma de canción, y así todo, vas y la cantas. Buscando quizá la nueva manera de cambiar el mundo a base de notas. Agudas, graves, de papel amarillo, no importan demasiado si están colocadas en el pentagrama correcto.
Esta es una canción con trampa, la trampa está tan bien hecha que hasta que no estás intentando cantar la mejor parte de todas, no te das cuenta de que ya la han cantado otros. Y de que vas a acabar en el mismo lugar. Ojalá, a veces."
2 comentarios:
La botella está rota, pues la he lanzado contra el ordenador para inaugurar esta... cosa de letras. Y como pensaba romperla de todas maneras, pues al menos que no me costara mucho. Anda que... andar repitiendo escritos...
Buscando quizá la nueva manera de cambiar el mundo a base de notas.
Nothing's gonna change my world… irónico ¿no?
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