jueves, 12 de marzo de 2009

Oporto o la Decadencia

Elige llegar tarde a comer. Elige subir tarde a la habitación. Elige dejar tus cosas en la 408 pero ir directamente a la 415. Elige mirar a los ojos de Pablo, y oir como te dice que se quieren ir a Oporto. Elige ir a Oporto. Elige tres colegas de puta locura, un guiri, un hombre lobo y un trípode. Elige un Audi A3 Sportback 2.0 TDI automático. Elige comprar en el Eroski comida de picnic. Elige la autovía hasta la frontera, y más allá. Elige cambiar el aceite en Portugal. Elige Editors en el radiocassette. Elige atardecer bajando hacia el Duero. Elige el Estadio do Dragao, rodeado de portugueses con bigote, y portuguesas sin él. Elige quedarte sin entrada, y elige Superbock en un centro comercial para mentes apagadas. Elige fiesta donde nadie más la ve, elige garitos cerrados para intelectuales donde te cobran por salir y no por entrar, donde tienen rones blancos para maricas que beben de pie hablando como señoritas. Elige dormir una hora cuatro tipos en un coche que se va quedando sin oxígeno, y los cristales empañándose. Elige pasear bajo la luz de la luna hasta el puente del Duero con Pablo, donativos de treinta céntimos, elige tipos de dos metros con gabardinas negras que se llevan la mano al bolsillo interior. Elige Mañanitos de chocolate y GPS de luz nocturna, elige autopistas de peaje y autovías solitarias. Elige no dormirte y relevar en gasolineras de baja estofa. Elige dormirte de copiloto, y deslumbrarte al llegar a casa. Elige subir sin desayunar.

¿Desayunar? ¿Quién necesita desayunar cuando tiene Mañanitos al volante de un A3 rojo?

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