sábado, 31 de enero de 2009

Libre

Presiento que tras la noche...vendrá la noche más larga...

jueves, 29 de enero de 2009

Crush Syndrom

Me cazó, me cazó de lleno. ¿Cómo iba a saber que sus ojos eran verdes? Pero sí, eran verdes, eran verdes como el puto cielo, como la peor rana a la que hayas besado. Y yo mirándole a las tetas, claro está. Aunque tampoco logré adivinar su talla de sujetador, es una suerte que no me lo preguntara. Es que hay noches en que la balanza está del otro lado. O tienes a la chica o tienes la música. Y ayer tenía la música, claro que sí. Me metieron un disco entero del Boss que la hizo bostezar, pero que me hizo estremecerme. Luego cambiamos de bar, y tenían un grandes éxitos, con la Creedence, Van Morrison, los Beatles, Clapton, luego me pusieron Calamaro. Y mientras yo escuchaba sus mil historias, y la miraba insistentemente a los ojos, ni siquiera para disculparme, porque ahora sólo quería bañarme en verde, y en las cañas que nos bebíamos, y yo hacía lo que podía con mi uña negra, hacía lo que podía con mis mil comentarios a destiempo, hacía lo que podía con mi boca. La vida es injusta, y no lo puedes tener todo, me enseñó mi madre hace años. Yo la oía, y oía la música, y me bañaba en su mirada, y de vez en cuando nos reíamos y bostezábamos, y yo sabía que nunca pasaría que ella y yo juntásemos nada más que el vaso. Así me iba, en las noches de invierno con lluvia, que me daba por reir, y por soñar estupideces en las que le daba la vuelta a todas las realidades y me despertaba pensando en la clase de vida que tuve y por qué me decidí a no cambiarla nunca. Y es que la chupa de cuero de mi abuelo tenía más significado que forro.

martes, 27 de enero de 2009

Paradoja

Hay carteles en paredes que prohíben fijar carteles en dichas paredes. Hay agujas que metes para evitar que se metan agujas. Hay incendios para quemar bosques que de otra forma se quemarían también. Revientas una bomba para evitar otra explosión.

Hay cientos de contradicciones, dentro y fuera de tu mente, cada día y segundo tras segundo. No tienes un reloj atado a tu muñeca, tú estás atado a ese reloj, y lo miras insistentemente, como mirabas a tu madre de pequeño para pedir algo. No pasa el tiempo, pasas tú, y de lo que haces o dejas de hacer no depende el destino del mundo, sólo depende el destino de tu coche. De tus pasos, de tu cena.

Luego te levantas cualquier día, y nunca sabes si sigues despierto, si sigues soñando, o si alguna vez hubo un tipo llamado Descartes que dudó, como tú. Y te preguntas si era simplemente un producto de tu imaginación, si Descartes era otro sueño; no, mejor aún. Te preguntas por qué se te ocurren estas cosas al ver que en la pared hay un cartel que prohibe fijar carteles.

domingo, 25 de enero de 2009

Fotografía




La de la foto es mi amiga Mer con su novio, una pucelana simpática que estudia biotecnología, y a la que conocí en París, por cosas de la vida. Llevo como unos tres meses sin verla. Mi abuela compra el periódico infaliblemente domingo tras domingo, y como de regalo con La Opinión viene el Magazine, pues me suelo parar a mirar las fotos, las firmas reseñables y los reportajes, habitualmente de buena calidad.

Resulta que dicho Magazine organiza un concurso anual de fotografía amateur, este año recibieron unas treinta mil fotos. [La foto ganadora no me ha convencido en absoluto, pero bueno, juzgad vosotros ] Yo estaba ojeando las fotos finalistas esta tarde, y me pareció ver una cara conocida, la de Mer, concretamente. Un tipo este verano sacó la susodicha foto en blanco y negro en la playa de Gijón, y ha quedado finalista en un concurso, mira por donde. Le mandé un mail, y un par de horas después me llamó taquicárdica al móvil.

