viernes, 26 de septiembre de 2008

La Semana Fantástica


En la poesía que leo ahora, por recomendación de Clifor, hay sexodrogayrocanrol. Justo como en la Semana Fantástica.
Volví a Salamanca con una desgana de mierda, que se cambió a las dos horas en un ímpetu alcohólico que no había tenido desde Junio. Cosas de la vida, desde que me fui de Salamanca. Digamos que sólo me ha faltado beber para desayunar, que por otra parte me lo estoy planteando. Y es que cuando empiezas a dar Anatomía Patológica sólo puedes tener dos opciones vitales: reventar tu hígado, o seguir vivo. Yo, inconscientemente he girado a la primera opción sin ni siquiera haberlo elegido. El rocanrol (así, nada de americanadas de rock'n roll) ha estado en la cabeza noche tras noche, con olores a humo y bares, muchos bares. Lo del sexo han sido más bien aproximaciones simplemente, pero por un rato vale, como dicen en mi pueblo.
La Semana Fantástica me ha cundido de cojones, hablando en plata. Y sin embargo, como pasa después de todo esto, estoy lleno de mierda pero muy vacío a la vez.
Salamanca (o la gente que la llena) me quema, y yo no sé que hacer para adaptarme. Tres septiembres seguidos jugando a lo mismo ya puede conmigo. Yo no necesito setenta personas a mi alrededor para vivir, pero si me hubiera plantado, no estaría así. Yo no necesito salir cada día con un grupo diferente, ni cincuenta cambios de bar en la misma noche. Yo lo que necesito es calma, y sin embargo me he pegado la Semana Fantástica como los más grandes.

Ya lo decía mi abuela: hay que morir de algo, y claro, como yo no fumo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta saber que estas en Salamanca y yo tambien ^^. Intentare que este año no te sea igual a los 2 anteriores ;)