martes, 20 de octubre de 2009

Ídolos con pies de barro

Me tembló el pulso, y la voz, pero nos echamos unas risas. El ínclito Balcells, el sonoro Sudón, Su-don, Kronen, Jack, Mane; somos tirillas de medio pelo en una lona de micrófono abierto con las luces de frente, me tembló el pulso y la voz, pero nos echamos unas risas. A la infausta memoria del bueno de mi abuelo Eladio, qué cosas tiene la vida, él nunca dijo "todas putas", sólo se encargó de hacer saber que con buen pito bien se jode. Y lo de anoche era un buen pito.

Cuando nos quedamos solos, somos ídolos con pies de barro. Hay una ella para cada uno, y cada uno tenemos una excusa, cada uno tenemos un club de fans que lo escribe en cuartillas, y cada uno tenemos un comité de enemigos oficial y una organización de contraespionaje, y la gente se viene, se ríe, se va, y nos quedamos solos en un banco, y somos ídolos con pies de barro, y ya sabes, colega, esta mañana está lloviendo de cojones.

Cuando acaba esta pequeña función empieza el buen teatro. Mi madre, por teléfono, me avisa de que coja paraguas, y entonces yo constato el hecho de que debí haberlo comprado en vez de pillarme un par de copas. Hoy nadie ha despedido a la televisión digital como merece. Apagándola.

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