domingo, 25 de octubre de 2009

Teoría del desamor para una Grimaldi

Para M.S.J.Grimaldi, que me debe un beso en los morros

Como toda teoría, no se convertirá en ley hasta que no haya sido refutada, y puede que se acerque a la realidad tanto como se acerca La Razón al periodismo objetivo, o puede que sea otro ejemplo más de un subjetivismo exagerado por el hecho de la soledad, la desidia y el aburrimiento de otro otoño más en gris.

Bien, empezaremos la teoría exponiendo que los principios básicos de un perfecto desamor han de ser al menos dos sujetos del sexo opuesto. Aquí es donde irrumpió con fuerza la corriente actual-positivista, completando con que pueden ser un mínimo de dos personas, y del mismo u opuesto sexo. Esto se ha corroborado con la oscura llegada del siglo XXI, entre calentamiento global, y enfriamiento de barras.

Teniendo los sujetos anteriormente descritos, suponemos entre ellos una relación interpersonal de carácter íntimo. He aquí que la amplitud de esta relación puede ser muy discutible, porque puede ser fría como el polo (de limón) o caliente como una cama redonda, puede ser cercana como un sms cada tres horas o lejana como Tombuctú en llamadas a cobro revertido. Pero para que la teoría siga adelante, al menos esta relación debe existir.

Aquí viene la condición sine quae none para el desamor. El amor. Y el amor merece una tesis doctoral aparte que por el bien del lector paciente y entregado publicaremos en cómodos plazos de aquí a febrero de 2027. El amor. Sin embargo, este amor puede ser recíproco o no serlo.

Los más puristas se tiran de los pelos en este punto. Pues unos consideran que es necesario que ambas partes compartan el sentimiento, y sin embargo recientes estudios en en New England Journal of Medicine hacen pensar en que la balanza está desequilibrada en un altísimo porcentaje de los casos, y eso no impide el desamor.

Desamor es ese sentimiento de asco, barriga revuelta, resaca constante (los expertos no se ponen de acuerdo en el por qué) cielo gris y demás sentimientos que popularmente se conocen como: "mariconadas". Mariconadas, que vienen acompañadas por frases de condolencia de familiares de primer grado, amigos, e incluso buitres. "Paciencia, tío, paciencia". "Te mereces algo mejor". "Si cuando menos buscas es cuando va a aparecer". Canciones de millones de artistas que parecen identificarse a la perfección con todos y cada uno de los sentimientos. Películas de final agridulce. Libros que en otras ocasiones seguirían criando malvas en los estantes de la biblioteca.

La verdad es que esta teoría sobre el desamor no sabe demasiado bien a dónde lleva. La cuestión en la que todos los estudiosos del tema confluyen es que es un mal necesario, como pasar la gripe, o el sarampión, y que sin embargo no deja huella inmunológica para siguientes infecciones o recidivas, sea cual sea la fuerza de voluntad del/de los sujeto/s.

Al final, lo único que queda por hacer es encomendarte a la entidad teológica o trascendental que guíe tus pasos, para que pase lo que pase, o llegue cuando llegue, el fin del mundo te pille bailando.

1 comentario:

mar_ti_tras dijo...

la putada del desamor es que no te deja inmune frente a otros amores... puedes pasarlo tantas veces como amores se crucen en tu vida, y nunca sabrás có mo afrontarlo y mucho menos cómo llevarlo lo mejor posible, porque cada desamor es de su padre y de su madre y frente a eso de poco nos vale la experiencia...

Sabemos que todos los desamores comparten una característica común, que con el paso del tiempo se difuminan y desaparecen para siempre... de ahí otra típica frase " Tranquilo, el tiempo todo lo cura"...

Pero quién no arriesga no gana, y es mejor coleccionar desamores que otras muchas cosas, porque detrás de todo desamor quedaron marcados tiempos mejores, de esos de insomnios placenteros, sonrisas permanentes y mariposas en el estómago... y solo por eso vale la pena, ¿o no?

Gracias :)

mua!