jueves, 20 de octubre de 2011
el hombre, el mito (III)
[...] Johnny miró a aquel hijo de puta que le estaba vendiendo un televisor. Lo miró y con un golpe seco puso un taco con 5.000 pavos en billetes pequeños encima de la mesa. Lo siguió mirando. El hijo de puta sacó una botella de champán barato y una cubitera, hizo una llamada de teléfono, cerró la puerta de la tienda con dos vueltas de llave. Estuvo a punto de arrodillarse y chuparsela. Johnny estaba asqueado. Cualquier cosa se podía conseguir con dinero. Lo difícil era conseguir el dinero. Johnny, sin ir más lejos, había tenido que romper tres piernas por aquel taco de billetes. Johnny se preguntaba si valdría la pena romper otra pierna más por un televisor en color. [...]
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