viernes, 28 de noviembre de 2008
Arsuaga
"We are made from the same stuff that dreams are made of"
(W. Shakespeare)
Cualquier buena historia, como ha venido siendo desde que los siglos se suceden uno a otro, y tenemos el fuego para sentarnos al lado a hablar, debe comenzar con un: "Hace mucho, mucho tiempo, cuando el mundo era niño..."
Arsuaga es un tipo que sabe. Sabe de todo. He conocido gente que sabe de todo, y sin embargo le suceden dos cosas. a) No sabe comunicarlo correctamente, con lo cual no sirve para nada tener ese conocimiento si no puedes compartirlo. b)Es tan grandilocuente y magnífico que a pesar de todo su conocimiento jamás podrás contactar intelectualmente con esa persona porque no aguantarás su charla ni diez minutos.
A Arsuaga no le sucede ni a) ni b). Y eso hace que en menos de treinta segundos estés hechizado por su voz, y por lo que cuenta. Y por cómo lo cuenta. Sabe cómo hablar en público, y además de eso, conoce y ama aquello de lo que habla. La Antropología, o la Paleontología, son su mundo. Y como lo ama, te lo cuenta como la mejor de las historias. Esa que de pequeño nunca te cansabas de oirle a tu madre o a tu abuela, sentada en la cama, y tú bajo el edredón.
Es un pirata que ha navegado bastante por el mundo, y por eso sabe reírse, y hacerte reir. Sabe cómo mantener a todo un auditorio con el aliento contenido, esperando la siguiente frase. O cómo hacer que le dés mil vueltas a un solo asunto. Cómo hablar de la evolución del hombre y de la metafísica en cuatro frases mágicas. O cómo transportarte varios miles, o millones, de años atrás en el tiempo.
Arsuaga contó historias de chamanes. Y, en el fondo, creo que no era mera coincidencia. Los chamanes movían a una sola tribu con el poder de La Palabra [así, con mayúscula]. Arsuaga es un chamán de nuestros días, y por eso tengo que decir que ojalá la conferencia de ayer hubiera durado toda la noche, porque hay hechizos que uno no puede superar. Y encima le gustan.
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