sábado, 26 de noviembre de 2011

Los buenos tiempos

porque tu oración me dio en toda la cabeza:
bailemos por los que no pueden
("Los buenos tiempos" David González, poeta)

Salimos de la antigua sala de autopsias, y, aunque no os lo creáis, allí hacía más frío, con la mesa de mármol y la lámpara blanca y el polvo que hacía corros en el suelo y los cables en espiral, abandonados, salimos de la antigua sala de autopsias y fuera todo era más cálido, así que de pronto, al montarnos en el coche aún en silencio lo pensé: pensé que quería estar vivo, que quería llegar a casa y tener frío o calor, que quería correr y sudar, que quería que vengas mañana y bailemos juntos aunque sólo sea una vez, bailemos por los que no pueden, lo supe al recorrer el pasillo y ver las pintadas que afirman que la noche no es de nadie, que la noche es negra y blanca, fuera hace frío y no juega ningún niño y nuestras vidas se acaban yendo aunque se enrollen sobre sí mismas como los cables de la lámpara en la antigua sala, podremos girar sobre nosotros mismos hasta hartarnos, pero esto no habrá servido de nada si seguimos notando el frío, si seguimos en silencio dentro del coche, hasta que enciendo el radiocassette, arranco una conversación banal, echo de menos un cigarrillo y pienso en todos los buenos tiempos que aún no hemos gastado, que sea de mármol el suelo y no la mesa, que vayamos a morir de calor, que, por favor, volvamos a bailar juntos. 

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