repitió todos y cada uno de los movimientos
dados con su pierna recta
que sólo sabía bailar al compás
de tres por cuatro [doce]
ahí fuera era verano en sol sostenido
y el aula cerrada se volvía irrespirable
para cinco pulmones y medio
en un maravilloso crescendo de
sillas arrastradas por el parquet
nadie escuchaba los fallos, remediables
a todas luces, y el foco apuntaba
a la caja, ellos miraban las partituras
jeroglíficas de papiro azul y suspi-
raban por acabar.
faltando menos de un tercio, colgaron
el arco y las teclas por un on
the rocks; esa noche cenaron donde
siempre, durmieron donde siempre,
soñaron como siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario