jueves, 31 de diciembre de 2009

Dosceroceronueve (o cómo acabar una década)

Prometo ser breve en el resumen de este año.
pd: ¿por qué hacemos gilipolleces de estas cada año?
pd2: ¿por qué me gusta hacer gilipollceces de estas?

1. Llueve y pinto las paredes de Videmala en mi primera nochevieja de pueblo.
2. Tarde de Reyes en Salamanca solo, o con Carla
3. Tres de cuatro en la convocatoria de enero, salvamos los muebles.
4. Cosas que me traje de Estambul.
5. Noches eternas de fiesta, música y gin tonic.
6. Oporto está a 3:30h de Salamanca en un Audi A3 Sportback.
7. Barcelona y The Killers son magia con Nacho.
8. Pau vuelve a casa por Semana Santa.
9. El Prendimiento pesa, pero nos une en esta tarde de Jueves Santo, hermano.
10. La vida está en el fondo. Pero hasta en el fondo hay vida, y amigos.
11. Sant Jordi a la salmantina
12. Gracias, MªÁngeles, aunque no vuelva.
13. Il Dottore me agradece que cada vez que nos veamos en Jerez le traiga suerte.
14. Esto sí es fracasar, colega. 0 de 5.
15. No pain, no gain. San Pedro murió por mis pecados. Pero Arnau me abrió la lata de las vacaciones.
16. Rebeca y la ilusión. Cualquier verano vale la pena.
17. Mikael Blomkvist y yo nos ponemos morenos bajo el sol de Videmala.
18. Mi Suzuki y yo somos libres y cantamos viajando por caminos y carreteras secundarias
19. Un fado con Mamá, a Lisboa en tren.
20. Rebeca y la ilusión. Cualquier septiembre puede vencerte.
21. David G. y yo por fin somos pareja de hecho.
22. Donde caben dos, caben tres. Pero ese no era el destino de Anita.
23. Dónde coño te escondes, felicidad. Los lunes de Octubre, dónde estarás.
24. Barbaño, la mujer y el mito. Para mantener la fe.
25. 21 años por sorpresa de Rubén.
26. Tejero y yo en una cama de 90.
27. La literatura por fin me da alguna alegría, en forma de Micro Abierto.
28. Cabeza y codos abajo. 4º de Medicina lo merece. Señor Prieto, esta es su misión si decide aceptarla.
29. O las mujeres, o el alcohol. Pero a la vez no, por dios.
30. Navidad, sencillo recuerdo.
31. De Diciembre. Hemos dado otra vuelta más.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Todos los pájaros estábamos mojados

/tengo una resaca de campeonato
/yo lo que quería era seguir soñando (con mujeres desnudas...)
/el mundo gira en un sentido absurdo (mientras yo te espero)

Sigues siendo un greater, Quique.

martes, 29 de diciembre de 2009

Usted tiene ojos de mujer fatal


Tienes los pies tan fríos como yo caliente la entrepierna, estamos encerrados en esta habitación a un par de ciudades de distancia de casa, nada que hacer, nada que decir, nos pintaremos la cara como Dalí en el momento en que nos estemos durmiendo y no tengamos defensa posible contra el subconsciente que nos está trabando los tobillos a cada paso, cada paso que nos aleja del destino de unas vacaciones sin nieve en los bolsos ni caspa en los hombros ni miedo a no tener champán para romper dos copas.

Y a los diez minutos, cuando estés dormida y yo con pinceles de relojes que se deshacen, o tomando pastillas del mismo soma que Aldous Huxley, cuando esté en una clase de inframundo del que no escapar bajo pena de alma, cuando supere este síndrome de Clerembault que de vez en cuando me ataca, cuando salgamos del sofá sin ojeras y podamos escribir finales felices para historias irracionales, te miraré y te diré como dijo Jardiel Poncela, que tienes ojos de mujer fatal. Y además, los pies fríos.

lunes, 28 de diciembre de 2009


No te aflijas, Pepe, que yo te entiendo.

Back in the USSR

yeah, flew in from Miami Beach B.O.A.C.
din't get to bed last night
all the way the paper bag was on my knees
man, i had a dreadful flight.
(Lennon/McCartney)

Me esperaba a la llegada a Moscú con su mostacho y su placa de plástico, en la agencia las cosas estaban jodidas, el dinero no llegaba, y parecía que no interesaba subir. Un Lada blanco para rodear tres puentes del Volga, una bolsa de basura azul para la ropa, una maleta de cuero beige para mis pantalones de cuadros y sus calzoncillos de follar.

Aquella noche las cantamos todas, todas, todas. Incluso repetimos alguna. En Moscú mueren cada invierno unos diez mil mendigos de congelación, leí en un periódico yankee una vez. Normal, pensé meando en la fuente redonda, normal, si es que pasan cosas. Nos rodeaba gente innecesaria, y a la vez necesaria para la misión. Porque tanto de pie como caído vale cualquiera.

En fin, todo estaba dispuesto. Teníamos el piso franco, teníamos las vistas, el rifle retráctil, la munición, los testigos, la hora. Teníamos un plan A y un plan B. Pero cometimos un único error. Brindar por el éxito una hora antes de disparar. Habíamos pasado demasiados años en los USA bebiendo bourbon, de modo que cuando probamos dos shots de aquel Russki Liod todo empezó a ir mal, muy mal.

No acertamos con la frecuencia de la onda corta de la policía (la Militsiya), que en cambio nos descubrió hurgando en el dial sin autorización. Me faltaron cuatro piezas del rifle telescópico, que sonó como afogonado cuando apreté el gatillo dos coches después de que pasara el objetivo. Acerté en uno de los neumáticos del coche inocente, que destrozó una boca de incendios y provocó retenciones por dos horas. Salimos corriendo.

Salimos corriendo y en el piso que ya no era tan franco quedaron nuestras huellas, nuestras balas y nuestro Russki Liod casi vacío, y todo era malo, malo, malo, cuando nos cerraron el paso por la escalera general, pero nos quedaba la de emergencia, y corrimos, y corrimos, y corrimos. Y cuando estabamos abajo, el pronóstico era malo; pero si te soy sincero, lo que nos valió los doce años más aparte de los veintiocho originales que ahora estamos pasando en Butyrka fue cuando él, con su mostacho y sus calzoncillos de follar, me sugirió que me despidiera de la Militsiya con una frase lapidaria.

Fue entonces, mientras les narraba mi frase mítica, cuando uno de los policías me tiró a la cabeza con la botella de Russki. Ahora sí que podemos decir que estamos de vuelta en la URSS. Y no nos espereis para cenar. Hay chicas de Georgia esperando a que caiga el Telón y nos concedan nuestro tercer grado.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Relativiza, chaval

On december 12th 2008 jaio said:

- Dímelo. ¿Puedes saber acaso quién marca las reglas que te convierten en un fracasado o en un triunfador? Lo único que puedes saber es si lo eres o no, y eso no es justo.
- Yo me preguntaría otra cosa en tu lugar. ¿Puedes saber de verdad si eres un fracasado o un triunfador, mientras estás vivo?
- Claro que puedes. Sólo tienes que mirarte al espejo en dos momentos de tu vida. El primero, cuando tengas ganas de sonreir hasta reventarte los labios. Y dos, cuando vuelvas a casa a las 7.15 de la mañana después de caminar bajo el diluvio universal desde un polígono de las afueras. Suma, haz la media, y el resultado será tu triunfo o tu fracaso.

(a veces no está de más recordarse)

jueves, 24 de diciembre de 2009

El Rey y yo (todo por la Napia)


Esta noche el Rey va a anunciar que nos vamos de farra en su Harley con su mono negro, y mi casco de Lorenzo, esta noche el rey va a anunciarlo y yo estaré detrás de la cámara con mi bufanda de la República mirándole orgulloso, como una madre mira a su hijo cuando trae del colegio 10 sobresalientes, y pensaré ése es mi Juancar, jódete, Sarkozy.

El rey va a anunciar que nos escapamos en su Harley en cuanto termine la Misa del Gallo, y se lo podrá meter todo por la napia, porque la pestañí lo respeta, sabes, es lo bueno de ser el jefe de todos los ejércitos del país y que la Guardia Civil siga siendo un cuerpo con cierta justicia militar. Nos vamos a meter varios cientos de kilómetros en el cuerpo nosotros también, vamos a llegar al peor puticlub de la provincia de Pucela, y, amigo, créeme, vamos a ser los putos reyes. Ahí sí que sí. Sofía, no me esperes despierto, que desayuno fuera.

Es que ya lo veo, el Rey y yo, mano a mano, tumbándonos a cubatas de Chivas 18 años, porque mi madre no me deja otra cosa, escuchando a Springsteen veremos amanecer por los campos helados de la meseta, vaya Nochebuena que nos vamos a clavar. Ya verás, cuando lo anuncie esta noche, vamos a dar el palo del siglo. Juancar está cansado ya se enorgullecerse y satisfacerse, nos lo hemos ganado, ¿no?

El Rey y yo creo que este año vamos a disfrutar de nuestra primera comida de Navidad en condiciones, o eso espero. Y esta noche cuando salga a dar el discurso con su camiseta de Fe de Ratas y con barba de tres días, aunque yo esté a 300km de él sabré que empieza lo bueno por fin. Y le diré a la abuela que me repita mazapán, que esta noche tiene pinta de ser larga.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cerca

Acabo de recordar el perfume que usabas hace tres años. No me preguntes por qué, no me lo preguntes, porque la verdad que no tengo ni idea. Sólo que de pronto me ha venido a mi anósmica memoria el perfume que usabas, y me he puesto a recordar todo lo que ataba a ese perfume. De cuando vivíamos en el hotel y entraba a tu habitación de diva por las mañanas de viernes y todo estaba a oscuras y olía a humo, y compartíamos cama sin conocernos; yo te traía peluches y tú piezas de caza mayor. Y me contabas tu vida con tu voz rota de camionero, me contabas de tus hombres que deshacías como esta mañana se deshacía el hielo del parabrisas del coche de mi padre. Acabo de recordar el perfume que usabas hace tres años, qué tiempos.

martes, 22 de diciembre de 2009

Tenlo por seguro

Aunque odie por sistema las navidades
ver cómo toda esa gente parece feliz
cómo algunos ahora ya son millonarios
cómo nos dejaremos cientos de euros detrás de los escaparates

y yo estaré apagado, esperando un año nuevo
pensando en ratos libres con los amigos
en escaparme con calma y silencio
cabizbajo y callado en reuniones familiares
que me revuelven bastante el estómago

porque este año hice propósitos de año viejo
me propuse ser indiferente, no torcer la cara
no parecer apagado mientras el resto disfruta
callar los humos negros, ser menos corrosivo
incluso se lo he prometido a papá
[no revientes, no la montes, dijo Yayo]
lo haré, créeme que lo haré

así que en esas estábamos
primer día de Navidad, mierda de mundo
fui con mi hermano y su BMW negro a buscar
a mi sobrina al colegio.

