Tengo una habitación en verde. Estore verde, edredón verde, póster de Pink Floyd, dos de los Beatles, mi flexo, mi armario, un espejo, la radio para despertarme. Una ventana a un patio interior de un subnormal, varias cachondas y vecinas de domingo y radio patio.
Pero ella se fue. Y eso es algo que no me acaba de quedar claro, y mira que le hemos dado vueltas. Cada rincón de la casa la echa de menos cada segundo. Mi madre me pregunta por teléfono que cómo lo llevo, y yo le digo que bien, que asumiendo.
Sólo te lo diré una vez, porque no va a hacer falta más, más que nada, porque no vas a venir, y lo sabemos.
Vuelve.
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