Odio esa parte de la película en la que tienes todas las de perder hagas lo que hagas incluso si no haces nada. odio que la escena del final sea yo alejándome del puto portal solo contra el naranja y el negro y el frío de una noche de tantas. Odio ese extraño combustible que es la ilusión, que nunca sabes lo inflamable que es hasta que explota o se te vacía el depósito. odio el silencio, las caras largas, el tiempo y la impotencia. Odio muchas cosas, pero sin embargo, no te equivoques, amigo, porque tengo muy claro lo que quiero.
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