Y sonreí.
Mi hermano me pregunta
[¿de qué te ríes?]
y no, no me reía. Hay cosas que sí te hacen feliz
las Navidades no son una de ellas.

sábado, 19 de diciembre de 2009



Eh, eh, eh!! Habeis visto, colegas? La Universidad de Salamanca (USAL, acrónimo de mucha más tirada comercial) pone a disposición de todos en su web oficial la tipografía medieval en la que parece basar todo su prestigio.

Luego sucede que a menos de un mes para el comienzo de exámenes las Bibliotecas están cerradas un fin de semana de diciembre, y en Navidad sólo abrirán 6 días de los 13 en los que están cifradas las vacaciones. Luego sucede que buscas en la lista de universidades con calidad y reputación y no salimos hasta la mitad baja de la tabla. Luego sucede que las facultades están decrépitas y tratan de mantener el decimonónico honor de Miguel de Unamuno parando las clases para la investidura del rector. O preparando el VIII Centenario con 11 años de antelación.

Pero no os preocupeis, porque podreis descargar la fuente Vítor en su web, y mandar cartas oficiales como si estuvierais en el siglo XVI, que creo que es donde esta ciudad de piedras amarillas debió de quedarse estancada en algún banco de niebla.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Temporada de transición

J. B. Toshack y Bobby Robson en diciembre de 1989 se encuentran una fría noche en un bar de copas. J. B. Toshack tiene al equipo en descenso directo y Robson está manteniendo el tipo, pero flirteando con la promoción de descenso.

Robson trata de parecer entero, pero no puede cuando ve a Toshack algo rendido, sin oficio ni beneficio. Sabe que todo lo que el bueno de J. B necesitaba no era Ballantines, sino aquel chavalito que aprendió a jugar en las favelas y por el que estuvo ya varios veranos peleando, dando ofertas que caían en saco roto. Pero eran otros veranos mejores, que eran sucedidos por temporadas exitosas, y no pasaba nada. La directiva tiraba adelante, y no se preocupaba.

Ahora la afición pide la dimisión, y Toshack está vendido. No puede hacer nada, porque sabe que en el mercado de invierno, que se alimenta de restos, no está la estrella que él y la afición necesitan para recuperar la ilusión y el buen juego. Toshack ha ido a su psicoanalista. Ha dejado la música y la bebida casi por completo, porque sabe que hacen daño. John Benjamin sabe lo que se hace, es perro viejo, pero incluso los perros viejos son apaleados.


El caso de Robson es diferente. Robson está haciendo una temporada sin brillo pero tampoco va tan mal. La cuestión es que todo mundo sabe que podría ir mejor. O quizá no, pero las expectativas creadas siempre fueron grandes, y ahora el británico de la flema y el pelo canoso está mirando al futuro, pensando que ésta solo va a ser una temporada más de transición. Bobby tuvo atado en verano al Balón de Oro de la pasada temporada, pero el último día del mercado de fichajes, éste decidió echarse atrás y seguir en su club de confianza. Robson entonces tuvo que subir a un canterano. El canterano empezó con fuerza. Subió y bajó la banda con bellos sprints, arrancando aplausos de tribuna. Pero luego algo falló, y no dejó de ser uno de tantos. No el crack que el club pedía.

Robson se ha dado por vencido, y como no puede cederlo con opción de recompra, decide venderlo. Ha hecho otro intento de acercamiento al ex-balón de oro, pero ahora ya no es lo que quería. Ahora sólo es un gallito que podría poner patas arriba un vestuario ordenado, y hundir años de trabajo bien medido.

Robson y Toshack se miran, se abrazan. Beben algo, pero menos que antes. Tienen frío, normal, es diciembre. Se miran, se abrazan. Se abrochan la cremallera, ponen dirección a los hoteles de esa ciudad donde se hospedan, y piensan que al menos es una suerte que jueguen en ligas diferentes, y no tienen que enfrentarse directamente por una sola bala. Otro año de transición.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

El cigarrón (o un Golpe Aforttunado)

La radio clamaba en frecuencias de los extremos ilegales del dial:
-"Extra, extra!! los fumadores, armándose de valor y mecheros han rodeado la sede del Ministerio de Sanidad con teas gigantes y toneladas de nicotina en vena y alquitrán en barriles para sitiar el último refugio de la salud pulmonar con sus nubes de victoria!!!".

Nosotros nos apretábamos los unos contra los otros en nuestro búnker, temblando en aquel soleado diciembre de 2011 con una temperatura media de 24.3ºC, con la llegada del deshielo a los Picos de Europa. Temblábamos con la llegada del anticiclón siberiano y con las hordas comandadas por el bueno de Philip Morris y sus tanques cajetilla de veinte disparos con los que había ido cegando a la población mundial.

- "En el día de hoy vencido y desarmado el ejército blanco, se han alcanzado los últimos objetivos bronquiales. La guerra ha terminado".-proclamaban orgullosos el biznieto tercero de Nobel y la prima hermana de la diosa Fortuna. Había sido un último golpe de gracia a todos los estamentos preestablecidos.

Nuestra pequeña resistencia se había ido quedando mermada, cayendo en ataques salvajes de tos y hemoptisis tuberculosa. Yo temblaba y pensaba que quizá la culpa era de todos. No sé, aquello del miedo a los diferentes, de la segregación. Ya ves, no teníamos que habernos preocupado tanto, quizá no era tan grave que todos viviésemos bajo el mismo techo. Maldito gobierno, una vez más decidiendo por nosotros.

Claro que al principio los tuvimos por los huevos, colega. Y ellos tuvieron que empezar con el cigarrón. Reunirse todos en los parques los fines de semana por las noches para emitir nubes de humo a la atmósfera mientras la polícia desde dentro de los coches los vigilaba con ojos recelosos, ¿qué iban a hacer? ¿qué podían hacer?

No recuerdo bien el momento en el que mutaron, ni mucho menos la causa por la que lo hicieron. Sólo sé que lo hicieron. Y los chutes de nicotina hacían trabajar mucho más rápido sus cerebros y sus corazones, y nos vencían. Y follaban más y mejor, y echaban el cigarro de después, y les entraban más ganas de follar aún, por lo que se multiplicaron a la velocidad de las pequeñas bacterias, y su semen lejos de estar debilitado como anunciaban las cajas. era portentosamente rubio y negro. Mejoraron la especie, aquellos posthumanos de dedos y dientes amarillos.

Y se rebelaron contra la cruelérrima raza humana que sólo trataba de protegerse atacándolos. Y nos vencieron. Escribo estas últimas palabras desde el diario electrónico que me regaló una casa de herboristería gracias a cuyos tratamientos medicinales logré superar la adicción a los cigarros de piña colada.

Los oigo, los escucho acercarse lentamente. Sus pasos, sus voces. Saben dónde estoy y están disfrutando de ello. Y sólo me queda un Golpe Afortunado para ser derrotado. O para unirme a ellos. Adiós, mundo cruel.


martes, 15 de diciembre de 2009

Aprenda nuestro idioma en 3 semanas y olvídelo en 4 días

I hope someday he'll join us
and the world will live as one
(J. Lennon, Imagine)


- Ahora mismo, estamos en el mismo lugar en el que hace tiempo.

- No se me habría ocurrido nada más para contarte.

- Tanta quietud polar está empezando a helarme las piernas, y no soy amigo de quedarme parado.

- Había buenas historias, lo juro, las había. Las tuve todas escritas en un cuaderno, pero se me perdió, y ya no se me ocurrió nada.

- Por eso quizá me decida a huir, por desentumecerme los pies, la nariz se me está enrojeciendo y pronto podré ser una perfecta estatua.

- Aunque no era todo cuestión de estar al otro lado del hilo. Era un poco más, algo menos superficial pero no más profundo. A lo mejor debí cambiar el cuaderno por el mail.

- Y entonces, cuando empiece a caminar por fin podrá parecer que nuestras relativas posiciones en el espacio varían en cuestión de pulgadas, aunque en realidad no hagamos más que movernos en sentido opuesto.

- Lo mío era problema de tinta de bolígrafo, no de ceros y unos con los que entonar lágrimas de cocodrilo, no era una cuestión de ver cuántas esdrújulas caben en una sola frase, no era convertirme en un ser monosilábico.

- La Antártida no puede quedar tan lejos como dicen, ¿ves? esto es un oso polar, CocaCola está monopolizando las navidades. Ah, no, que allí había pingüinos. Me cago en CocaCola.

- Y es que una sílaba tras otra tartamudeaba siempre, excepto puesto, que me salía la lección de corrido y sin dudas, y sin trabas, y sin remordimientos, y sin rencor. Y sin mentir.

- Roja y blanca, como la camiseta del cachondo ese del Atleti que se pasea por la biblioteca, como Papá Noel. Papá Noel lo hicieron ellos, esos cabrones capitalistas. Me duelen las piernas del frío, voy a empezar a andar ya, paso de esperar más, esto se terminó.

- En fin, ¿ves? no se me habría ocurrido nada más para contarte.

[Hoy 15 de diciembre hace 150 años que nació el creador del esperanto Lázaro Zamenhof, idioma de corte universal con el que toda la humanidad estaba destinada a entenderse de una vez por todas. Lo sentimos, Lázaro. No fue así. Cortesía de Google.]

viernes, 11 de diciembre de 2009

Sobre la comunicación virtual

[Basado en un hecho real de comunicación por medio de red social. Los personajes pueden estar magnificados. ]

"- ¿Cuál cree que es mi estado de ánimo actual?

- Veamos. A primera vista cualquier persona podría emitir un superficial juicio de valor sobre su estado de ánimo por el simple hecho de su rostro, donde se suelen reflejar inequívocamente sentimientos. Pero teniendo en cuenta que nos separa una distancia física insalvable, para un análisis más objetivo sería necesaria una conversación larga y sincera, vía oral (como los medicamentos) o escrita.

Puestas estas premisas iniciales y teniendo en cuenta que ninguna de ellas es factible, todo lo que puedo decir sobre su estado de ánimo actual es que se encuentra usted bien, sin fluctuaciones de bipolaridad, ya que me realiza la pregunta sin ninguna ansiedad aparente, sino simplemente por el hecho de obtener información objetiva exterior sobre su persona, y por ello debería responderle que su estado de ánimo es tranquilo.

Sin embargo, surge la razonable duda de si hace usted la pregunta movido por el miedo, por la duda y el desasosiego, en cuyo caso tendría que responder: su estado de ánimo es agitado, preocupado por la visión exterior que de usted se tiene, o bien para sentirse reforzado o desterrado en alguna teoría interior que no le deja sentirse calmado, que le impide alcanzar la paz interior.

