Españoles todos.
En estos días oscuros en que esos hijos de nibelungos y encarnizados enemigos de la raza hispana prohíben la venta del Pepino Español y censuran nuestra política vacacional,por pura envidia, y por parecerles todos bajitos, morenos y bigotudos, yo os llamo a la más profunda indignación. A la insurrección.
Abajo los perroflautas de las plazas públicas, enviemoslos en buques mercantes al puerto de Hamburgo con cargas letales de hortalizas contaminadas por bacterias fecales. No puede haber mayor honor para ellos que este servicio a la madre patria.
Hundamos los medios de prensa y propaganda judeo-masónico-socialistas que, infiltrados en nuestra sociedad, tratan de minarnos la moral con titulares equívocos e insultantes tales que "La atleta Elena Espeso declara no haber comido pepino" o bien "La bacteria E.Coli se pasa al lado oscuro". Sólo tratan de boicotear la moral de nuestro pueblo por medio de la mofa, befa y escarnio.
¿Y qué decir de semejante teutona que comanda la tropa aria, la Chancillera Merkel? Poco se puede añadir a su política de evidente destrozo, cuyo único objetivo clarividente es la conquista del territorio mallorquín que otrora Jaime I hizo nuestro por la gracia de Dios. Es reseñable el hecho de que la señorita Ángela no ha probado pepino español, pues de haber sido así no habría querido otro sabor ni amargor, como han hecho muchas de sus compatriotas felizmente destinadas en suelo ibérico, que dan fe de la afamada calidad de nuestros pepinos.
Así pues, españoles, españolas, yo os llamo al consumo del Pepino Español y de las vacaciones veraniegas, habida cuenta del contrastado éxito de ambos, y de que la enorme calidad y magnitud de ambos productos hace que quien prueba, ya no quiere otro.
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