Basado en una historia de Sir Kronen.
"A por ellos, como en Paracuellos" rezan los titulares de la 3ªedición especial del día, de las 22.30. Y en la portada la foto del Rey vestido de militar con su boina azul y la rojigualda en el hombro, riendose, como si fuera la única persona feliz en el país entero que se había lanzado a la calle a la vez que los tanques del difunto Milans del Bosch.
Entonces, allá por la medianoche los vampiros habrán recogido del suelo las toneladas de sangre derramada en el nombre del Amor, y todas las televisiones emitirán en exclusiva el mensaje de Jaime Peñafiel delante del tapiz masónico del siglo XVII que tiene oculto el escudo anagramático de Telecinco.
Españoles todos. Hoy nos hallamos en la penosa encrucijada del Pasado y el Futuro, que chocan en el Presente con el que esta noche de Febrero nos golpea la cara. Las hordas ascendentes de Liberalconservadurismo Cristianomasónico Comunista que querían tomar el mando del País han salido por fin de las sombras mostrando su perverso rostro, contraído en una mueca de avaricia y constante ira.
Soportamos sin bajar la cabeza la Jubilación a los 67. Soportamos impasibles las horas de TVE sin poder ir a mear por riesgo a perdernos la escena cumbre del telefilme de rigor para la sobremesa de un Domingo. Soportamos los recortes presupuestarios y el monopolio del cine español de drama, sexo, posguerra, sexo y drogas. Y sexo. Soportamos los doblajes inanimados, los títulos estúpidos, soportamos una alfombra verde. Soportamos las recetas rojas para los viejos y las pastillas para la próstata. Soportamos la burbuja inmobiliaria.
Yendo un poco más allá, el vaso de nuestra paciencia (rezará Peñafiel) se fue colmando con la llegada de esa trepa divorciada televisiva a la línea hereditaria que ha de dar a luz al macho que regirá la Nación . Sus desplantes constantes. Y Elena deshonró el Sagrado Voto del Matrimonio al vender a su consorte Duque de Lugo por minucias como las rayas de coca en el gimnasio. Fútil y terrible sexo el femenino, haciendo leña del árbol caído.
Amigos, hermanos, compañeros. Lo que no podemos soportar es que con toda esta pirámide de despropósitos que se elevan hasta rayar las nubes, además de echar a Don Jaime de la Casa Real le retiren su estatua del Museo de Cera.>>
Y será en ese preciso instante, cuando suenen los primeros acordes del Cara Al Sol, el escudo del Los Reyes Católicos sobre fondo azul, España entera con todos sus grupos de Facebook unidos en una sola canción y corazón poblará las aceras para proclamar que aquí ni Dios Bendito que baje al Cerro de los Ángeles, provincia de Getafe, nos va a quitar el mando de la Televisión, la puntilla blanca de la mesa camilla, los braseros de cisco. Ni a los consortes aristocráticos de la Casa Real que se metan de farlopa.
1 comentario:
Llamar a la prensa para quitar un monigote de sitio está mal, pero hacerlo para quitar una estatua de cera es ridículo.
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