En resumidas cuentas: con los medios de comunicación disponibles entre usted y yo ahora mismo y en base a lo anteriormente expuesto, tendré que decirle que me resulta imposible dar una respuesta seria a su pregunta, por lo que no voy a pronunciarme para evitar cometer un fallo que pudiera repercutir de forma sustancial en su estado de ánimo, sea el que sea. Buenas noches."

martes, 8 de diciembre de 2009

Producto Nacional

Para Mateo, que me enseño el valor de la españolía.
"Me pasó una tarde cualquiera de mayo. Había desterrado del Seat Ibiza todos los casettes de Julio Iglesias que tenía mi padre y los había sustituido por una remesa de Platero, Marea, Celtas Cortos, y Extremoduro.
A 25 km de Jerez paré en una gasolinera de Campsa, saqué el bocadillo de chorizo, a esas alturas reblandecido, que me había metido mi madre, y me puse a merendar. Faltaba poco, demasiado poco para llegar, incluso después de siete horas de viaje por la Ruta de la Plata, como si trashumara en el Ibiza blanco.
Cuando entré a la ciudad, rodeé por pura superstición y por causas del tráfico, la plaza donde ondeaba la bandera. Pena de una letra para el himno, pensé, acordándome del chunda-chunda de los partidos de cuartos.
Mi primo Juan me esperaba sentado en su Bultaco Metralla roja, y sin darme ni tiempo a respirar la calima, me cambió el macuto por un casco y arrancamos para hacer la ronda.
Con cierta reticencia por mi parte, fui bautizado en el honroso arte del Tío Pepe, y cuando no pudimos llegar a la tercera tapa del jabugo, lo llevé sutilmente a mi terreno, alejándonos de la barra con un sol y sombra de Veterano y Castellana en la mano. La suerte se puso de mi lado, cuando encontré en la primera mesa un servilletero de San Miguel y una baraja de Heraclio Fournier.
"Un tute mano a mano" propuse. "Y el que pierda, paga".
"Hecho".Y se sacó del bolso unos Ducados que empezó a ventilarse como si fuesen regalices negros en vez de cigarrillos.
Después de reventarle por tercera vez las veinte en bastos y de cantar las cuarenta, empecé a notar borroso mi campo de visión, a lo que mi primo me sonrió. Fuera del bar daban las 10 y media, y oscurecía, así que mi primo sacó una moneda de veinte duros, e hizo un par de llamadas desde la barra.
"Vámonos, que esto ya está resuelto. ¿Tú qué bebes?"
"Producto nacional" recité de memoria.
"Dos Dyc con cola", cantó él en el disco bar, mientras el segundo paquete de Ducados pedía clemencia.
Ellas dos eran morenas, con los ojos marrones; nunca adiviné si hermanas o no, pero aquella noche los parentescos nosa daban un poquito igual. Intercambiamos Juan y yo sendas sonrisas torcidas, y acto seguido le ofrecí fuego a la más alta, para un Fortuna que se llevaba a los labios.
"Déjame ser lo próximo que beses", castizo yo, y no rechazó mi oferta.
A la mañana siguiente, todo lo que tenía era una tableta de Calmante Vitaminado y unas Juanolas, mientras me cagaba en mi puta calavera, y maldecía a la industria farmacéutica española por no producir ni condones ni pastillas para la resaca."

lunes, 7 de diciembre de 2009

Don't recognize you no more

Man i ain't changed
but i know i ain't the same

(The Wallflowers, One Headlight)

En las últimas horas he cometido una serie de errores o de aciertos fundamentales que me han llevado a la situación en la que me encuentro de actualizar este blog. La caja de Pandora debe abrirse para ser desempolvada, y eso he hecho. En fin, amigos, hermanos, compañeros de la nave del misterio. Tras horas de conversación nocturna hacia el futuro en Portugal esta mañana era momento de viajar al pasado. El pasado estaba bajo mi cama en cajas de zapatos forradas de fotos y sugus, o lo que es lo mismo que afirmar que mi pasado duerme debajo de mí. Botones, colores en las nubes, Sanabria, Murcia, Salamanca, Madrid. tanto tiempo, tantos años, y parece que aún fue ayer.

Esa extraña necesidad de estar atado, y de ser más libre.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Fuck off, AIDS




¿Qué para qué quieres un condón?
Pregúntaselo a los franceses. Los publicistas de la DGT no tienen ni puta idea de cómo causar impacto, que aprendan.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Hay gente que habla con la boca llena sobre los días que le han cambiado la vida. Yo, amigo, prefiero mencionar de vez en cuando que son las noches las que a mí me han ido moldeando. Esa clase de noches en las que una sucesión de acontecimientos y un desfile de personas marcan de forma involuntaria pero irrevocable el curso posterior de los acontecimientos, y de la historia; no la mundial, sino esa personal que llaman intrahistoria y que luego vas relatando y recordando poco a poco, desgranando a lo largo de los siglos unos hechos que no duraron más que unas horas. Esa es la magia que esconden algunas noches, las que te cambian la vida.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Churros sin lágrimas

Ayer tenía que haber visto a Muse.
Hoy tenía que quedarme en casa viendo al Madrid.
Mañana tenía que desayunar contigo churros sin tus lágrimas.
Una vez leí
Que la peor nostalgia de todas
Es aquella que se siente por las cosas que nunca se han vivido.

sábado, 28 de noviembre de 2009

You'll never walk alone


Fuente: elpais.com

Importante declaración de intenciones: Yo no hago, no quiero hacer jamás apología del terrorismo. Me declaro fervientemente en contra de cualquier persona que en este jodido mundo utilice la violencia para justificar un ideal, pues me parece que en ese preciso instante pierde toda justificación posible.

Sin embargo, ahí teneis las calles de Bilbao llenas hasta los huevos de gente joven apoyando a los detenidos por la justicia española. No están solos, por lo que parece. Quedan lejos los tiempos en que yo nací, y en que E.T.A. mataba maderos, políticos y picoletos, e inocentes día tras día. Por suerte. A ciertos estandartes de la libertad parece que les dan un euro por cada vez que proclaman "el fin del terrorismo está cada día más cerca" y no se dan cuenta de que el fin del mundo también, y nadie lo proclama.

Me encanta este país de boquilla, este país de proclamas al viento, adelante, podeis hacerlo, no importa de qué bando esteis ni qué bandera defendais. Subid al estrado día tras día tras día, semana tras semana, año tras año. Hablad, gritad lo que querais, y mientras vociferais no oís lo que ocurre a vuestros pies. Nunca escuchais a la gente, porque la gente no hace ruido, la gente sólo vive.

Construís vuestro mundo imaginario de cristal y promesas y mientras tanto hay quien suda para construir su hipoteca de un piso de 40 metros cuadrados que ningún político ni fascista ni comunista de salón le ha regalado. Nadie ha traido con bombas lapa de Goma2 la comida a casa, nadie ha pagado con la fuerza de las pancartas la matrícula de la universidad.

En esta España que para unos tiene brotes verdes y que para otros se desmiembra la vida sigue adelante. Los proletarios van a Benidorm a lucir el paquete. Los canis se meten farra por la nariz encima de sus coches tuning en polígonos industriales. ¿Alguien ha vuelto oir hablar de las pateras? ¿Cuántas mujeres maltratadas más hacen falta para rellenar un telediario? ¿Vendeis suficientes pasquines cada mañana en los kioskos o vamos a seguir teniendo que comprar papel de culo?

Tuve una pequeña esperanza al principio de esta llamada y cacareada Crisis, what crisis? (pedazo de disco de Supertramp, a todo esto, creo que nadie se paró a oirlo desde 1978). Tuve la misma esperanza que tuve con 13 años: que este mundo iba a cambiar. Que todo quedaría tan afectado que sería necesario reinventarnos de arriba abajo. Y ya ves: no. La cosa sigue siendo la misma mierda, los mismos nos comen la cabeza desde la radio, los mismos siguen poblando las portadas, los mismos manejan el mundo, los mismos llenan las calles de Bilbo.

Y después habrá todavía filósofos que se pregunten por qué tiene tanto éxito el fútbol. ¿La verdad? No la sé, pero creo que si en realidad nos tuviéramos que preocupar por la basura que nos rodea y nos domina, nadie podría hacer nada para evitar suicidios colectivos en las grandes capitales mundiales. Nunca caminais solos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Te aplastaré con mis versos

Y yo le respondí:
Le aplastaré con mis versos
(José Ángel Barrueco)


Estais ahí delante, aborregados en filas de asientos negros duros que se os clavan sobre las tuberosidades isquiáticas y sobre vuestros lóbulos prefrontales, allá donde solíais tener la personalidad que ahora ni siquiera echais de menos. Ni siquiera la echais de menos porque la perdisteis despacio mientras os desgastabais el epicóndilo y la epitróclea contra manuales de más de dos mil páginas que ahora ocupan sin vuestro permiso el lugar donde una vez estuvo vuestro sentido del humor, la solidaridad, la capacidad de sonreir, de pedir las cosas por favor, y de apuntar dentro del tiesto cada vez que decidíais echar una meada.

Yo os miro desde el atril blanco de aglomerado que resuena cuando le arreo con la mano abierta hasta tres veces; yo os miro y vosotros me mirais, pero no me veis, cómo os engaño, cómo os odio, cómo os observo, ardiendo el pensamiento detrás de los ojos, la lengua fría, la cara de desconcierto. Y ese desconcierto parece que os da alas, elevais las voces cual corifeos en tragedia de Sófocles, y pedís, vociferais, murmurais, los ojos vacuos, la faz impersonal y descompuesta que no refleja un solo sentimiento, pegados aún con el culo sudado a ese asiento que os lleva soportando toda la mañana, toda la semana. Volais, víctimas de mi desconcierto, y sin embargo lo tengo muy claro: vaya panda de hijos de puta que estais hechos.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Tu cara desde diferentes ángulos

Parte 1.- El fantasma.

Hay un fantasma en mi casa, concretamente en mi habitación. Se me aparece al cerrar los ojos a las 2:05 am, y da unas cuantas vueltas alrededor de la cama, de mi edredón verde, de mi alfombra de cebra, y se acaba sentando en la mesa cuando me duermo, por lo que no sé si después se enciende un cigarro o se larga directamente. Y esa foto todas las mañanas cuando me levanto, esa foto. Tiene su cara.

Parte 2.- El viaje.

Cuando arrancamos no pensabamos en llegar tan lejos, así que supongo que esto podría considerarse un triunfo aunque ahora estemos parados, todo depende de si miras adelante o si miras atrás, porque puedes considerarlo un fracaso. El viaje era una utopía, y siguió siéndolo después de tanto tiempo, incluso cuando rehicimos la maleta mirándonos a los ojos y sin sonreir ni una sola vez.