Que si le hacía mucha ilusión, que si tal que si cual. Que menuda casualidad, que era una suerte que lo hubiera visto, que ya me lo pagaría. Yo, en cambio, pensé que era ciertamente triste que alguien, violando tu intimidad con una cámara de fotos, gane un concurso, o algo así. Y lo que es peor, que ni siquiera te enteres. Que si hubiera sido yo, de haberme enterado, no me habría hecho maldita la gracia. No hablo de denuncias como los americanos, pero... en fin.

Curioso hecho el de internet y derivados. Alguien saca partido de tu momento de felicidad, porque al fin y al cabo la foto en blanco y negro de Mercedes no deja de ser mas que eso. Tú eres feliz y haces feliz a alguien. Y luego, como es en blanco y negro puedes verlo como el reparto universal de alegría, o alguien que ha sacado provecho de tu ingenuidad, todo depende del lado que estés.

sábado, 24 de enero de 2009

No me llames iluso

Ayer hice una quiniela. Dos columnitas, sin más. Porque me apetecía, porque llevaba varios años sin hacerlo, y tenía la impresión de que este curso me iba a tocar algo gordo. Así que en Santa Clara, con David, entramos en la administración de lotería, e hicimos un par, por aquello de evitar problemas compartiendo el premio. Un empate del Osasuna me ha dejado sin unos potenciales 4 millones de euros. Qué putada.

Cuando era pequeño y bajaba a casa de mi abuelo los sábados por la mañana, mi abuelo me ponía a marcar una columna del susodicho boleto. Al principio, los marcaba al azar. En escalera, o como surgiese. Mi abuelo, medio ciego, creo que nunca se enteró. Luego ya empecé a entender de fútbol, pero tampoco hubo suerte. Luego lo dejamos, luego mi abuelo murió, y ahora aparte de echarle mucho de menos, me da por acordarme de él cada vez que hago una quiniela.

Ayer lo que nos hacía verdaderamente felices fue caminar durante media hora pensando en voz alta lo que haríamos con ese dineral. Ya sabeis, el cuento de la lechera. Mi Ferrari, las vacaciones en el culo del mundo, que le den a los exámenes, el pueblo, esas cosillas. Media hora de sonrisas, idiotas, ingenuas, por un euro. Los puticlubs salen bastante más caros, pensándolo bien. A mí ya se me ha roto el cántaro, pero sigo confiando en David, que marcó la X en una de sus dos columnas. Confío también en que sepa compartir, llegado el caso. La ilusión, como la pasta, se comparte, aunque la pasta cuesta más soltarla.

viernes, 23 de enero de 2009

Sitio

Él estaba en la cola del bus, y se le puso a cinco centímetros de la cara, se levantó el jersey y le mostró la placa y la pistola.
- Documentación, chaval.
Acojonado, le pasó el DNI, que tuvo que recitar. Luego, el otro le hizo un gesto con la cabeza, en ese plan de "vete, y no peques más". No sólo los curas le han hecho daño al país, los maderos también han llenado de mierda las aceras, a base de cargas cuando iban de gris, pero ahora que han cambiado su color siguen teniendo la misma cara de cabrones.

Después vienen todas esas escenas de autocomplacencia, en las que él se dibuja en situaciones diferentes, reaccionando como se supone que debería reaccionar. Se imagina a sí mismo en peleas de bar con los nudillos sangrantes, pero con el corazón batiendo en la jaula de huesos a doscientos. Todas esas cosas pasaban dentro de su cabeza únicamente, pero él le iba poniendo diálogos, personajes nuevos cada dos noches. Años le llevó hacerse a sí mismo, noches al pie del cañón, y demás familia de sacrificios que le hacían dormirse al contacto con la almohada y despertarse al olor de café pasado.

