jueves, 17 de noviembre de 2011

balasto

me preguntas si como yo son los demás;
ni lo sé, ni lo quiero pensar
(Sr. Chinarro)

he soñado con tu sexo hirviente, me lo ha recordado la mancha de la cama, ya no era noviembre sino julio y mi espalda era de regadío, después desayunábamos en el balcón que no tengo con las vistas que sí que tengo, te hacía fotos y te reías, porque pasaban al álbum de mis padres, el de las tapas granates, donde duerme para siempre 1979, pero no, despierto y mis padres ven la televisión en el comedor bajo los cuadros de caza y la cerámica portuguesa, a veces me pierdo si pienso en ti demasiado rato, a veces me pierdo si no lo hago, porque sigo siendo noviembre y tú sigues siendo lo que me salva sin saberlo, sin estar aquí, tendría que matar demasiada gente para contarte esta historia, esta historia de mañanas con niebla y tardes con sol, esta historia a 33 revoluciones por minuto que si se pone en el tocadiscos equivocado suena horrible, pero que aquí y ahora suena cojonuda, ¿no te quedarías esta tarde también escuchándola? quédate, todo será familiar, no he movido un solo cuadro ni he rehecho a lápiz las fotografías, no soy nadie que no conozcas ya, soy el tipo que sueña pero que sabe que la realidad siempre llega a coger el autobús mientras tú te quedas en tierra y son las 7.30 de la mañana, a dónde vas a ir si los bares de viejos en los que tomar café ahora son clasistas, sirven gin-fizz, cierran a las 11 de la noche, pero ya ponen tazas de desayuno ni churros grasientos con los que manchar el periódico, que ya trae bastantes manchas, las manchas que dejan las vidas como las nuestras, las que les va bien, sin más, las de vacaciones con cassettes en la A-3 y arena en la toalla, que te invitan a algo en nochevieja si subes a felicitarles el año antes de salir a beber, vidas que se pudren un poco al sol pero que dan envidia por cómo circulan sobre el balasto, vuelve, no te vayas, vuelve, si quieres hablaré de ti igual que hablo de otros, pero es mejor soñar contigo que hablar de ti y como estás callada puedo imaginarme lo que quieres, incluso puedo imaginarme lo que quiero, pero esa si cuento esa historia tendría que matar a demasiada gente.

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