domingo, 26 de abril de 2009

Claveles para un 25 de abril

Nací a treinta kilómetros en línea recta de esa frontera, pero visité Lisboa en el vientre de mi madre, en un verano de 1988 donde pegaba el calor, catorce años después de la revolución. Una revolución de un día de abril en el que un ejército harto de una guerra ultramarina por unas colonias donde moría gente sin remedio, le da el poder al pueblo después de casi cincuenta años.

Nací a treinta kilómetros de esa frontera como podía haber nacido al otro lado, por eso nunca me quejo, nunca me siento superior, y sí que me siento agradecido. Agradecido a ese arroz de grano fino y sabor ácido, a ese bacalhau com batatas. Agradecido a alguna camiseta de marcas falsas, a algún chándal brillante y a muchas deportivas baratas de mi infancia.

Lisboa en el vientre de mi madre. Mis primeras vacaciones en Aveiro, mi primer recuerdo ese faro de Barra. Mi entrada en la adolescencia en Oporto, mi última locura de ella también allí. Portugal es verano, es sueño, es sol y es huída hacia el atardecer, Portugal me llama y me ata, como describen los tenistas que la raqueta es parte de su brazo, igual lo es la patria portuguesa de mi tierra, por eso la siento como mía. O me siento como suyo.

Porque es un pueblo humilde pero sincero, con esa sonrisa en la boca, con esa picardía de marinero y mano ruda de labrador. Con esos acordes de Amalia Rodrigues como único e infalible himno, con un Opel Corsa blanco o un Audi A3 Sportback en vías rápidas o autopistas de pago, yo me quedo contigo, Portugal.

Porque, entre otras cosas, un día de abril de 1974 sacaste los tanques para liberar al pueblo, en lugar de para esclavizarlo. Y luego hay quien se pregunta que por qué claveles para una revolución...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Mi padre tocando Lágrima al piano...Él adora a Amalia Rodriges.

Siempre me hablo de esta revolución como de las otras, con mucho entusiasmo, aunque recordandome que ahora resultaba un acontecimiento bastante perdido en el olvido de la gran mayoria, como alguna otra guerra reiente de cuyo nombre no se quiere acordar(ni él, ni Solana).

Oporto, Lisboa, Arribes del Duero,las fondas,Madeira...
Toallas,vajilla, sábanas,bacalao...Cohimbra sin el...Sao Paulo de Frades...tan lejos y tan cerca(Like a Rolling Stone)

Gracis Jaio por un homenaje merecido, por un recuerdo imprescindible.

iruma dijo...

yo agradezco mas que el bacallau, el frango assado