lunes, 28 de septiembre de 2009

Kale borroka

La lucha por la calle está a la orden del día, es caminar y ver al otro lado del asfalto a los mismos derrotados, a los mismos vencedores que siguen en la brecha, y dicen, como dice Marea, que derrumban muros con palabras, pero los contenedores y cajeros siguen estando ahí, y seguimos siendo el silencio, el incendio, la llama en movimiento, nada nos puede detener cuando nos lanzamos cuesta abajo, nada nos puede detener cuando nos lanzamos, tenemos en la mente el molotov perfecto que revienta en cristales y rojo y naranja y los tanques y sus cadenas que destrozan el piso y los oidos con los mismos decibelios de verde militar, no hay nada más allá a la derecha de la derecha, compartiendo portales, compartiendo rejas desde delante y desde detrás, y según paso siempre me despido, y en ocasiones escupo, porque hay veces que sabes y hay veces que no sabes cuál es el final, y cuál el principio.

2 comentarios:

Ainhoa dijo...

Me gusta...aunque no se si lo entiendo como debo de entenderlo. Aunque dicen que lo bonito de las cosas es entenderlas según las necesites, hacerlas tuyas. Asi que tomo prestado tu texto para leerlo cuando me debato entre el grupo de los que se lanzan y los que se quedan atrás.


Respondiendote a tu comentario, puede sonar raro, pero nunca he visto una estrella fugaz, aunque más raro será no encontrar un trébol que no sea de tres hojas, no?

RubenBartolome dijo...

No voy a decir nada porque luego se sabe todo.

Pero eso sí, me estoy descojonando vivo.