Los medios avisan de la pandemia. Las calles de México DF están vacías, pero al mismo tiempo las autopistas españolas son arterias a punto del embolismo. Nadie te ha contado que en Zimbabue muere gente de una epidemia de cólera. Nadie ha mirado la marca de las mascarillas que se agotan en las farmacias, y las autoridades decretan el estado de pánico con un gesto tan simple como retirar de las farmacias el Tamiflu. Por ahí se oyen cosas, los telediarios no informan, se limitan a poner una serie de impactantes imágenes en cadena, para provocar tu escalofrío, para llevarte a un mundo irreal de miedo en el que lo mejor será quedarte en tu casa disfrutando del puente consumiendo vía telefónica, porque además se comenta que hay crisis. Crisis que se va destapando cortina tras cortina de humo, crisis que va atenazando las gargantas que ahora parece ser que van a atenazar la gripe porcina y los atascos en el puente. Los políticos figuran en televisión de la misma forma que dicen que Lope de Vega escribía cada mañana una obra de teatro y se estrenaba esa noche. Algún día se pasarán a torear a las óperas de Bizet. En la calle hay droga, hay Logse y hay coches tuning, hay motivos para la preocupación haya donde mires.
Pero cierras los ojos, y dices: joder, el mundo está loco, loco, loco. Y deberías, como mínimo reirte.
1 comentario:
Histeria, como siempre, histeria. Las vacas locas, la gripe aviar, la crisis, el efecto 2000, la huelga de los transportistas y la gente loca acaparando bienes...
La masa asustada es más fácil de controlar. Ya lo dicen los estadounidenses.
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