Querido 2012:
Yo no creía en estas cosas. No creía en la gente cuyo correo acababa en dos cifras recordando un año de su vida. No creía en la Generación del 27 ni tampoco en el Mundial 94. Yo no creía en los números hasta que te conocí, 2012.
Y ahora que te conozco intentaré amarte de la mejor forma: dejándote escapar. Porque es la libertad la que hace grande al amor. Y yo te he vivido y te he besado. Te la he metido hasta el fondo y he dejado que te cueles por todos mis poros, querido 2012. He cumplido los sueños más elevados que tenía, y algunos de los más oscuros.
He llegado a algunas de mis cumbres humanas, personales, académicas. He estado en todos los lugares que he querido, he sido muy libre y me he tenido a mí mismo para compartirme. La vida que le damos a los demás es la que realmente vivimos, y por eso este 2012 ha sido grande, porque lo he vivido con los demás y no sólo conmigo. Porque ha tenido 6 meses de salvaje felicidad y otros 6 de abnegada entrega, ha sido la mezcla perfecta entre lo que un hombre quiere hacer y lo que un hombre debe hacer. El tándem que conduce hacia adelante. He sabido llorar y reír, he bebido y vivido hasta extenuarme. Me he aburrido y me he esforzado.
Te echaré de menos, pero volveremos a encontrarnos en algún lugar. En libros pequeños y ocultos, en los sueños que siempre quedarán guardados como hojas secas, nos veremos las caras cuando alguien abra una botella, o cuando ella me bese con el sabor de aquella primavera en la que fui el Rey de Mundo o del otoño en el que fui una hoja al viento.
Querido 2012, nunca te estaré lo suficientemente agradecido por que me hayas pasado por encima, por que me hayas dejado huella. Cerraré la puerta despacio en cuanto te eches a dormir, me iré en silencio y sin mirar atrás, porque en la próxima habitación hay otros 365 días que tengo que gastar hasta reducir a cenizas que perfumen la vida. Y la vida es maravillosa, volveré para contartelo.
1 comentario:
¡Esto si es una despedida de año en toda regla! Ojalá todas las despedidas de año fueran así de dolorosas.
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