Para toda la gente que conozco que nació el mismo año que yo. Los que no...lo siento.
" Se me ha ocurrido cerca de la una de la madrugada, lo que le quita parte de la seriedad y logica [ilogica] que pudiese tener a priori. Pero vamos alla.
Vengo de un lugar muy cercano, tan cercano que se puede tocar con la punta de los dedos, tan cercano que veinte años no son nada y de aqui a poco tiempo nos veremos cantando con Serrat "fa vint anys que tinc vint anys", antes de que eso suceda, ara que tinc vint anys le canto a nuestras vidas.
Nuestras vidas empiezan doce meses antes de que caiga el telon [el de acero] con lo cual no seria arriesgado hablar de que fuimos los mismos a los que Freddie Mercury les cantó que the show must go on. Somos espectaculo, es lo unico que tengo claro hasta ahora.
Nuestras vidas siguen cuando se rompe el imperio, y nunca podremos estar back in the USSR, sino que tenemos en nuestras manos un puzzle de matrioshkas, y ahora que tenemos la juventud en nuestras manos, le rendimos homenaje mezclando, noche tras noche, el Vodka de cualquier palo. Pero con limon, mucho mejor, porque mi padre siempre me dijo que el destornillador era el mejor de todos los malos cubatas. Y me recomendó que bebiese whisky 12 años.
¿Qué le voy a hacer, papá, si tengo mas de 19? Creo que por eso bebo ron.
Nuestras tardes ya no fueron como las de mi hermano mayor, pero tampoco han sido ya como la de vuestros hermanos pequeños. Yo aún merendaba con Barrio Sésamo, yo aún tuve clase por la tarde [por muchos años], yo aún jugué al futbito y no tuve una Play hasta los 16 años, momento en que empecé a conocerme, y por tanto, a traicionarme.
Recuerdo con especial cariño las cintas de cassette que mi padre ponía y que acompañaba a la guitarra, que renegó de la guitarra cuando mi hermano quiso ser estrella de rock y tuvo mas penas que gloria. Y tengo en usufructo una Fender acústica, qué más dará.
Mientras nosotros crecíamos, nació el roce de tu cuerpo, so payaso y unas cuantas más que ahora cantamos cada noche en los bares cuando el cuerpo nos pide más, y creemos haber descubierto el mundo, pero sólo estaba debajo de nuestros pies. Y esto nos lo tuvo que cantar Fito cuando decidió quedarse solo. Curioso, la primera canción que soy consciente de haber berreado es Alucinante.[PD: Fito, por que te vendiste? Los del '90 no se lo merecían...]
Y en la tele, cuando empezamos a acercarnos al siglo XXI, y nuestros padres trataban de reunir en libros todo lo que habían visto, oido y aprendido sobre el siglo XX, nosotros íbamos dejando de lado los dibujos para pasarnos a Friends. Aunque se nos escapara algo.
Sí, nos llegó el 2000, y recuerdo aquella nochevieja en la que la unica aspiracion era salir a poner petardos para el nuevo milenio, y nada de pagar diez mil pelas para estar una noche en un bar vestido de etiqueta. ¿Nos hemos vendido nosotros también? Bah, hemos cambiado, c'est tout.
Mis padres, cuando yo era más pequeño, cenaban con la sintonia de La Linterna, en la Cope. Y despues, desde mis 10 años o así, cenamos en casa con Hora 25, de la Ser. Mi hermano fue de los pioneros escuchando Milenio 3, y acojonándome en las madrugadas del verano como pocas otras cosas han logrado hacerlo. Y también me ensenó a oir a Cebrián en La Rosa de los Vientos, que dejó de soplar para siempre hace poco menos de un año. Y, eso sí, desde siempre, desde que volvíamos cada domingo del pueblo en el Opel Corsa, el Carrusel Deportivo de Pepe Domingo Castaño y Paco González.
-Pepe, un purito!!! Y el año que dejaron de anunciarlo, por prohibiciones tabaquísticas, fue cuando empezaron a fumar parte de mis amigos.
Y, enlazando, recuerdo que estaba viendo Friends en el Plus [míticas horas en codificado, rayas grises], cuando en el intermedio vi arder el cielo de Manhattan. Y no, no lo entendí [sigo sin entenderlo] Pero es que según fueron pasando los años, vivimos un par de guerras estúpidas, de las que no fuimos conscientes, o lo fuimos siendo poco a poco. Y salimos a la calle en 2003, y con la sinrazón de muerte del 11 de marzo de 2004, porque ya empezábamos a creer que teníamos conciencia social, que ya empezábamos a tener ideas de política, a saberlo todo sobre el mundo.
Y eso molaba, pero creo que a estas alturas me he dado cuenta de que soy un ignorante. Nadie es perfecto, supongo. Y yo menos.
Y fuimos llegando, al bachillerato, esos dos años mágicos para mí [espero que para todos también] donde se quedaron claras nuestras ideas, cercanos a lo que nos hacen llamar mayoría de edad, y que viendolo ahora un poco más tarde, se me antoja demasiado temprano.
Quien esta con nosotros, y quien esta contra nosotros.
Quien soy yo.
Que quiero de mi vida, y que estoy haciendo con ella.
Que quieren de mi, y, ¿acaso es lo mismo que yo quiero?
A quien quiero, si es que quiero. O soy querid@
Que mundo es este, y ¿este es el mundo que quiero?
Ahora que está encima de nosotros el año de nuestros 20 años, ahora que algun@s ya están dentro de ellos, y otros esperamos con ilusión, o simplemente esperamos, me surgen tantas grandes ideas que no me caben en la cabeza, me surgen tantas dudas que se me acaban los signos de interrogación. Me surgen tantos proyectos que se me acaba el tiempo, me surgen tantas responsabilidades que mis días vuelan. Me surgen tantos sueños que me cuesta despertarme a las 7, me surgen tantas cosas terrenales que me pesan los pies cuando quiero despegar.
Pero lo que me queda claro es que hemos llegado a este punto. Que nada va a volver atrás, no vamos a cambiar nuestro breve pasado, y nuestro futuro está en nuestras manos. Y yo no quiero que nos lo roben. ¿Será que tengo miedo? Si sirve para ir hacia adelante, bienvenido sea.
Feliz generación del 88. A lo mejor no haremos historia, pero nos quedarán buenos recuerdos.
1 comentario:
Yo llegué a Zamora para quedarme el 10 de septiembre del 2001.
Y estaba viendo Nanny, cuando vi arder las torres de Manhattan. Sentada en la terraza, y esperando a que mi madre apagara la radio (la SER) para sentarnos a comer. Las dos gritamos a la vez.
yo me he vendido. A las fiestas de etiqueta.
Al menos una vez al año. Y la primera canción que berreé fue Sweet Child O'mine.
Ahora estoy viendo el Pianista. Y acabaré llorando.
Pero me encanta la banda sonora.
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