sábado, 1 de noviembre de 2008

Veinte Conmigo.

Para mí, qué cojones.

"Mi historia más reciente se remonta al cómo quieres que escriba una canción si a tu lado he perdido la ambición que escribió Sir Kronen sobre mí en Mayo. Y hoy vuelve a escribir sobre mí.

Pero mi historia va sucediendo de forma retrógrada a lo largo de lo que son ya veinte años. En orden cronológicamente inverso, entré a Medicina, condenándome durante un mínimo de seis años al ostracismo. Antes, creé un mito en el instituto, del que gran parte de mis amigos siguen viviendo, y del que yo reniego cada vez más, tratando de enseñar que ni siquiera soy un hombre.

Antes de eso viví durante los [cada vez más] estúpidos años de la ESO en un seminario, sin mujeres en clase, lo que condenó toda mi conducta para con el género femenino. Por eso sigo siendo un fracasado, y no por ninguna pseudo explicación freudiana. Molaría más, estoy seguro, decir que estoy enamorado de mi madre, pero el caso es que mi madre y yo de vez en cuando somos enemigos íntimos, y otras tantas la quiero bastante. De mi padre, pocas cosas puedo decir que no hayais leido o visto en mí.

Mi hermano es un capítulo aparte que llega nueve años antes que yo, pero no menos importante. Él me trajo a los oidos casi toda la música que me ha marcado para siempre y que yo pregono a posteriori. Mi hermano era la guitarra, él es el rocanrol y por eso me ha dado tanto que aprender, y tanto de lo que alegrarme, por ejemplo mi sobrina, de la cual estoy orgulloso, y que me hace sonreir siempre. Mi hermano tocaba una guitarra negra con una placa que ponía Betty, y aprendí Alucinante con él en el salón de casa.

Mi vida sigue hacia atrás como Los Suaves, en un colegio de monjas, donde conocí a gente que hoy sigue estando por ahí y por aquí, donde pasé nueve años que según las tablas que he estudiado, configuran lo que se llama mi infancia. De lo anterior, sólo recuerdo cuando es a través de fotos, pero sé y creo que existió.

Ahora todo es diferente. Me han pillado las doce de la noche en el messenger, y el primero que me ha felicitado es un chaval de un foro. Qué cosas, tú, antes no me felicitaban hasta que no me despertaba mi madre. Y antes tampoco me mamaba, y cosas así. De hecho, hasta hace unos 4 años no escribía, así que supongo que debería agradecer la colaboración en este aspecto de mi vida a la chica de los botones y los cuadernos.

El amor siempre ha sido algo difuso para mí, y así sigo a día de hoy. Con la cabeza rota en diferentes caminos, y con ganas de más, siempre de más. Ahora vivo en Salamanca, y dejé atrás mi Zamora, ciudad de la niebla, entre semana. Pero la sigo teniendo a fuego, por eso vuelvo siempre que puedo. Ahora celebro mi cumpleaños en pisos [francos] con 20 personas para 20 años.

Ayúdame, y te habré ayudado. Que hoy he soñado con otra vida, con otro mundo.

Joder, gracias a todos, todos los que habeis pasado por mi vida en estos 20 años, los que leereis esto, y los que nunca lo hareis. Gracias por haber estado, y haber hecho de mí quien soy.

1 comentario:

Paz dijo...

de hecho, creo que observándolo cronológicamente, fui yo la primera en felicitarte. Fuera de fecha, sí. Pero la primera.

(lo siento por el chaval del foro, no creas)