Por la mañana, Lily estaba tumbada boca arriba, roncando. Me fui al baño, meé, me lavé los dientes y la cara. Después me arrastré de nuevo a su cama. Me la acerqué y empecé a jugar con sus partes. A mí siempre me ponen muy cachondo las resacas, no para besar ni chupar, sino para echar un polvo sin contemplaciones.
Joder es la mejor cura para las resacas.
Charles Bukowski, Mujeres
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