viernes, 30 de abril de 2010

gris

No existen los minutos en esta huelga general que estoy haciendo de ti. Existen barreras de coral y mares turquesa para tardes de abril y silencio como esta. Paseo con una maleta por el centro de la ciudad , sin conocer a nadie para ahorrarme los saludos, como cuando llegué.

Callado, me voy, sin minutos y sin mirar a ninguna parte en concreto, pensando concretamente en nada, ni jodido ni contento más allá de una casa vacía después de tres tramos de escalera que voy subiendo en fracciones simples.

Tus fotos en el netbook rojo, la ducha sin limpiar, todo es quietud y querría prolongar este momento de paz en la tierra y dios en las alturas, pero sé que es algo finito y que tener la boca sellada con silicona acabará por ahogarme. Pero sin moverme, alargando este momento de paz que llevo en el arrítmico estómago, quizá es cansancio o son pasos que bajan las escaleras para subir después, ya no lo sé, pues no hay minutos en esta huelga.

3 comentarios:

Ainhoa dijo...

Cosas como estas sí forman parte de la magia de la música, y son jodidamente geniales.

Yo veré al bueno de Quique también, por primera vez, a finales de mes en Santiago de Compostela.

Espero que disfrutes un montón del concierto, y ya intercambiaremos sensaciones!

Ainhoa dijo...

Cosas como estas sí forman parte de la magia de la música, y son jodidamente geniales.

Yo veré al bueno de Quique también, por primera vez, a finales de mes en Santiago de Compostela.

Espero que disfrutes un montón del concierto, y ya intercambiaremos sensaciones!

Ainhoa dijo...

La de abajo era yo =)