viernes, 25 de mayo de 2012

Mapas

Pienso en el hambre que me enciende el estómago cuando atardece, porque nadie enciende la luz de esta casa y las canciones son tristes. Debería haber guardado las estrellas en un tupperware de plástico, plástico reciclado, plástico que evite los agujeros negros formados al vacío del ayer, plástico que podamos guardar en el maletero para huir hacia adelante. Las debería haber guardado para que me alumbren y evitar deslumbrarme con la lámpara de tu mesilla cuando me voy. Es por eso que me visto a oscuras, que me palpo la ropa y, si me despisto, te leo a mano la espalda.

Pienso en quién sería si fuera quien no soy. En las discusiones de derrota donde no encuentras ninguna réplica instantánea, en las respuestas inútiles de la mañana de después. En las copas de más y los polvos de menos. Pienso en los días que se rompe la primera persona del plural y dos cubitos de hielo se miran despacio, igual que Casiopea y Libra, frente a frente, separadas por millones de años luz y destinadas a nunca colisionar. El carro también adorna el cielo de este primaverano. Casiopea y Libra se tumban en las calles de piedra, retando a los coches, derraman la cerveza, buscan la épica del sistema nervioso parasimpático, que no es más allá que otro juego de palabras esdrújulas. Otro juego, diferente a todos los demás.

Pienso en que, de todos los lugares de este Universo infinito, sólo puedo besarte en un callejón oscuro, sólo pasando un canalón oxidado, sólo encima de un escalón. Y pienso en todas las veces que lo dejo pasar, se pasan los silencios, se pasan las épocas y las lunas vuelven a crecer con las campanadas de las 10. El tiempo de las cerezas que los pájaros nos robaron, el tiempo de los tulipanes llamarados que no vimos crecer. Eres tan extraña como mil mapas de metro de los que nunca llegaré a conocer ni el centro de la ciudad, no manejaré la línea que une tus escápulas. Eres tan fascinante que me mudaré a los suburbios y desde allí, con los ojos cerrados y las estrellas en un tupperware para merendar, intentaré encontrar un callejón sin nosotros.

.

No hay comentarios: