lunes, 12 de septiembre de 2011

el hombre, el mito (I)

[...]Johnny lo identificó al instante como uno de esos apéndices que, una vez extirpados del cuerpo matriz que los alimenta, se revuelven brevemente dando unos últimos coletazos sobre la mesa antes de quedarse inertes, quizá para siempre. [...]

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