Al final, porque siempre hay un final, la escena que dibuja en su mente pasados los años es la de la cola del autobús que volvía a su ciudad, y ahora es él quien lleva la pipa, y amenaza al pelanas veinteañero, siente cómo el otro siente miedo, se alimenta de ese miedo, y se va a trabajar, a trabajarse, con algo menos en su vida. Pero también en la del otro, esa es su fuerza.

jueves, 22 de enero de 2009

Getting dark, too dark to see

Hay escritas infinitas palabras que no voy a leer nunca, en libros de todas las formas, tamaños y colores; hay escritas infinitas canciones que no voy a escuchar jamás, en la radio o en discos de vinilo, platino y cassetes; pero sé que llegará un día en el que se acabarán las combinaciones de las 28 letras, y de las siete notas en todas sus escalas, y entonces habrá quien se pregunte por qué hemos tirado miles de horas sin pararnos a coger un libro, o llenarnos los oidos de música, y sin embargo hemos malgastado media vida leyendo anuncios en la carretera e intoxicándonos con melodías absurdas que digan que nos sobra el amor.

miércoles, 21 de enero de 2009

El veneno de Zamora

Zamora solía ser un remanso de paz y tranquilidad, hasta que llegaron los guerreros, y con el ánimo de mejorar trataron de borrar todo lo que había hasta entonces. No destruyeron nada, sólo se limitaron a dejarlo en el olvido, que es donde antes se pudren las cosas. Alzaron después sus voces, sus cánticos, alzaron tanto los ojos que no vieron el suelo del que se iban alejando, no vieron lo que dejaban atrás, no vieron en lo que se estaban convirtiendo, porque solo ansiaban ser grandes. Buscaron mecenas, se apoyaron en los mejores asientos, se pusieron bajo el calor y la luz del mejor sol. Lo de grandes, creo que lo fueron, o al menos se acercaron, porque pasó que la fuerza de gravedad hizo mella en sus ánimos. Se desinfló la ilusión, se apagó la llama poco a poco por el viento venenoso de las envidias, las tramas, la cizaña, y el ansia, desde dentro y desde fuera. Entonces, cuando volvieron al suelo, cuando no fueron nada ni nadie, miraron a su alrededor, y vieron a su frente, como Charlton Heston en el Planeta de los Simios, todo lo que había quedado después del invierno nuclear; vieron que sólo se habían quedado en el mismo sitio.

Faltaban Valores.

domingo, 18 de enero de 2009

Micro, 0 de 1

Cuando crees que eres cobarde, aunque en realidad no lo seas, te acabas convirtiendo en eso.

Juégatela un poco, valiente

sábado, 17 de enero de 2009

Analítica


Lo ponen mis análisis. Me sube la bilirrubina. En serio. No es ningún recurso literario, y a mi médico le hace mucha gracia, así que me reí yo también, para no quedar mal. También se rió bastante cuando le dije que podía hablarme en términos médicos, que para eso estaba estudiando, para quitarle su puesto de triste sustituto en una tarde de viernes, en una consulta llena de viejos. Me dijo que me había equivocado de carrera, me dijo que la Micro se aprueba por aplastamiento, y que la olvide al día siguiente, que no sirve para nada, como anatomía patológica. Quizá me lo dijo porque me reía demasiado, quizá porque parece que aún tengo ilusión por las cosas. Y a mí, con todo esto, nadie me quita lo de que tengo la bilirrubina alta, y ni siquiera es más que hereditario. Qué cosas tienen Juan Luis Guerra y el sustituto de mi médico. Ay, cuando te miro y no me miras, y no lo quita la aspirina...

viernes, 16 de enero de 2009

Entre el ombligo y la reyerta

"No te lo vas a creer, pero la verdad es que sabía de sobra a dónde apuntaba, mi mano manchada me miente mientras matamos miles, moribundos, maltratados montones de nueve que nos cubrió los hombros y después se nos fue a la sien, y ahora no somos nosotros sino lo que queda de nosotros. Empañados los cristales, los hielos y la bebida, empañadas las gafas para no vernos más de la cuenta, empañados los ojos para sentir sólo lo oscuro, sentir la luz apagada con el filo del oído, sentir que se acaban las horas y todo lo demás va para atrás.

