viernes, 26 de febrero de 2010



Esta mañana estaba sentado con mi pijama de quirófano dándole vueltas a mi leche caliente con miel, con la garganta estropajosa y voz de cantante de jazz. Han llamado a la puerta: era un señor muy amable del Gobierno. Me ha quitado mi L, la de Loser. Yo se la di, le estreché la mano, y me volví somnoliento a la cocina. Y me quedé dando vueltas a la leche preguntandome qué papel me tocará representar ahora. Pero eso vendrá en otra carta de la administración. Mientras tanto, tenemos que bailar.

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