miércoles, 12 de octubre de 2011
tú no lo sabes
es la ignorancia atrevida, y yo lo asumo, asumo con gracia el papel de malo de muchas películas, la serie B se sigue alimentando de hombrecillos como yo, es la ignorancia atrevida, y sinceramente tú no lo sabes, de todas las cosas que te podría contar antes de atarte a la cama, de lo que te podría hacer con cada uno de esos meses que, como lunares, te pueblan la cara y yo te miro porque lo asumo, asumo lo atrevida que es la ignorancia que nos separa, asumo que lo casual es trabajable y que todo lo previsible acaba explotando, de modo que me voy a sentar a esperarte en el barro, manchado hasta arriba para que sólo veas defectos y debilidad al llegar, para que esperes que sigo siendo el mismo de una sola noche, para que todas tus previsiones te sitúen por encima, me sitúen en el mismo punto en que nos cruzamos la última vez, yo borracho e indigno y tú diosa inalcanzable de mitologías del castigo; es la ignorancia atrevida y yo lo asumo, que no tengo ni idea de dónde estamos ahora, de dónde vamos a estar mañana, de si por fin me quedaré a tus pies o entre tus piernas
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