Yo, como decía, supe de sobra a dónde apuntaba, aunque pareciera que lo hice a ciegas, como si ya lo hubiera visto todo en el mundo [que, verdaderamente va cada vez a menos: el mundo y lo que me queda por ver] y lo que haya que hacer a estas alturas sea bajar desde la cumbre hasta la cuesta que queda entre mi ombligo y tu reyerta, el campo de batalla que aún me queda por ganar.

Me tomarás por un inconsciente, yo, con tres días de más y un año y pico de menos, metido entre todos tus asuntos pendientes que se me quedan tan grandes como la gabardina de Bogart, llevo sombrero bajo techo por pura [mala] educación, y porque las bombillas desnudas me asustan lo suficiente como para no querer ni poder dormir en toda la noche, tan suavemente como oir la Emisión Pirata sentado frente a la ventana, escribiendote a mano estas líneas que no vas a leer nunca, estas palabras que se van apagando porque saben que si encendí el mechero no fue para mí, y que si te apagué el cigarro no fue para esto, sino todo lo contrario: lo apagué queriendo tener una nueva excusa para darte fuego y acercarme a ti empapado en gasolina. Mis sábanas están hasta los huevos del sudor en soledad, muñeca, y yo tengo combustible para rato."

miércoles, 14 de enero de 2009

Inenarrable

Déjame que te cuente una historia, para recordarla cualquiera de las noches que no estés, ni esté yo, y tengamos que darle calor a la almohada con las orejas. Déjame que te diga que me alimento de la memoria que no tengo, que se llama imaginación, que me invento nuestro porvenir en ciudades de noches apretadas entre el naranja del cielo y el negro del asfalto.

No es una historia cualquiera, es la historia de una montaña que se refleja en un solo charco, la del ogro de furias en la madrugada, que rompe vasos al entrar en casa, y revienta las ventanas con la suma de los decibelios silenciados en su mente, pero que se le escapan entre los puños cerrados.

Podría ser una historia de fracaso y destrucción, que es como terminan las buenas películas, los guiones inimitables y las visitas a urgencias en Honda Civic rojo por las calles desiertas, vomitar tardes enteras en quince segundos y cantar una canción que no es ni siquiera de despedida, sino una marcha triunfal de mañanas con niebla hacia el fin del mundo.

Déjame contarte esta historia, no puedo prometerte nada a cambio, nada me he prometido a mí mismo en todo este tiempo, sólo que te tenía que contar una historia y según se va pasando el tiempo se me olvidan los detalles que tenía guardados en mi memoria portátil, fruto de letras inconexas y de frases sobrantes, recortadas de todo lo que nunca tuve ganas de decir, y siempre me callé.

Te contaré esta historia, aunque sea lo último que haga antes de irme.

sábado, 10 de enero de 2009

El día que en mi residencia prohibieron el porno

Basado en hechos reales. Agradezco la involuntaria pero imprescindible colaboración.

