That's one small step for a man, one giant leap for mankind
Armstrong. Julio del 69. La luna.
No se trata de quien eres, de si estabas en Woodstock un verano antes de la llegada a la luna viendo a los Jefferson Airplane puestos hasta las cejas, cantando White Rabbit, soñando con amor y toda esa clase de inventos. No se trata de cuanto tiempo te ha llevado alcanzar este sitio, tu barrio o un polígono industrial, date tiempo y respira. Porque en realidad ha sido fácil, aquí estás, y dejas que te regalen los oidos, y te sientes bien con esfuerzos mínimos, empiezas a conformarte con nada. Y todo lo demás está ahí, tu antebrazo inmaculado sin una sola cicatriz. No te crees capaz de hacerlo, ¿es eso? No creía que fueras de esa clase, siempre creí que irías a por algo más, que podrías dar algo más. No porque se espere más o menos de ti, si nunca fuiste de los que alimentaban el ego a base de comentarios ajenos. Te acuerdas de mí cuando ves por la televisión esos anuncios de basura enlatada para gatos, yo me meto dentro de un envase pero nunca se caducan mis letras. No te voy a pedir ni siquiera que quemes el mueble bar en el intento, que te gastes la herencia de tus padres, no te voy a pedir un imposible, sólo te pido que esta vez no te rindas antes de haberlo intentado. No hay secretos para nunca empezar, el secreto de todo esto está en terminar vendiendo lo que tienes y lo que eres para sobrevivir en una acera donde cada vez que llueva sólo vas a ser una vez más lo que siempre dices ser. Papel mojado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario