sábado, 3 de diciembre de 2011
El Villarato y las armas de Irak
Leí no hace mucho que hay días en los que lo mejor es suicidarte bien de mañana y no resucitar hasta el día siguiente. En 2003 nuestro colega Josema soltó su bilis y nuestros tanques como ha hecho Iturralde esta mañana. El fragmento de España ya no son los rojos y los azules, porque ahora son los rojos y azules contra los blancos. No desayuneis churros con chocolate, no deseéis a la mujer del prójimo, no os toqueis bajo pena capital de quedaros eternamente ciegos y yo te digo que no estaría tan mal ser ciego, ponerse ciego, aún os preguntáis por qué toda nuestra generación se ha perdido. Por vuestra culpa, que nos robasteis los héroes en la década del 2000. No tenemos ni a Bowie ni a Freddie Mercury. Tenemos el Villarato y a Piqué cubriendo portadas de diarios y semanarios, tenemos a Justin Bieber y toda la música que escucharon nuestros hermanos mayores. El Drogas que deja Barricada, el Fito que vendió a los Platero y tú, cabrones, habeis matado nuestra pulsión sexual disparando en nuestras nucas con balas blancas, nos habeis tratado de ovejas negras y nos habéis emboscado en la Bahía de Pasaia, direis que ganamos todos nuestros títulos puestos hasta arriba, y os diré que sí, que efectivamente nosotros somos el Chava Jiménez y Marco Pantani, que nuestros ídolos se han muerto y nos han dejado la desgracia de vivir en un mundo con su mudo recuerdo en nuestras camisetas. Teneis razón, hijos de puta, sacaremos el país adelante aunque tengamos que hacerlo solos, levantaremos un mundo pero será nuestro, porque nosotros queremos ser los héroes que alguien recuerde mientras corre por el bosque, queremos que cantéis nuestras canciones cuando no podáis teneros en pie, queremos que caigáis borrachos de rodillas pensando en que no os dejemos solos subiendo el Galibier, el mismo que nosotros estamos subiendo por nuestra cuenta mientras vamos viendo en las cunetas las caras esperpénticas de unas décadas que nadie va a recordar como prodigiosas. Si mi abuela escucha la radio pero no sabe quién fue Steve Jobs, si mi padre no escucha a David Guetta, si mi sobrina ve Phineas y Ferb sin entenderlos. En algún momento construiréis nuestras estatuas, recordando el día que quisimos volar el Parlamento, y os diremos simplemente que nunca nos vais a alcanzar, pero que tendréis todo el mérito del mundo si luchais la mitad de lo que nosotros lo estamos haciendo. Y nunca, nunca, dejeis de tocaros.
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