Parte 3.- La cena.

Tiré los garbanzos fríos y descongelé en el microondas un par de filetes de ternera. Pensé en ti, en que quizá lo verías mal, y quizá te callarías, en que no habríamos salido a cenar fuera y habríamos dejado de lado la televisión, el sofá, la alfombra llena de migas de pan duro, de pan de ayer, de pan de molde tostado en la encimera. La cosa es que yo tenía filetes congelados y tú no estabas, qué remedio más que cenar viendo la sección de deportes.

Parte 4.- Virgen del Carmen, patrona del mar

Bunbury tiene la capacidad de reinventarse sin dar un palo al agua, ¿te has dado cuenta? Y mientras tanto El Ultimo Ke Zierre no han cambiado las cuerdas de su primera guitarra a la que le siguen dando de hostias contra el escenario, la música es el hilo conductor de todo, pero somos acordes a contratempo en lugares opuestos del círculo, aún no suena nuestra canción, aún no tenemos nuestra canción.

Parte 5.- Amanecer, salón que da al este, colacao frío en la mesa.

No hace demasiado frío para ser noviembre, pero él esperaba otra clase de otoño que le helara los huesos, de los de nieblas cubriendo el cimborrio de la catedral. Tuvo una extraña clase de polución nocturna soñando en el Caribe con una modelo rubia que le sostenía, pequeño, inválido, entre sus senos. Qué amanecer más frío de noviembre. Pero no lo suficiente, nunca lo suficiente.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Erecciones Anticipadas

De mi no tan lejana adolescencia recuerdo con cierta tristeza los domingos de invierno sin motos en la televisión, sin ese zumbido como de moscas dando vueltas, que provocaban en la mesa familiar un agradable sopor, una falta de conversación para nada preocupante. Los domingos sin motos eran algo deprimente, por la simple razón de que en lugar de ver manchas de colores volar sobre el asfalto nos tocaba ver a señores con chaqueta y cara de circunstancias dando malas noticias. Y yo era joven e inexperto. Y mi padre se encendía.
- ¡Esto se viene abajo!
Y yo ajeno a la crisis que ni el cantante con voz de flauta de Supertramp pudo detener, dejaba escapar la mirada por la ventana y pensaba en Pelé y sus anuncios después de dejar el fútbol, aquello sí que fue venirse abajo.. Mi padre, el pobre, nunca pudo dejar de lado el trabajo pegado al color del dinero, a las páginas amarillas de los periódicos, y yo nunca pude dejar el humor negro, los chistes verdes y las manifestaciones de rojos. Pese al arcoiris, nadie gay en mi familia. Y mi padre me miraba:
- ¿Y es gente como tú la que tiene que levantarlo? Vamos de cojones...
Claro que vamos de cojones, repetía yo mentalmente, vamos de cojones porque a mí la vicepresidenta me dejaba bastante frío, como mucho las chicas del telediario de la Sexta eran las únicas que podían hacer algo al respecto. Luego llegó el tiempo en el que el país se hundió de verdad, se me acabó la adolescencia al mismo tiempo que a mi padre la paciencia, y la cola con la que empecé a familiarizarme con menos cariño aún fue la de las oficinas del Inem.

Encontré a mi chica, pero no al empleo, justo cuando empezaron a florecer los brotes verdes entre la oposición, y las críticas se hicieron divertidas, yo ya empezaba a entender los telediarios y dejar de lado a las presentadoras. Mi chica y el gobierno descubrieron que había un problema fonéticamente parecido, el de las erecciones anticipadas. Ambos compartían la misma ambición, tan sucia y deshonesta como cualquier otra en la vida: mantener durante más tiempo la situación de poder y control que les permitiera obtener un beneficio de carácter personal a cambio de no ofrecer prácticamente nada. La población en general, y yo en particular, nos poníamos paulatinamente más nerviosos viendo que nuestros dictadores no atinaban con el golpe de timón exacto para devolver esta nave a su rumbo. Tanto peor cuando a nuestro alrededor Europa crecía como la espuma, y los del 3º A y 3º C dejaban resonar sus cabeceros con ironía contra los tabiques de papel de mi piso de 47 metros cuadrados en los que convivíamos mi novia, mis excrementos, panfletos electorales y lo poco que quedaba de mi dignidad. Mi padre, allá donde quiera que traficase relojes se estaría partiendo el culo de lo que su país y su hijo pudieron haber sido y nunca fueron.

La solución casi llegó aquel domingo en que todo mundo estaba pendiente de la televisión, y el adolescente que yo llevaba dentro pasaba del asunto, porque era invierno y no había motos, porque yo no fumaba y ella sí, y además de ese defecto era afiliada al partido minoritario que aspiraba a dar la sorpresa, por lo que ella salió al balcón sin haber ganado nada, sólo por vicio. Nadie la pedía a gritos allá abajo, al contrario que en mi televisión. En mi televisión al nuevo presidente electo se hallaba erecto mientras anunciaba la serie de mejoras respecto al pasado, mientras reflejaba el triunfo en los ojos. Mi chica era el espejo de ese triunfo, y yo seguía estando donde estamos todos los que siempre hemos estado en la parte de abajo, los que siempre hemos perdido incluso cuando nos elegían en el colegio para jugar al fútbol, los que no podemos encontrar un trabajo ni costearnos un tratamiento contra la eyaculación precoz porque cada nuevo mandato alguien prefiere subvencionarse a sí mismo que arreglar este sistema sanitario de mierda.

martes, 17 de noviembre de 2009

Ghosts

El frío, el pozo, la Clerecía, una rubia y yo. Bécquer siempre estuvo del lado de los que jugamos a ser el rey del imposible, de los que sabemos que es más entretenido cruzar por la cuerda floja que por el paso de cebra, de los que tenemos el Atlántico o Ámsterdam entre las cejas, y un coche con rocanrol en la guantera, y uno o dos compañeros de viaje, y un atardecer sin cigarrillos. Atravesar la frontera. Un paso o un salto al vacío. Quique González y la segunda canción del Ajuste de Cuentas. Es una trampa genial.

Me lo dijo un amigo una vez. Hay cosas que no deben irse. O quizá era que hay cosas que uno no debe dejar escapar.

La muerte vive en Ávila o algo así.

Los dos coches de la guripa estaban aparcados, con las luces largas encendidas, en dirección contraria en el arcén de la carretera secundaria a unos 10 kilómetros de Ávila, qué putada, un cadáver tirado en la cuneta boca abajo, desfardelado, yo no vi a la pareja que se besaba detrás del maletero de uno de los coches de la madera. A lo mejor ellos no veían el fiambre que tenían a los pies. La policía sí que nos vio, y nos dieron el alto a cien metros en una raqueta oscura que salía a la derecha. La furgoneta de Atestados e informes nos llamaba poderosamente la atención, nosotros éramos cinco y le llamábamos poderosamente la atención, en la radio morían Robert Enke y la atención al mismo tiempo. Las cosas, dijo uno de los agentes, se pueden hacer por las buenas o por las malas. Yo no sabía si se refería exactamente a que nos vaciásemos los bolsillos o al modo en que me la iban a meter por detrás cuando me llevasen a Topas. Sonaban los Suaves, tanto tiempo, tantos años, y parece que aún fue ayer. Éramos cinco, les llamó la atención, pero más lo hizo cuando dije que yo no tenía frío (10 de noviembre, 0:45, 3ºC), que yo era muy vasco, se dio la vuelta y me destrozó el tabique del primer arreón, hijoputa dije desde el suelo, y me devolvió el primer punterazo al esternón. Me paso los vascos por el forro de los cojones, y claro, enséñale el DNI que pone que naciste en la capital del culo del mundo pegando a Portugal. El segundo sí me dolió.

Luego vino todo lo malo. Sobre todo cuando no supe callarme, y le dije que delante de los muertos se debería tener un poco más de respeto apaleando gente. Sobre todo cuando bajaron del coche a los otros cuatro y el ADN de la lefa del asiento de atrás no era de ninguna de nuestras cinco pollas. Sobre todo cuando se dieron cuenta de que nosotros sólo habíamos robado aquel coche en Alcorcón mientras todos los sudacas y moros celebraban la victoria sobre los de blanco prendiendo contenedores al más puro estilo de la banlieue parisienne. Sobre todo cuando me tuvieron que pedir perdón por haberme roto el tabique. Sobre todo cuando el coche que has robado está imputado en un caso de triple violación y asesinato, y tú vas y pasas por Ávila a la una de la mañana, y hay cadáveres en la carretera, y hay guardiaciviles dandose el lote, y supongo que seguro que alguien lleva droga, pero parece que no vamos a montar esa fiesta al aire libre que tanto tiempo llevo esperando. ¿Dónde crees que vas?

sábado, 14 de noviembre de 2009

Agradecimiento/Aclaración sobre Videmala


Motivado por diversos comentarios que me han llegado a mí o a mis santos padres sobre este blog, y después de reirme un rato, he pensado que quizá esta entrada es necesaria para varias cosas, como su título indicar, agradecer y aclarar conceptos.

Muchas, muchísimas gracias a todos los guímaros que entrais por el blog. La dirección url (/arribavidemalalibre/) no deja lugar a error. De hecho, si pones Videmala en Google, tengo constancia de que esta página sale en repetidas ocasiones. Muchísimas gracias, lo repito. El pequeño problema es que a pesar de que llevo Videmala muy profundo en el corazón, esta página no trata sobre mi amado pueblo, sino sobre mi entretenido huracán mental que unas veces produce literatura fast-food o basura y otras pequeños detalles de calidad. Cosas que estoy encantado de compartir con vosotros, y con cualquiera que aparezca por aquí.

Pese a todo, y a que no puedo prometer nada, intentaré algo más a menudo mencionar nuestra pequeña porción de Tierra de Alba en el mundo, para los que sois de aquí y de allá, para los que la conoceis y los que no.

Un saludo, amigos. Arriba Videmala libre.

viernes, 13 de noviembre de 2009

He said: "have you ever been to Vegas?"
I said: "no"
"That's where we gonna go. You need to change your pace."
(R. Williams; Me and my monkey)



I.Tengo tu cara en una foto, la tengo, te lo juro, porque empecé a hacerme tan viejo como mi papel higiénico que se consume, el mismo papel higiénico del que sacaremos un belén a finales del trimestre, el mismo papel higiénico que me limpia y me irrita, como tu cara en una foto, como la barba de tres días, como los periódicos serios con tinta que se corre, y en cuyas portadas salen fotos con caras, como la tuya.

