martes, 27 de enero de 2009

Paradoja

Hay carteles en paredes que prohíben fijar carteles en dichas paredes. Hay agujas que metes para evitar que se metan agujas. Hay incendios para quemar bosques que de otra forma se quemarían también. Revientas una bomba para evitar otra explosión.

Hay cientos de contradicciones, dentro y fuera de tu mente, cada día y segundo tras segundo. No tienes un reloj atado a tu muñeca, tú estás atado a ese reloj, y lo miras insistentemente, como mirabas a tu madre de pequeño para pedir algo. No pasa el tiempo, pasas tú, y de lo que haces o dejas de hacer no depende el destino del mundo, sólo depende el destino de tu coche. De tus pasos, de tu cena.

Luego te levantas cualquier día, y nunca sabes si sigues despierto, si sigues soñando, o si alguna vez hubo un tipo llamado Descartes que dudó, como tú. Y te preguntas si era simplemente un producto de tu imaginación, si Descartes era otro sueño; no, mejor aún. Te preguntas por qué se te ocurren estas cosas al ver que en la pared hay un cartel que prohibe fijar carteles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca dicen que Descartes queria llegar a conclusiones preconcebidas antes de dudar.

si dudas, que no sea una duda metódica

(gracias por el chapó)