Cómo me gustaría llegar y tener una historia para contar. Simple, llena de tópicos, con su principio y su final. Una historia para llenar cien páginas. Para contaros cosas sobre el amor maduro e inmaduro, sobre el mío y el de otros. Para relatar un asesinato en tercer grado, cómo me gustaría una buena trama sobre la que sostener personajes redondos que se moviesen en la cuerda floja y que llegaran a buen puerto. Con sus flashback, con sus giros argumentales. Cómo me gustaría tener una buena historia que contar, y la voluntad para contarla.
Pero sin embargo aquí estoy, mi historia no merece más la pena que ninguna otra, así que todo lo que puedo hacer es no envolverla con artificios, contar verdades y callar otras cosas. De cómo me persiguen, y cómo escapo. De cómo no sé querer a quien me quiere y quiero querer a quien no lo hace. De cómo pasan los días y ni siquiera hay problemas que llamen a la puerta. De cómo se va la vida y nada se viene. Eso es.
Siéntate, quédate ahí, y escucha. El espectáculo siempre continúa.
1 comentario:
pero claro que se trata de ser sensible o no. si son nuestros instintos, nosotros sabemos sublimarlos. creo que hemos ganado la partida a lo físico hace tiempo, hemos forzado la evolución!!!. no todos los instintos son sublimables, pero depende de la persona si determinados instintos los consigue superar o no, y eso, amigo mio, es lo que llamamos sentimiento.
por cierto, se que la mayoria de las veces que nos vemos te digo cosas que no te gustan, y lo siento, pero siempre digo lo que pienso. Si te sienta mal, piensa que yo no tengo la verdad, solo opino
Publicar un comentario