II. Qué tarde la de aquel día, la resaca y los abrigos nuevos sobre el sofá, mamá viendo las fotos antiguas de gente a la que amaba, y no había una hoguera en el salón para completar el estereotípico cuadro. Mamá me miraba, yo miraba al suelo, el suelo, evidentemente, no miraba nada, si acaso reflejaba la luz de otoño de mi calle siempre tan clara. Mi calle tampoco miraba más que a Portugal si seguías caminando todo recto durante 30 kilómetros. Luego, a la derecha.

III. Mírame. Tengo en este bolsillo un par de billetes. Ojalá fueran un par de billetes para volar lejos, pero, permíteme que al menos hoy te sea sincero: son dos billetes de cinco euros, así que estamos jodidos para llegar a Zamora. Me han dicho que allí es fácil empezar de nuevo. Gente joven, oportunidades, empleo, hogar, vivienda. Mira, lo pone este periódico del 7 de febrero de 1927.

IV. El doctor estaba al otro lado del hilo para contarme lo mal contextualizada que está la sociedad, para apoyar mi teoría de que seremos lossers pero felices, y mientras tanto se descongelaban mis espaguetis de viernes, vivir solo a veces es reconfortante y otras es desconcertante, como colgarle a tu ginecólogo después de media hora de conversación.

V. Nos acabaremos aburriendo el uno del otro, esto es demasiado estrecho y no me refiero a que sean noventa centímetros, sino a unos cincuenta metros cuadrados que tienen derecho a ser fregados dos veces por semana como mínimo, fíjate que ya ni me toco por respeto. Me pasas un cigarrillo, por favor. Elegí un mal día para dejar de fumar.

VI. Hubo un tiempo en el que como mucho importaba si tenías el pelo largo, si fumabas petas antes de que la reina te concediera el título de Sir, que te subieras a una terraza a dar la chapa a los vecinos de Abbey Road. Hubo un tiempo para todo, y al final, como todo, el tiempo se acabó, y todo lo que importaba dejó de hacerlo, y nada de lo que ahora importa quizá sirva para nada.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mujeres y/o perdición

No hay un tú, hay demasiados, ella sois todas, a todas os llevo en el bolsillo, en el móvil, os llevo en la cabeza a la hora de comer y de dormir, de despertarme y de vomitar, de sentarme y levantarme, cómo no se me van a pasar las tardes volando si puedo estar en Ámsterdam o Berlín, pero en realidad no, en realidad abro los ojos y estoy en el mismo lugar de siempre, tomando cañas a media tarde, huyendo a mediodía a ciudades de fútbol y jarana, como si lo diferente siguiera siendo lo mismo y yo nunca me cansara, sabiendo que como se aprende de verdad en cualquier tertulia es callando, esa parte que siempre me queda por saber hacer, y es que nunca sé de verdad en qué momento toca ser yo, y en qué momento hacer que lo soy. Supongo que eso es de lo que la filósofa me echaba en cara en sus tiempos; ya ves, tantos años y sigo haciendo lo mismo, quizá mi letra preferida del abecedario es el signo de interrogación, quizá por eso odio el café, me ponen la cerveza y las rubias, y las morenas, pero mi problema llega en cuanto de castañas hablamos. Y ya sabeis, queridos amiguitos, lo complicado de dicho fruto y que lo que toca al final de una u otra forma es pelarla.

Quique González, nuevo disco (Daiquiri Blues) con el primer single:
La luna debajo del brazo

domingo, 8 de noviembre de 2009

"Como ya adelantó Derteano..."




Nació para ese puesto. Ni te lo imaginas, colega, ni me lo imaginaba yo tampoco las primeras veces que hablaba con él. Nació para Tiburón del área. Y ahí lo tienes.

La verdad. ¿Quieres la verdad en serio? La primera verdad que me viene a la cabeza es que ha perdido mucho desde que lo vi por primera vez. Ahora está más desgastado. Con algún kilo de más, con alguna arruga más, con algún grano menos. Ya no tiene esa coraza que le vi, esa respuesta al primer toque de control orientado y a la escuadra. Quizá ni siquiera tiene su gancho con las quinceañeras.

Pero claro, si te dijera esa verdad al primero que me estaría engañando es a mí. Porque el Tiburón no ha cambiado tanto. El fallo mío es que en aquel entonces no lo conocía. Y ahora sí. O eso creo yo.

Ha sido un acercamiento progresivo. Llamalo circunstancial, tan circunstancial como que él ha estado ahí en el momento adecuado, en el lugar adecuado, y yo he intentado hacer lo mismo. Porque la verdad es que es un grande, y como buen delantero, siempre me lleva un segundo de ventaja. Por eso cuando yo hago algo, casi siempre es a contrapié, casi siempre me sale algo torcido en la ejecución final, porque trato de ser un espejo suyo. Hay veces que innovo, pero es que llevamos caminos diferentes, ¿qué gracia tendría si no?

A veces me siento en lo alto del Sacacorchos, y meto los dedos en la arena. Y pienso en lo poco que hemos pasado, y sin embargo todo lo que ha significado. Otras veces estoy conduciendo en lluvia, y aunque estoy solo, le oigo soplarme la posición de Hamilton por el auricular. Unas veces estamos en Croacia, otras en Videmala, otras en Salamanca, otras en Bayadoliz y pese a todo nunca nos movemos del sitio. Con cerveza. Con whisky (barato) naranja.

"Date tiempo", le digo. Como si yo lo supiera hacer, en realidad. Yo, que voy corriendo de un lado para otro como si se me quemara el culo, que de vez en cuando me salva. Y quiero hacer lo mismo, quiero devolverselas, y presiento que a veces lo logro, y otras me quedo a medias del salto mortal.

Porque él siempre está al filo de la noticia. Cuántas mañanas he encendido la radio, oyendo:"Como ya adelantó Derteano...", cuánta razón. Y tiene el derecho que tenemos todos a equivocarnos, y supongo que hace uso de él. Eso forma parte de todo lo que aún no conozco. Pero quiero creer que en cuanto deje el whisky, las mujeres y todos sus malos vicios, tendremos tiempo de sobra.

La verdad.¿Quieres que te diga la verdad? En realidad tengo un miedo acojonante a no poderlo conocer del todo. Un forajido de los viejos. Un romántico a la antigua. Un cultureta a medio gas sin gafas de pasta. Un perfecto miembro de la generación beat. Un héroe del verano, un resistente del invierno. Felices 22, pollo. Y gracias.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Redes

me destrozan la moral las
autovías sin neón
porque son signo de otra soledad
la que no se cura pagando
la que no se cura poniendo la 2
y escuchando a Punset
hablar de lo inútil que es
genéticamente un beso, un abrazo,
una caricia, un polvo.

Punset nos otorga el derecho y
la obligación de ser felices
conduciendo a cientoveinte en
doble carril por campos de
otoño, o apretando
las teclas de la máquina
para escribir tu historia
y con su misma inconsciencia
de ciencia retorcida
el bueno de Eduard quizá
nunca ha pensado en todas
las redes que nos separan
de la genética
de la felicidad
de los 120 km/h.

Quizá, señor agente,
usted y Punset estén
del mismo lado.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Teorema de lo nuestro

Supongamonos tú y yo en los dos extremos de la diagonal que cruza la habitación, formando un triángulo rectángulo de agradables proporciones. Además, podemos afirmar que aparte de la hipotenusa que nos separa somos dos catetos perpendicularmente opuestos.

He aquí la condición sine quae none del teorema: que me dejes trazar la bisectriz del ángulo agudo de tus piernas. Formaremos pues otro cruce de ángulos mucho más complejo, y sin embargo no será necesario utilizar el cálculo diferencial para integrarnos, para hallarme fácilmente en la tangente, para alcanzar con una simple operación tus senos; y en menos tiempo de lo previsto habremos resuelto esta entretenida ecuación de dos incógnitas que venimos siendo.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Nieve artificial cubre Pekín


[Fuente: La Opinión de Zamora]
es un hecho real, tan real como que me cabe el quinto agujero del cinto porque he perdido dos kilos tras tres días de gastroenteritis por rotavirus. El ejército chino, informa nuestro enviado especial, bombardea las nubes con nitrógeno para catalizar reacciones que provoquen la precipitación del agua hacia la tierra, donde, dependiendo de la temperatura ambiental, se verá en forma de nieve o de lluvia, ligera, simple, estúpida y húmeda lluvia. Internacional, rezan los titulares, bombardean las nubes, con la misma neutralidad que cuando matan.

dicen que lo hacen, dicen, para acabar con la pertinaz sequía (expresión acuñada por los locutores del no-do para acallar la pertinaz hambruna, que era lo que en realidad que asolaba las pertinaces barrigas y jodidas campiñas mesetarias en el cuarenta, castigo divino y/o de la guerra) y yo me imagino en mis delirios de noches sudadas a los locutores del no-do chino hablando de milagro, de respuesta a las oraciones emitidas en dirección a los dioses o entidades trascendentales e inmanentes que la República Popular China se encargó de prohibirle a su propio pueblo, rizando el rizo de lo irónico.

así que hoy hay nieve en Pekín, anuncia la televisión, y la radio, y los rotativos, y las imágenes congeladas, valga la redundancia, muestran esa postura cabizbaja que adoptamos en cualquier parte del globo cuando caminamos contra el viento, contra el frío, contra el gobierno de la República Popular sin tanques en la calle, contra la pertinaz sequía a la que no responden todas y cada una de las súplicas que solemos hacer cuando hay algo que no podemos cambiar, y no me refiero sólo a la lluvia ni a las dictaduras disfrazadas.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Veintiuno





21 son impares, como yo, por eso tengo curiosidad por ver qué hay ahí detrás. Y por contarlo. Bienvenidos de nuevo.

sábado, 31 de octubre de 2009

Loser se escribe con Ñ

Ella son setecientos treinta días después.

Supongo que queda bonito decir que ella personifica la metáfora de lo que es la ilusión para mí. Desapareció, y sin embargo resulta que nunca llego a irse. Que sin decirlo preguntamos cada mes el uno por el otro. Y cuando nos vemos, hablamos de música, ¿cómo no?.

Ella está más delgada de lo que la recordaba, dice que yo estoy más grande y fuerte, y aún así creo que ninguno de los dos hemos cambiado lo suficiente como para estar diferentes. Qué vida ésta, que te junta y te separa como quiere. Yo siempre fui el cobarde, el que sin pretenderlo huía de la ciudad cuando ella llegaba, el que nunca iba. Anoche me tocaba asumir mi papel, dejar de ser la estatua de sal para dar un salto mortal; anoche según las crónicas me tocaba ser valiente. De acuerdo, quizá no era un salto mortal, sólo se trataba de un paso, pero siempre fui pésimo con las perspectivas.

