Lo acabo de ver, de madrugada Ronaldo ha hecho un hat-trick. Ronaldo, el bueno, no el Cristiano. Ronaldo, el gordo, el tonelete. Le sigue ganando las espaldas a las defensas, y eso que ya no corre. Le sigue zurciendo desde fuera del área, y como ya no se puede ir por velocidad, los sienta con regates. Qué crack. Saltó por encima de todos los que lo daban por muerto con una recuperación espectacular, que no le ha hecho volver a ser el de Compostela, pero que lo hace seguir siendo mejor que el 80% de los delanteros de la LFP, con una pierna cortada.
Luego viene Bolt, bajo la lluvia de Lausanna. El que nunca baja la cabeza. El hombre más rápido de la tierra sobre sus pies. Y resulta que competición tras competición es el peor en las salidas (0,204 seg) pero los revienta en el sprint, porque la cuestión no es cómo empieza ésto, sino cómo acaba. Él se ríe, como buen jamaicano, i said we're running, and i hope you like running too.
Ellos son buenos, pero él es el mejor. Porque cuando gana se ríe, y cuando pierde, también. Porque la lucha, la sigue, y a veces no la consigue, pero otras 100 veces sí. Él, como dice Sir Kronen tiene la magia, y todos los demás estamos esperando a ver qué conejo saca del sombrero esta vez.
Yo, a mi ritmo, me miro en su espejo, y me veo pequeño, pero me veo cercano. Y no me olvido jamás de lo que prometo, aunque ya me hayan marcado un gol, y no pueda empatarles el partido, les voy a demostrar [me voy a demostrar] que nunca bajo la cabeza. Porque todo lo que necesitas, ya lo tienes dentro.
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