Ya lo decía el
president, que no estamos tan mal. Aunque sin embargo esto no deja de ser otra prórroga más en el infinito fin de semana de la honestidad brutal y las dudas, cómo quiere la gente que no descanse a lo largo de la semana si esto es como lo que hacía Siteg Larsson. Sólo que mi best-seller no da ni para 50 páginas. Pero lo leo todas las noches un rato, y me acabo quedando sopa.
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