Ella está más delgada de lo que la recordaba, pensé otra vez cuando la abracé. Y me seguía impresionando su sonrisa en rojo, muy rojo. Ella es el estereotipo, y al mismo tiempo está muy por encima de eso, de cualquier topicazo, porque si hubiera muchas más así, esta mierda de sitio sería bastante mejor. No voy a entrar en palabras vanas que cuenten sus principios, sus ideales, su honestidad; no os engañeis: tiene todo eso, y le sobra; de hecho podría pasarme horas hablando de que a veces la admiro. Pero a mí me importa por ser quien es, no por ser como es.

Ella son setecientos días después. Ella es lo que la ilusión debería ser en la vida de cualquiera.

Yo, iluso, y un poco más grande y fuerte que la última vez, no había pensado nunca que dos personas significasen tanto por separado, y que sin embargo por eso mismo no pudiesen llegar a ser uno.

Aunque en realidad quiero decir también que siempre pensé que un “sí” no iba a ser nada fácil, pero tampoco se me había ocurrido que un “no”, con esa sonrisa en rojo, con ese marco en negro, fuese a ser tan difícil. Anoche, no dejeis que os engañen, no fui valiente; de haberlo sido la habría besado, y no habría tenido que volver a esperar otros setecientos treinta días.

Yo no sé lo que es esta vida, no tengo ni puta idea de lo que se esconde detrás de cada nuevo recodo, no entiendo nada de si hay o no hay un destino ahí, de si hay una entidad inmanente y trascendental que juega con nosotros, o si simplemente somos nosotros los que caminamos a nuestro ritmo.

Sólo sé que me aburre que cada historia de todas las que escribo acaba con la escena en la que de espaldas me voy caminando contra fondo negro y naranja al amanecer, y todo queda fundido a negro. Y luego salen los créditos, porque la palabra “fin” no me gusta para una película tan heavy como esta.

lunes, 26 de octubre de 2009

Cigarrito




voy a parar en el camino/y en lo que dura un cigarrito/voy a pensar en estos años/todo lo que ha pasado



cantar sabiendo lo que dices/es tarde para arrepentirse/pensar a veces que no hay nada/que son sólo cicatrices

y lo que otros piensen/quizá no me interese/hoy quiero ver tus ojos para tocar más fuerte

domingo, 25 de octubre de 2009

Teoría del desamor para una Grimaldi

Para M.S.J.Grimaldi, que me debe un beso en los morros

Como toda teoría, no se convertirá en ley hasta que no haya sido refutada, y puede que se acerque a la realidad tanto como se acerca La Razón al periodismo objetivo, o puede que sea otro ejemplo más de un subjetivismo exagerado por el hecho de la soledad, la desidia y el aburrimiento de otro otoño más en gris.

Bien, empezaremos la teoría exponiendo que los principios básicos de un perfecto desamor han de ser al menos dos sujetos del sexo opuesto. Aquí es donde irrumpió con fuerza la corriente actual-positivista, completando con que pueden ser un mínimo de dos personas, y del mismo u opuesto sexo. Esto se ha corroborado con la oscura llegada del siglo XXI, entre calentamiento global, y enfriamiento de barras.

Teniendo los sujetos anteriormente descritos, suponemos entre ellos una relación interpersonal de carácter íntimo. He aquí que la amplitud de esta relación puede ser muy discutible, porque puede ser fría como el polo (de limón) o caliente como una cama redonda, puede ser cercana como un sms cada tres horas o lejana como Tombuctú en llamadas a cobro revertido. Pero para que la teoría siga adelante, al menos esta relación debe existir.

Aquí viene la condición sine quae none para el desamor. El amor. Y el amor merece una tesis doctoral aparte que por el bien del lector paciente y entregado publicaremos en cómodos plazos de aquí a febrero de 2027. El amor. Sin embargo, este amor puede ser recíproco o no serlo.

Los más puristas se tiran de los pelos en este punto. Pues unos consideran que es necesario que ambas partes compartan el sentimiento, y sin embargo recientes estudios en en New England Journal of Medicine hacen pensar en que la balanza está desequilibrada en un altísimo porcentaje de los casos, y eso no impide el desamor.

Desamor es ese sentimiento de asco, barriga revuelta, resaca constante (los expertos no se ponen de acuerdo en el por qué) cielo gris y demás sentimientos que popularmente se conocen como: "mariconadas". Mariconadas, que vienen acompañadas por frases de condolencia de familiares de primer grado, amigos, e incluso buitres. "Paciencia, tío, paciencia". "Te mereces algo mejor". "Si cuando menos buscas es cuando va a aparecer". Canciones de millones de artistas que parecen identificarse a la perfección con todos y cada uno de los sentimientos. Películas de final agridulce. Libros que en otras ocasiones seguirían criando malvas en los estantes de la biblioteca.

La verdad es que esta teoría sobre el desamor no sabe demasiado bien a dónde lleva. La cuestión en la que todos los estudiosos del tema confluyen es que es un mal necesario, como pasar la gripe, o el sarampión, y que sin embargo no deja huella inmunológica para siguientes infecciones o recidivas, sea cual sea la fuerza de voluntad del/de los sujeto/s.

Al final, lo único que queda por hacer es encomendarte a la entidad teológica o trascendental que guíe tus pasos, para que pase lo que pase, o llegue cuando llegue, el fin del mundo te pille bailando.

sábado, 24 de octubre de 2009

La difícil compañía del quizás

[Leido en "Micrófono Abierto" el lunes 19/10/2009, con risas generalizadas, ovación cerrada, y petición de dos orejas y el rabo del artista, que huyó a tiempo para evitar su circuncisión]

"La difícil compañía del quizás" sería un título mucho más ecléctico, difuso y socialmente aceptable que si empezara con un "Todas putas", que es lo que me enseñó el grande de mi abuelo, que abrazó su lápida con 89 años y una faria después de comer. Ya no quedan hombres con ese carisma, nadie compra el ABC ni escucha Radio Vaticano para oír el rosario de Juan XXIII a las diecisiete quince.
Y mi tío dice que soy un rebelde porque de vez en cuando le rebato mientras él sienta cátedra en la sobremesa dominguera. Pues eso. Dominguero él, dominguero yo, que de rebelde no tengo ni la corbata ni el capital, porque el marxismo para mí es un camarote y un par de huevos duros. Y no, no son los de mi abuelo.
Y es que mi abuelo era un putero. Pero con clase. No era un putero como esos turistas alemanes que en plenas Ramblas llegan al orgasmo y a la gonorrea al mismo tiempo. Ni siquiera putero de ir con la C15 a la capital comarcal sin limpiarse el barro de las botas, de las manos y del prepucio. Mi abuelo era un clasista, porque si algo aprendí del marxismo aparte de que disculpe señor que no me levante, fue que la lucha de clases es el motor del avance social, de modo, que quizás el semen de mi abuelo fue durante unos 40 años gasolina 98 octanos para el desarrollo social de ciertos barrios céntricos de la capital zamorana. Y mi abuela encantada, porque aparte de clasista, siempre fue limpio y puntual, y no dejaba nada en el plato.
Lamento a menudo, en la tierna e íntima soledad de mi habitación estudiantil y la siniestra compañía de mi diestra, no haber aprendido mucho más del prohombre que mi abuelo fue. Que injusto, coño, ¿por qué yo tengo que ser rebelde por suspender tres y levantarme contra la aristocrática figura de mi tío el apicultor, a la par que médico, y mi abuelo, enamorado del Ponche Soto, la tertulia del café, las putas y los toros, es respetable?. Bueno, lo fue. Y en veintidos comidas navideñas que compartimos no se llegó a oir un sólo comentario jocoso correlativo al gusto taurino y el putero.
El estofado de ternera de mi abuela, eso sí, siempre fue de 10, aunque algunas noches todavía me entra la tos pensando en los polvorones y el vino quina Santa Catalina. Ay, el vino quina Santa Catalina. Me gusta imaginarme la cara de mis familiares de primer grado los lunes, martes, miércoles y jueves con barra libre a cuatro euros. Bueno, en realidad me gusta imaginarme ahorrándome treinta de esos euros y siguiendo los pasos de mi abuelo, si es que los pasos de mi abuelo estuvieron alguna vez lejos de la sífilis y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. EPOC, para mis compañeros de Medicina. Vaya tela, la que se dejó en burdeles y Tabacalera Española, que mi abuelo, eso sí, siempre fue muy patrio, y luchó por los nacionales, y contó sus exageradas historias de rigor sin rigor.
Me falta fumar, follar e ir a la guerra para ser mi propio abuelo, un hombre respetable donde los haya, un santo, dice mi abuela mientras que pone otro plato de estofado de ternera, porque, hijo, no me comes nada, y te me vas a quedar en los huesos.
Cosas de la sífilis, abuela.

viernes, 23 de octubre de 2009


la niña sabe leer, lee mis entradas como quien compra el periódico, y a veces después me pregunta, la niña sabe hacer su vida, y sabe de aritmética, sabe que dos es dos, y es más que uno solo, la niña sabe lo que hace aunque no juegue demasiado bien al póker, porque a veces es muy niña y a veces muy mujer, la niña mide todo y a veces se le escapa de las manos, la niña hace su vida y se preocupa por la de otros.

yo sé escribir cosas que suenan bien o mal, cosas que alegran o hacen daño, yo sé controlar las consecuencias, sobre todo las que me afectan en primer o segundo grado, yo vivo mi vida y hay quien dice que no me preocupo por la de los demás, y en realidad a veces vivo vidas ajenas, qué divertido es esto cuando se trata de adivinar la forma en la que yo voy a perder.

una de mis metáforas preferidas es aquella gilipollez de que la ciudad se llenó de ti y de mí, pero no de nosotros, y puede que ahora sepas, como ya han ido sabiendo otras antes, que soy una especie de Steven Seagal al que se las van dando de una en una pero aguanta hasta el final de la peli, pega un tiro, y se da la vuelta, y luego todo el camino es hacia adelante.

Me pone Isinbayeva



Me pone Isinbayeva, ¿la has visto? Con su vestido gris perla, con ese recogido de princesa que tiene, con ese torso de pectorales de gimnasio que se entrelazan como una cremallera a la altura del esternón y un trapecio que desfigura sus femeninos hombros convirtiendola en una figura andrógina, alta, cuadrada, con relleno en el escote para realzar unos pechos que las hormonas de tantos años han hecho pequeños y ovalados. Me pone Isinbayeva, cómo sonríe, cómo le lanza los besos al público del teatro Campoamor, me ponen esos dos ojos de hielo, cómo desliza las uves, cómo arrastra y desgasta las cés con sus labios, no puedo resistirlo cuando le dice que sí al presentador de deportes del telediario de la uno, cuando se da la vuelta y enseña todos los músculos de su espalda en ese vestido para top-model, que ella lleva a trompicones por la alfombra roja de la realeza, que baja a la tierra, dios, cómo me pone Isinbayeva.

martes, 20 de octubre de 2009

La lluvia o el principio de indeterminación de Heisenberg

Una vez, nena, te conté que el principio de indeterminación de Heisenberg era el culpable de que tú y yo nos hubiéramos encontrado, pero te engañe, cómo no hacerlo con esos ojos que te proclamaban perdiz y a mí cartucho, yo te mentí, y no lo niego, porque en realidad el principio de indeterminación del tal Heisenberg lo que dice es que si corro más para llegar a la hora contigo en esta tarde con la que está cayendo me voy a calar más de la cuenta.