Un jueves cualquiera de enero, una sobremesa cualquiera. J encendió el ordenador portátil, en la soledad de su habitación. Qué dura, la vida del hombre solitario en una residencia universitaria, pensó mientras se aflojaba el cinto. Hizo doble clic en su explorador de internet, y abrió la pestaña de favoritos, eligiendo una web pornográfica al azar.
"Tiene el acceso restringido a esta web. Categoría=pornografía"
- ¡¡No jodas!!
Probó otras 3 o 4 direcciones más, con idéntico resultado. Un pantallazo azul y blanco de una empresa de informática que le contaba que tenía prohibido acceder a las direcciones pedidas. Salió desencintado de su habitación, y entró como un torbellino en la 415, donde se reunían sus compañeros en una masculina manada de sobremesa y videoconsola.
- ¡¡Han prohibido el porno!!
Sus palabras fueron secundadas por una sublime carcajada general, ante lo esperpéntico de la escena: un tío que entra con el pantalón desabrochado en otra habitación llena de feromonas masculinas a anunciar, como el guerrero de Maratón, la censura de la pornografía. Gabinete de crisis, lo llaman a eso en los ministerios. Rápidamente, comenzaron a funcionar los engranajes mentales, probando en Google todo tipo de palabras claves. Pajas, pornografía, chicas, modelos. Uno tras otro, el pantallazo azul y blanco iba cercenando las ilusiones pseudoadolescentes.
Todas las cabezas se giraron hacia A.
- Sabemos que tienes 12 gigas de porno en el ordenador. Comparte.
- ¿Compartir? ¿Con lo que os habeis partido el culo? Sería estúpido. 2 euros por película.
- Será cabrón...anda, toma mi pendrive, y mete tres películas.
- Pagos por adelantado.
- Qué hijo de...toma 4€ y mete sólo dos. Pero que sean buenas, de esas que tiene argumento, y tal.
Los menos favorecidos, como es costumbre mundial, propusieron alternativas y protestas.
- Esto es culpa del director. Puto gordo de los cojones...
- ¿A qué se cree que juega? Menos mal que no ha prohibido el Tuenti. Si no, cacerolada en recepción.
- Qué cacerolada, una sentada en pelotas, ¿por el porno!
Otros, más avezados, propusieron ante la precariedad de la calefacción y agradeciendo la ventaja de ser una residencia mixta, que hubiera un acercamiento más sutil e interesado al género femenino. Se cree que esta medida fracasó por la aparición de una o dos páginas que salvaron el cruel filtro, o por la estrechez de miras [y no solo eso] del susodicho género femenino residencial.
Yo, por mi parte, que no dispongo de ordenador allí y consecuentemente me veo obligado a usar el poder de mi imaginación, no noté el cambio y me mantuve, como de costumbre, ajeno, al margen, como un divertido espectador más.

Las risas se me terminaron cuando traté de entrar, desde el ordenador de un amigo, en la peña gastronómica y futbolera "La Polla Rojiblanca", y me salió el pantallazo azul y blanco.

martes, 6 de enero de 2009

Inédito (I)

One night and one more time
thanks for the memories, thank for the memories
even though they weren't so great, it tastes sweeter...



"Cuando miras desde fuera, tienes esa protección que dan los cristales, contra reflejos indebidos, contra escupitajos, contra sensaciones y carne de gallina. Tienes, digamos, inmunidad, tienes derecho a opinar, tienes carta blanca. Pero en esos momentos no te das cuenta de que dentro del ojo del huracán pasan acciones milimétricas que solo puedes ver si te la juegas y estás allí, acciones que cambian el sentido completo de la situación. Y allí estaba, aquella vez..." [Fragmento inédito]

lunes, 5 de enero de 2009

Carta a los Reyes

He sido bueno, lo juro. He hecho cosas buenas. No he bebido tanto como esos amigotes míos, no he robado a nadie, ni tampoco me ha dado por atentar contra la propiedad individual ni la vida humana, ni esa clase de cosas que se recogen en la Carta de los Derechos Humanos.

Así que me veo en el derecho, qué coño en el derecho, en la obligación de pedir cosas a lo grande. Quiero un portátil que me permita tocarme los huevos a mis anchas en todos mis ratos libres, estoy harto del ostracismo al que me ha condenado no tener internet para mí solo entre semana. Quiero un Ferrari, porque mi padre no me suelta el Mégane ni p'atrás. Quiero una novia que se calle la boca y folle mucho, porque estoy harto de buscar por barras de bar, y de acostarme solo todas las noches, y de cascármela yo mismo. Quiero acabar con esta tortura de carrera de 6 años que me va a costar la cordura, cuatro dioptrías, y a mi padre la cuenta corriente. Quiero una casa grande, grande. Con su finca, con su piscina y su jacuzzi, quiero vivir toda mi vida del cuento, como esos políticos o personajes de televisión. Quiero publicar un libro sin tener que pasarme noches en vela para rellenar folios blancos a mano. De hecho, quiero una buena biblioteca para mí solo, y todo el tiempo del mundo, todas las tardes soleadas tirado en una tumbona, para leermela de arriba abajo y de abajo arriba, pensar y repensar. Quiero un Scalextric bueno de una vez por todas, adiós a las oxidadas pistas heredadas que no me dejan correr agusto, quiero una habitación exclusiva dedicada para ello. Quiero una cuenta corriente en Suiza, de las que empiezan con seis ceros, y también tienen seis ceros en el montante final.

