miércoles, 2 de diciembre de 2009

Hay gente que habla con la boca llena sobre los días que le han cambiado la vida. Yo, amigo, prefiero mencionar de vez en cuando que son las noches las que a mí me han ido moldeando. Esa clase de noches en las que una sucesión de acontecimientos y un desfile de personas marcan de forma involuntaria pero irrevocable el curso posterior de los acontecimientos, y de la historia; no la mundial, sino esa personal que llaman intrahistoria y que luego vas relatando y recordando poco a poco, desgranando a lo largo de los siglos unos hechos que no duraron más que unas horas. Esa es la magia que esconden algunas noches, las que te cambian la vida.

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