No, no me pongas esos ojos. Asúmelo. Yo lo asumí. Es fácil, si lo piensas. Piénsalo, atrévete. La lluvia cae en vertical, más o menos. Supongamos un día de viento cero. Porque mi padre decía que llueve cuando el viento se para, siempre me acuerdo, me acuerdo sobre todo cuando el viento sopla tan fuerte que me vuelve del revés el paraguas con sus varillas y su tela y toda esa clase de artificios que tan adorable hacían a Mary Poppins. Bueno, que la lluvia cae en vertical. Y tú caminas, caminas como Homo Sapiens que eres, caminas erguida, erguida tú, erguido yo, eso nos diferencia entre nosotros, y lo otro nos diferencia del Australopithecus. Si la lluvia cae en vertical y nosotros caminamos perpendiculares al suelo, o sea, verticales, apenas nos cruzaremos, ¿no?

Bien, pues ahora planteate que me pongo a correr en medio de la lluvia. Mi trayectoria se vuelve paralela al suelo y perpendicular a los varios millones de proyectiles que caen, que me van a alcanzar sin remisión y sin capucha. Ahí entra el principio del bueno de Heisenberg. Que nunca sabes dónde va a caer la gota, así que las probabilidades de que te caiga encima son mucho menores si caminas tranquilamente que si te pones a correr como toda esa panda de estúpidos.

Vale, de acuerdo. Que lo siento. He llegado un cuarto de hora tarde, como de costumbre. Pero no tengo capucha, comprendeme, y ya te he mentido mucho, y ya me he calado, y ya está la ciudad llena de gilipollas que se han puesto a correr en cuanto han visto cuatro gotas.

Ídolos con pies de barro

Me tembló el pulso, y la voz, pero nos echamos unas risas. El ínclito Balcells, el sonoro Sudón, Su-don, Kronen, Jack, Mane; somos tirillas de medio pelo en una lona de micrófono abierto con las luces de frente, me tembló el pulso y la voz, pero nos echamos unas risas. A la infausta memoria del bueno de mi abuelo Eladio, qué cosas tiene la vida, él nunca dijo "todas putas", sólo se encargó de hacer saber que con buen pito bien se jode. Y lo de anoche era un buen pito.

Cuando nos quedamos solos, somos ídolos con pies de barro. Hay una ella para cada uno, y cada uno tenemos una excusa, cada uno tenemos un club de fans que lo escribe en cuartillas, y cada uno tenemos un comité de enemigos oficial y una organización de contraespionaje, y la gente se viene, se ríe, se va, y nos quedamos solos en un banco, y somos ídolos con pies de barro, y ya sabes, colega, esta mañana está lloviendo de cojones.

Cuando acaba esta pequeña función empieza el buen teatro. Mi madre, por teléfono, me avisa de que coja paraguas, y entonces yo constato el hecho de que debí haberlo comprado en vez de pillarme un par de copas. Hoy nadie ha despedido a la televisión digital como merece. Apagándola.

domingo, 18 de octubre de 2009

Al loro

Ya lo decía el president, que no estamos tan mal. Aunque sin embargo esto no deja de ser otra prórroga más en el infinito fin de semana de la honestidad brutal y las dudas, cómo quiere la gente que no descanse a lo largo de la semana si esto es como lo que hacía Siteg Larsson. Sólo que mi best-seller no da ni para 50 páginas. Pero lo leo todas las noches un rato, y me acabo quedando sopa.

sábado, 17 de octubre de 2009

Mertesacker


Esta noche se me ha aparecido en sueños. Y me reí con él, porque le dije aquella tan gorda.

- "Ay, Salinas!! ¿Qué dirías si tu hija se fuera con un tío que se llama Mertesacker?"

Esta noche se me ha aparecido en sueños, entre cunninlingus a Loles León y sus apretadísimas tetas, entre nazis que volaban camiones y demás sueños oscurantistas, ahí llegó Andrés. Y yo le suelto la de Mertesacker, porque es como te voy a recordar, como te quiero recordar, Montes, con tus jodidas gafas, tu pajarita, tu camisa. Hablando de basket, con Trecet y con Daimiel, en videojuegos y en el Plus a deshoras. Pudriendote en partidos contra la droga de sábados de invierno en la LFP, o mundiales. Narrando triunfos y derrotas nacionales, saludando y despidiéndote como siempre quisiste que fuera este juego, como siempre quisiste que fuera la vida.

Un poco menos maravillosa ahora que nos faltas.

viernes, 16 de octubre de 2009

Bodies

Pero es que al final sólo es eso, cuerpos dando vueltas en torno a cualquier farola, al final sólo es el frío con más fuerza, yo tomo café y leche y llevo pitillos azules de homosexual convencido mientras trato de convencerme de que no, que esto es lo bueno, que no se me encoge del todo el corazón ni tengo tanta prisa por dejar atrás ni por llegar al siguiente nivel. Pero es que al final somos sólo eso, cuerpos dando vueltas en cualquier esquina, porque en todas las esquinas somos y estamos los mismos.

lunes, 12 de octubre de 2009

Del lado del diablo

Él siempre estuvo del lado del diablo, cómo no estarlo con el llanto de esa niña en el salón por encima de los 89 dB que recomienda la Unión Europea, que entiende de todo eso y mucho más, que pone y quita tanto orden. Del lado del diablo, sí señor, usted que tanto ha visto, usted que ha estado tantas veces a ambos lados de la barra, podrá ver qué fácil es saltar por encima de la encimera, que para eso está arriba, qué fácil es cambiar, qué fácil es. De lado del diablo, porque una vez estuvo del lado de Dios. O Dios estuvo de su lado, ya no lo recuerda. Dios y él estuvieron en el mismo lado, mascando el mismo tabaco, que les daba nicotina pero no cáncer de pulmón, con ventajas como esta uno debe ser muy tonto para dejar escapar las oportunidades, o eso dicen en los mejores anuncios del Corte Inglés. Luego Dios dejó de dar noticias, anunciaron en la película de Díaz-Yanes. Y él, que no creía en las películas españolas pero se tragaba cualquier tráiler, lo vio, y se hizo ateo. Como ella aquella vez, ella también se hizo atea después de la pregunta. Cómo no hacerse, si para la gripe A no hubo más remedio en aquel inframundo que dejarlo todo de lado y echarse a andar con el carrito de alambre hacia otro barrio de mejor estofa, de color más gris y menos sucio. Una vez todo estuvo limpio, hasta ella y su conciencia, pero las lluvias con las que octubre recibió al monte, lo embarraron todo y se le olvidó el nombre de la alegría, de la calle en la que tenía el garaje, y del perro con el que solían salir a dar sus entretenidos y proletarios paseos. Se hizo atea el día que decidió que esta sociedad prefiere limpiar las mierdas de sus perros y enviar a sus padres a residencias pagadas en las que los medican y les ponen los pañales que ellos tuvieron de pequeños, para que no se les irrite el culo y no les salgan escaras ni úlceras por presión. Presión fiscal sobre la herencia.

Ellos una vez estuvieron del lado de Dios, si es que Dios tuvo un lado, porque decían que era ubicuo. En ese caso, nunca habrán abandonado su lado, pero de todas las formas están lejos de lo que eran cuando eran niños, y mucho más cerca de lo que serán cuando se estén pudriendo en otra residencia con pañales.

sábado, 10 de octubre de 2009

Todas putas

Pero entonces te fuiste, te cortaste el pelo debajo de la almohada y yo sigo aquí oyendo canciones de otras con voces cálidas para el oído pero frías de cojones para el resto de mi mente, que vive en una tormenta de humo de tabajo ajeno, porque yo la chupo de año en año, y no me lo acabo de tragar. El humo. Los cuentos, tampoco.
soy un tipo listo y ahora estoy aquí
Salí por la puerta de atrás de un par de salas, no reconozco que odio que no me aplaudan cuando termino, mi ego necesita esa inyección, y ahora que sé como se absorbe bien para evitar el peor síndrome de abstinencia, limito las palabras poco a poco, como mi amigo el mudo, el que siempre está ahí al acecho. Yo soy de los que no necesita a nadie más para prepararla, por eso salí por la puerta de atrás de un par de salas. Y con los pies por delante.
tengo curro fijo y un gran porvenir
Ella eran todas, y todas eran putas, es de lo que aprendí en el pueblo, en los futbolines, en la universidad, en los portales de luz naranja, en el supermercado, en el café, en el ordenador, en los libros, en las tertulias, en los botellones, en las terrazas y en las bibliotecas. Lo aprendí de mis dos abuelos queenpazdescansen, de mi hermano elquesefollóatodas, de mi padre elbuentipoquelosabetodosobrelavida, de mis amigos losquenuncatevanadejartirado, de los colegas quetienenunbuenconsejoparatodo, de los profesores quevivenunavidasintachadesabiduría.
yo no sé quién me engañó, sólo quiero rocanrol
Ahora vivo en un tercero interior, mi ratón, o mi hámster, o lo que quiera que sea ese roedor que me come el pan de ayer, ocupa por derecho propio el bajo de todos los sillones con cagadas minúsculas que son como una gymkana para llegar al armario donde guardo fotos. Allí he dejado kilo y medio de queso: grana padano, parmesano, tetilla, roquefort, garcía baquero, kraft, mama louise, emmental, semental. Y lo único que quiero es que cuando vuelva después de este mes y medio en ese armario haya otro kilo y medio de mierda de ratón a cambio de haberse comido todo el queso y todas las fotos.
si te cuento la verdad, me entran ganas de llorar

jueves, 8 de octubre de 2009

Una habitación en verde

Tengo una habitación en verde. Estore verde, edredón verde, póster de Pink Floyd, dos de los Beatles, mi flexo, mi armario, un espejo, la radio para despertarme. Una ventana a un patio interior de un subnormal, varias cachondas y vecinas de domingo y radio patio.

Pero ella se fue. Y eso es algo que no me acaba de quedar claro, y mira que le hemos dado vueltas. Cada rincón de la casa la echa de menos cada segundo. Mi madre me pregunta por teléfono que cómo lo llevo, y yo le digo que bien, que asumiendo.

