jueves, 8 de octubre de 2009

Curiosa reflexión a la luz de un yogur y un flexo

Te aseguro que todo lo demás es un poco banal, o sea, que me sobra todo lo que viene después, con lo que estaba aprendiendo en estas fotos, las caras que estaba acumulando en mi memoria, el odio que estaba pegando a esas facciones deliberadas y distraidas, el mundo sigue dando vueltas ahí fuera, prescindiendo de lo que digas, lo que pienses o lo que hagas, incluso de lo que pienses decir o lo que pienses hacer.

Tanto desgarro en el pecho, y ninguno entre las piernas, qué putada. Como lo de vivir solo, es algo que no me acaba de hacer a la idea, ni me hace la idea ni me la hago yo, ni tengo quien me las haga, son los restos de este algo que va pasando, llámalo tiempo o llámalo aburrimiento vital, llámalo pajas o llámalo karma, cada cual es muy suyo. Me dedico al contraespionaje industrial, vendo máquinas para robar lo que se sucede por las mentes, incluso por la mía, paso las horas encerrado al aire libre y después me fumo parches de nicotina para calmar mi tranquilidad vital.

Y qué quieres que te diga, la verdad, si esto es más largo de lo previsto pues no te lo metas por ahí, trata de arrancarlo como si fuera una pierna con fascitis necrosante, si no tuvieras anestesia, pero si en el fondo trataras de salvarme la vida. Que es lo que me hago yo noche tras noche. Y después me levanto y vuelvo a empezar.

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