A lo mejor es mucho, ¿no? Vale, entonces retiro lo del Scalextric. Espero que sepais comprenderlo, tengo mis razones para pedir todo lo anterior.

Es que os sigo guardando rencor desde la vez que con cinco años pedí el barco pirata, y me trajisteis aquella mariconada de la goleta. Desde entonces ya no le pido nada a mis padres, hice un pacto con el gordo seboso de la Coca- Cola, escucho rock and roll, emulo a mis héroes de blog, y tengo una bufanda tricolor para animar a la selección.

Pero, este año, queridos Reyes Magos, arreglemos las cosas entre nosotros.

Os lo he puesto fácil, ¿no?.

Imaginaos por un momento que os llego a pedir la paz en el mundo, que se acabe el hambre, o que en Zamora progresemos.

domingo, 4 de enero de 2009

Papel mojado

That's one small step for a man, one giant leap for mankind
Armstrong. Julio del 69. La luna.

No se trata de quien eres, de si estabas en Woodstock un verano antes de la llegada a la luna viendo a los Jefferson Airplane puestos hasta las cejas, cantando White Rabbit, soñando con amor y toda esa clase de inventos. No se trata de cuanto tiempo te ha llevado alcanzar este sitio, tu barrio o un polígono industrial, date tiempo y respira. Porque en realidad ha sido fácil, aquí estás, y dejas que te regalen los oidos, y te sientes bien con esfuerzos mínimos, empiezas a conformarte con nada. Y todo lo demás está ahí, tu antebrazo inmaculado sin una sola cicatriz. No te crees capaz de hacerlo, ¿es eso? No creía que fueras de esa clase, siempre creí que irías a por algo más, que podrías dar algo más. No porque se espere más o menos de ti, si nunca fuiste de los que alimentaban el ego a base de comentarios ajenos. Te acuerdas de mí cuando ves por la televisión esos anuncios de basura enlatada para gatos, yo me meto dentro de un envase pero nunca se caducan mis letras. No te voy a pedir ni siquiera que quemes el mueble bar en el intento, que te gastes la herencia de tus padres, no te voy a pedir un imposible, sólo te pido que esta vez no te rindas antes de haberlo intentado. No hay secretos para nunca empezar, el secreto de todo esto está en terminar vendiendo lo que tienes y lo que eres para sobrevivir en una acera donde cada vez que llueva sólo vas a ser una vez más lo que siempre dices ser. Papel mojado.

sábado, 3 de enero de 2009

Disco del mes: Absolution




Bueno, una de propósitos de año nuevo, analizar un disco cada mes...
Artista: Muse
Año: 2003

14 temas, o 13 y una introducción de 22 segundos, como querais. Un disco de esos, literalmente, redondos, que son como montañas rusas que a veces te dan descansos para otra caída aún más fuerte, a veces suben despacio para irte preparando, o te tienen durante tres temas electrizado. Bellamy y compañía se cubrieron de gloria con unos temas épicos [Apocalypse Please, Time is running out, Stockholm Syndrome, Butterflies and Hurricanes] que te levantan del asiento, que te dan ganas de poner el volumen a reventar, de gritar, una música que transmite algo fuerte. Luego tienes descansos, para cerrar los ojos y dar vueltas sobre tu propio eje [Sing for absolution, Blackout, Endlessly] . Un nivelazo que, a mi entender, no alcanzaron en su siguiente trabajo, Black Holes and Revelations, de 2006.

Lo dicho, un trabajo imprescindible, este Absolution, para entrar de lleno en el rock alternativo, para conocer o recordar a los Muse. Años les va a llevar repetir algo como esto. Algo destacable de la banda británica es su inmaculado directo, un paso en el que muchos grupos pierden lo que de una manera u otra ganan en el estudio.

