Pero entonces te fuiste, te cortaste el pelo debajo de la almohada y yo sigo aquí oyendo canciones de otras con voces cálidas para el oído pero frías de cojones para el resto de mi mente, que vive en una tormenta de humo de tabajo ajeno, porque yo la chupo de año en año, y no me lo acabo de tragar. El humo. Los cuentos, tampoco.
soy un tipo listo y ahora estoy aquí
Salí por la puerta de atrás de un par de salas, no reconozco que odio que no me aplaudan cuando termino, mi ego necesita esa inyección, y ahora que sé como se absorbe bien para evitar el peor síndrome de abstinencia, limito las palabras poco a poco, como mi amigo el mudo, el que siempre está ahí al acecho. Yo soy de los que no necesita a nadie más para prepararla, por eso salí por la puerta de atrás de un par de salas. Y con los pies por delante.
tengo curro fijo y un gran porvenir
Ella eran todas, y todas eran putas, es de lo que aprendí en el pueblo, en los futbolines, en la universidad, en los portales de luz naranja, en el supermercado, en el café, en el ordenador, en los libros, en las tertulias, en los botellones, en las terrazas y en las bibliotecas. Lo aprendí de mis dos abuelos queenpazdescansen, de mi hermano elquesefollóatodas, de mi padre elbuentipoquelosabetodosobrelavida, de mis amigos losquenuncatevanadejartirado, de los colegas quetienenunbuenconsejoparatodo, de los profesores quevivenunavidasintachadesabiduría.
yo no sé quién me engañó, sólo quiero rocanrol
Ahora vivo en un tercero interior, mi ratón, o mi hámster, o lo que quiera que sea ese roedor que me come el pan de ayer, ocupa por derecho propio el bajo de todos los sillones con cagadas minúsculas que son como una gymkana para llegar al armario donde guardo fotos. Allí he dejado kilo y medio de queso: grana padano, parmesano, tetilla, roquefort, garcía baquero, kraft, mama louise, emmental, semental. Y lo único que quiero es que cuando vuelva después de este mes y medio en ese armario haya otro kilo y medio de mierda de ratón a cambio de haberse comido todo el queso y todas las fotos.
si te cuento la verdad, me entran ganas de llorar
2 comentarios:
todos unos cabrones
puestos a generalizar...
Creo intuir la razón de esta entrada, o puede que no, que sólo sean imaginaciones mías. Pero cuando me iba, y Nacho dijo algo, me volví mientras subíamos la calle, y pensé que no acabaría bien.
Tal vez me equivoque.
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