Sólo te lo diré una vez, porque no va a hacer falta más, más que nada, porque no vas a venir, y lo sabemos.

Vuelve.

Curiosa reflexión a la luz de un yogur y un flexo

Te aseguro que todo lo demás es un poco banal, o sea, que me sobra todo lo que viene después, con lo que estaba aprendiendo en estas fotos, las caras que estaba acumulando en mi memoria, el odio que estaba pegando a esas facciones deliberadas y distraidas, el mundo sigue dando vueltas ahí fuera, prescindiendo de lo que digas, lo que pienses o lo que hagas, incluso de lo que pienses decir o lo que pienses hacer.

Tanto desgarro en el pecho, y ninguno entre las piernas, qué putada. Como lo de vivir solo, es algo que no me acaba de hacer a la idea, ni me hace la idea ni me la hago yo, ni tengo quien me las haga, son los restos de este algo que va pasando, llámalo tiempo o llámalo aburrimiento vital, llámalo pajas o llámalo karma, cada cual es muy suyo. Me dedico al contraespionaje industrial, vendo máquinas para robar lo que se sucede por las mentes, incluso por la mía, paso las horas encerrado al aire libre y después me fumo parches de nicotina para calmar mi tranquilidad vital.

Y qué quieres que te diga, la verdad, si esto es más largo de lo previsto pues no te lo metas por ahí, trata de arrancarlo como si fuera una pierna con fascitis necrosante, si no tuvieras anestesia, pero si en el fondo trataras de salvarme la vida. Que es lo que me hago yo noche tras noche. Y después me levanto y vuelvo a empezar.

domingo, 4 de octubre de 2009

Otoño nuclear


Cuando en la década de los 60 todo mundo se puso a vaticinar el fin del mundo hablaron del invierno nuclear, provocado por cabezas atómicas que cubrirían de un intenso humo negro la atmósfera evitando que los rayos del sol llegaran a la superficie, además de otros millones de catastróficos fenómenos, como las lluvias ácidas y las radiaciones con tremendos efectos mutantes que cabiarían para siempre la faz de nuestro planeta.

Pero nadie se paró a pensar nunca en este otoño que se está llevando antes de tiempo las hojas, que nos cierra las puertas a un verano y nos abre los ojos a todo lo que queda detrás del hasta luego, que ha erosionado los lugares por donde solíamos jugar, y toda la esperanza que tenemos es este búnker de hormigón armado con agua para 9 meses.

Al final habrá que reinventar todo lo que conocemos para sobrevivir, nos veremos a nosotros mismos entre calles derruidas y coches oxidados, desterrados del polvo y de la luz, escapando de fantasmas que no hacen ningún ruido, y sentados esperando algún barril metálico de petróleo en el que encender las manos. Y esperar a que se (nos) cure el otoño nuclear.

sábado, 3 de octubre de 2009

Última hora. Desmantelado el comando Videmala

Ana hoy hace 18 años. Bueno, Ana lleva haciendo 18 años unos cuantos días. Bueno, si hacer 18 años es sinónimo de madurar a base de golpes, Ana lleva unos cuantos días haciendo 18 años. Pero pongamos que la efeméride es hoy, ¿vale? Venga, seguimos. Entonces tiene 18 ya. Joder, cómo se nos va el tiempo. Y yo aquí escribiendo cosas, cuando ya le he escrito bastantes gilipolleces. Y lo que es peor, le he dicho muchas más. Ana sabe de sobra que ella habla mucho, pero que ya hablo tanto y más. Cuando me deja. Y cuando no, no es que me calle. El que se calla es David. Yo escribo. David, el bueno de David. Durante dos días fuimos a la vez tres y uno. Pero nuestro piso franco se fue al garete, y ahí la tienes. Ana siempre ha querido salvar el mundo. Porque en algún momento de su vida o bien se tragó a una niña, o bien se secuestró a sí misma con 7 años, y se dejó ahí dentro. Entonces la oyes hablar como tal, como si esos 7 años fueran para siempre. Y claro, quiere salvar al mundo. Yo le digo que sí, coño, que salvar al mundo no es ir de bata blanca por ahí, pero para quitarle definitivamente los mitos me la llevo a ginecología. En fin. Que Ana tiene 18 años. Y eso es algo que no se puede volver atrás. Hay tantas cosas en esta vida que no pueden volver atrás. Como irse o venirse. Como quedarse. Ella se queda aquí, en este pueblo que no es nuestro pueblo. Porque en nuestro pueblo, el de verdad, podríamos pasarnos toda la vida. Pero ella quiere que no nos quedemos con un rebaño de ovejas, siendo otros fiesteros más que van por la comarca de Mayo a Octubre. Que eso es de perdedores. Y ella tiene que salvar el mundo. Yo tengo mis metafísicas teorías de que salvar el mundo empieza por salvarte a ti mismo, pero como eso aún no lo he comprobado, no deja de ser una teoría. Ella quiere salvar al mundo. Y tiene 18 años.

viernes, 2 de octubre de 2009

Golpe de estado

Me pondré en pie después de toda esta guerra, después de esta estúpida transición en la que estamos metidos, silenciando todos los movimientos, todas las operaciones, a pesar de que conocemos a los contactos, a los espías y los contraespías. Me pondré en pie después y quizá no alce la voz, porque no soy de esa clase de valientes ni llevo los galones necesarios encima de los hombros. Estos juegos en la sombra nos divierten, y lo sabemos, pero llegará un día en que tengamos que salir al medio de los focos a dar la cara, cuando no valgan arrepentimientos ni vueltas atrás. Tomaremos el poder, recurriendo a la fuerza si fuera necesario, aunque espero que no haya que derramar ni una gota [de sudor] en este affaire que nos mantenemos. Pero paciencia, paciencia. No ha llegado el momento de sacar los tanques a la calle, ni mucho menos de desenvainar, por ahora es el momento de permanecer silentes detrás de la frontera, en actitud hostil, jugando a la desinformación y que los diarios publiquen en primera plana noticias al respecto de cualquier otro conflicto desarmado que tenga lugar en escenarios alejados de nuestras calles. Luego vendrán los tiempos duros, o los buenos tiempos, pero por hoy propongo que se sienten, coño, y que disfruten de la función que representamos. Y a lo mejor al final hasta firmamos pactos encima de algún capó. O en el asiento de atrás.

jueves, 1 de octubre de 2009

Wake me up when september ends

Iba a escribirlo en plan de triste. De jodido. Como asumiendo que esta mediodía me he echado a llorar encima de un plato de alubias con arroz [boys-don't-cry]. Y de pronto me he preguntado que si iba a servir para algo. Si me iba a solucionar la vida, si mi adolescencia retardada se iba a ir a menos, si mi niña no se iba a ir, y mi chica no me iba a dar la patada. La verdad que no. Así que ataco donde funciona.

Wake me up when september ends. No la tocaron. Me llevé más hostias que en la vida, y a la segunda canción estaba sudando como un pollo, pero salí en éxtasis del Palacio de los Deportes después de berrear como una nenaza con Billie Joe. San Bernardo 107, 11.7 tiene las mejores vistas de todo Madrid, o eso me parece. Y el Penta no está en declive, ni en auge. Sólo está. Y Paz mola, siempre mola, después de todo este tiempo.

Luego llegaron los días de vino y rosas [robadas]. Las novatadas a dos, los secuestros indiscriminados a peluches y torturas con agua fría, sin ánimo de hacer confesar. Las sorpresas, que como se descubre al final del guión pueden ser agradables o no serlo.

Y se fue, se fue el septiembre más largo que hemos tenido, que empieza con un examen a deshoras, que se retuerce como una serpiente entre aquí y allá, entre arriba y abajo. Y ha estado bien. Ahora viene todo lo demás, todo lo que ya conocemos, y lo que no también.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Kale borroka

La lucha por la calle está a la orden del día, es caminar y ver al otro lado del asfalto a los mismos derrotados, a los mismos vencedores que siguen en la brecha, y dicen, como dice Marea, que derrumban muros con palabras, pero los contenedores y cajeros siguen estando ahí, y seguimos siendo el silencio, el incendio, la llama en movimiento, nada nos puede detener cuando nos lanzamos cuesta abajo, nada nos puede detener cuando nos lanzamos, tenemos en la mente el molotov perfecto que revienta en cristales y rojo y naranja y los tanques y sus cadenas que destrozan el piso y los oidos con los mismos decibelios de verde militar, no hay nada más allá a la derecha de la derecha, compartiendo portales, compartiendo rejas desde delante y desde detrás, y según paso siempre me despido, y en ocasiones escupo, porque hay veces que sabes y hay veces que no sabes cuál es el final, y cuál el principio.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Barbaño, sweet Barbaño

Para Barbaño, con cariño. Debajo de la obscenidad se esconde el divertido recuerdo y las ganas de verte de nuevo en algún lugar del mundo.

"Barbaño representó para mí durante mucho tiempo la ilusión del salvaje y desconocido teritorio femenino, igual que para el doctor Livingstone fueron las fuentes del Nilo. Tanto el doctor Livingstone como yo teníamos en mente la misma preocupación, e incluso el mismo destino: tras una densa y poblada selva, unas fuentes en las que mojar[nos] nuestras vidas.

Eran tiempos difíciles aquellos. Noches sin dormir y peleas contra nuestro peor enemigo, nosotros mismos. Seguimos caminos equivocados muchas veces, que nos llevaban a rutas desconocidas y muchas veces intransitadas, o caminos cortados de antemano. Pero Livingstone ya lo dijo: iré a cualquier parte siempre que sea hacia adelante. Y yo dije, hacia dentro.

Barbaño fue para mí lo que la piedra Rosetta para Jean François Champollion; las encontramos por casualidad, por casualidad las leimos, y por casualidad las desciframos. La diferencia entre ambos el que yo no hice el papiro entero. Sin embargo, siempre tuve la convicción de que era el camino correcto.

Más tarde me encontré con una legión de amigas que estaban dispuestas a hacerme el amor por pura conmiseración, lo que me llevó a un punto intermedio bastante morboso entre la duda y la lascivia. Bendita juventud.

Barbaño se me escapó un par de veces. Para ser sinceros, la segunda ve fui yo el que se escapó en un bus quince minutos antes de que ella llegase en otro a la ciudad. Lo lamenté bastante, era una bonita oportunidad de llegar al Nilo, pero como suelo ser consecuente con mis decisiones, seguí adelante.

Hoy, que todo sigue estando tan lejos como de costumbre, Barbaño ha vuelto a mi memoria sin que sepa muy bien por qué. Tendré que volver con el dr. Livingstone a fumarnos un fito a la salud del África desconocida, y de los buenos recuerdos."