Os dejo Sing for Absolution , de tranquis, y Time is running out en directo.


viernes, 2 de enero de 2009

Ida y vuelta

"Tengo una gran idea en la cabeza que nunca se cumple y por eso me faltan las comas y construyo frases interminables, aunque a veces me doy un poco de aire saltando por la ventana hacia el tejado de enfrente, territorio papá noel y guirnaldas de coleres, rojo y verde, azul y amarillo, este es el cuento de nunca acabar, digo que tengo siempre algo que se me olvida cuando me pongo a dibujar palabras y mientras escribo sinsentidos en realidad lo que hago es dejar pasar el tiempo a ver si vuelve lo que se me ha perdido, de este modo nunca tengo la verdad en el bolígrafo, sino en la punta de la lengua y me quemo con el café con leche con mi madre con la radio puesta con noticias de energía nuclear con consecuencias positivas, y pienso yo, algún día se tiene que acabar todo esto, porque nadie ha inventado aún un móvil perpetuo de primer, ni segundo orden que gire haciendo caer bolas y agua, cada vez que meto las bolas en agua ahora que todavía es enero siento el perpetuo movimiento de tercer orden [llámalo putas ganas de salir corriendo y pegarme al radiador] y un deseo irrefrenable de quemar mis pinturas de cera para hacerme unas velas de colores y soplar y quedarme con el humo a oscuras, recuerdo incesante de noches en cuevas rupestres, recuerdo incesante de noches en bodegas decimonónicas donde los altavoces te llenan la cabeza de ruido en lugar de sentarte con un libro y un paquete de pipas y repetir palabras en voz alta atado a los barrotes de una jaula de oro, nunca soy un músico sino que sólo soy otro medio en manos de las palabras, que van y vienen.

Contenedores

He encontrado una de mis obras en un blog. De hace dos años. No me pregunteis, estoy alucinando aún. Creo que voy a colgar la carrera y a pintar contenedores, que me sale más rentable...

http://sentado-.blogspot.com/2007/02/el-rencor-la-basura.html

Mi preferida era esta otra:



Este año, fui algo más profano, y puse a Neruda en una pared, y en otra me deleité haciendo un poco el gamberro.



No debería haber visto tanto mayo del 68. El año que viene, pongo la mítica de "bajo los adoquines está la playa"....si el alcalde no me ha detenido antes, y si me dejan otro bote de pintura... Disfrutad!

jueves, 1 de enero de 2009

2009 d.C.



No tengo la fórmula secreta de la felicidad. Tampoco la quiero, así me sale más rentable cada vez que me voy a pasar una noche entre personas que no tienen ninguna deuda conmigo, y a las cuales no les debo nada, sino que simplemente nos compartimos sin ánimo de lucro, hasta que llega el amanecer. Saltar la hoguera a pies juntos, eso es todo. Y nunca quemarnos.

Yo sólo tengo una botella en tres cuartos de cava, una hoguera a plena noche, canciones por las calles mojadas, y casas vacías, sólo tengo escapadas. Fechorías, sigamos siendo adolescentes, tiremos la cerveza a los contenedores, y oigamos el agua de la fuente. Dadme un bote de pintura blanca y un palo redondo o una brocha, y regaré de cultura, de sonrisas, y de algo de sueño las paredes de este sitio.

Yo no quiero propósitos de año nuevo que nunca se van a cumplir, yo no quiero deseos en mensajes cortos, yo no quiero sueños inmateriales. Yo quiero noches como ésta, yo quiero quedarme boca arriba sin moverme en la cama, hablando de cambiarnos nosotros, y no de cambiar el mundo. Quiero mancharme las manos de blanco, quiero mojarme el pelo y las mangas, oyendo cantar.

En el fondo, lo que querría es empezar todos los años con la misma sensación que tengo ahora mismo, sintiendome vivo, paseando por el campo con el frío sol de invierno sin tener heladas las manos, hablando y escuchando todas y cada una de las razones por las que merece la pena que hoy sea un nuevo año. Yo no tengo la fórmula secreta de la felicidad ni de la Coca-cola, sólo tengo mis momentos.

Arriba Videmala Libre.